El invierno más frío en el Polo Sur... ¡desde que hay registros!

Frente a los récords de temperaturas que se batieron el pasado verano en muchos observatorios del hemisferio norte, en la Antártida ha sucedido todo lo contrario en los últimos meses. ¿Qué es lo que ha sucedido?

La base Amundsen-Scott registró una temperatura media de -61 °C entre abril y septiembre.

El Polo Sur acaba de pasar el invierno más frío desde que se realizan mediciones, lo que contrasta con el tórrido verano del hemisferio norte, que ha resultado ser el cuarto más cálido entre sus registros históricos. Entre abril y septiembre, una estación de investigación situada en un altiplano de la Antártida registró una temperatura media de -61 °C. Este valor se trata de la temperatura más fría registrada desde que se empezaron a realizar mediciones en 1957, quedándose unos 2,5 ºC por debajo del promedio más reciente de 30 años.

De acuerdo a lo señalado por The Washington Post, la estación de investigación Amundsen-Scott del Polo Sur es operada por el Programa Antártico de los Estados Unidos y administrada por la Fundación Nacional de la Ciencia. El récord anterior había sido de -60,6 °C en 1976.

El vórtice polar, principal responsable

El gélido invierno se debe probablemente a un fuerte vórtice polar en la estratosfera, la segunda capa de la atmósfera del planeta desde la superficie de la Tierra, de acuerdo a lo indicado por Live Science. "Básicamente, los vientos en la estratosfera polar han sido más fuertes de lo normal, lo que está asociado con el desplazamiento de la corriente en chorro hacia el polo", dijo al Post Amy Butler, científica atmosférica de la NOAA. "Esto mantiene el aire frío encerrado sobre gran parte de la Antártida".

Un vórtice polar fuerte provocó que el aire frío quedase "encerrado" sobre gran parte del continente antártico

Un vórtice polar fuerte también conduce a una mayor disminución del ozono en la estratosfera, lo que refuerza aún más el vórtice polar. El ozono es un gas formado por tres moléculas de oxígeno que se encuentra en lo alto de la atmósfera, y protege la superficie de la Tierra de los rayos ultravioleta y su agotamiento puede ampliar el agujero de ozono sobre la Antártida.

Aunque la Antártida ha registrado la temperatura media invernal más fría conocida, los satélites han detectado valores muchos más bajos; en torno a los -98 °C de acuerdo a la información manejada por los científicos que se encargan de investigar la zona.

Gracias a estas temperaturas tan bajas, los niveles de hielo marino alrededor de la Antártida alcanzaron su quinta extensión más alta registrada en agosto. Pero el hielo se derritió rápidamente en las semanas siguientes, y a finales de septiembre el hielo marino se había reducido a unos de los niveles más bajos vistos en esa época del año. Los científicos que siguen de cerca el clima antártico señalaron que la Antártida es propensa a cambios rápidos y que un invierno gélido no mitiga la gravedad de los efectos del cambio climático a nivel global.

Temperaturas en el entorno de los -100 °C

Las bajas temperaturas de este invierno en la Antártida contrastan con las tendencias del resto del mundo. De hecho, julio de 2021 fue el mes más caluroso jamás registrado, según había informado anteriormente Live Science. "Un invierno frío es interesante, pero no cambia la tendencia a largo plazo, que es el calentamiento", declaró hace unos días Eric Steig, profesor de ciencias atmosféricas de la Universidad de Washington. A largo plazo, es previsible que en la Antártida se produzca un importante incremento de la temperatura, como en el resto del planeta, perdiendo rápidamente hielo marino.

Matthew Lazzara, experto en meteorología de la Antártida y científico de la Universidad de Wisconsin, sigue las temperaturas de la Antártida desde sus oficinas en Madison. Explicó que en numerosas ocasiones las temperaturas rondaron los -100 °C. A lo largo de los años, ha viajado muchas veces a la Antártida para apoyar sus investigaciones, en condiciones muy adversas. "A estas temperaturas, es difícil manejar un avión. Entre -50°C y -58 °C se pone en riesgo el avión con la congelación del sistema hidráulico o el combustible que se convierte en gelatina".

Maximiliano Herrera, climatólogo que vigila los extremos meteorológicos del mundo, tuiteó que la temperatura en la estación rusa de Vostok se desplomó hasta los -79,4 °C el jueves 30 de septiembre, lo que supone sólo un grado (0,6 Celsius) de la temperatura más baja registrada en el mundo durante el mes de octubre.