Mitos, leyendas y realidades sobre el arcoíris

¿Cuál es el fotometeoro que nos ayuda a orientarnos, nos indica el pronóstico del tiempo a corto plazo, puede estar formado por uno o varios arcos, es semicircular y tiene siete colores? La respuesta es fácil, pero aquí te contamos algunas curiosidades que a lo mejor desconocías.

La leyenda del caldero de oro al final del arcoíris es uno de los mitos más conocidos.
La leyenda del caldero de oro al final del arcoíris es uno de los mitos más conocidos.

Según la Organización Meteorológica Mundial, los meteoros son "fenómenos observados en la atmósfera o en la superficie terrestre. Suspensión, precipitación o depósito de partículas líquidas (acuosas o no) o sólidas; o fenómenos de naturaleza óptica o eléctrica”. Se clasifican en cinco grupos ( hidrometeoros, litometeoros, eolometeoros, electrometeoros, y fotometeoros) teniendo en cuenta la naturaleza de sus partículas constitutivas o los procesos físicos que intervienen en su formación.

Mitos y leyendas sobre este meteoro

El arcoíris es probablemente el más conocido de los fotometeoros, y también uno de los más bonitos. Existen referencias en el relato bíblico, y según el Antiguo Testamento, el arcoíris fue creado por Dios tras el Diluvio Universal como muestra de su voluntad y para recordar a los hombres que jamás volvería a destruir la tierra con un diluvio.

Gracias a las películas de superhéroes de Marvel la mitología nórdica se ha acercado hasta nuestras casas y nos ha enseñado el “Bifröst”, el puente del arcoíris que une nuestro mundo, Midgard, con el reino de los dioses, Asgard, y siempre protegido por el dios Heindal, el incansable vigilante. También hay que recordar a la diosa griega Iris, encargada de anunciar el pacto de unión entre el Olimpo y la tierra al final de la tormenta.

Arcoíris lunar
También existen los arcoíris lunares, aunque son mucho más difíciles de ver al ser mucho más tenues y solo los percibimos de color blanquecino ya que el “foco de luz”, la Luna, es mucho menos intenso que el Sol y no tenemos la suficiente sensibilidad ocular para apreciar los colores. El arcoíris lunar de la imagen está tomado en las cataratas Victoria, y gracias a la sobreexposición de la foto y a la luna llena sí somos capaces de apreciar los colores.

Aunque probablemente las más conocidas sean, por un lado, el mito originario de Irlanda sobre los duendes, los cuales tienen escondidos calderos llenos de oro y piedras preciosas, pero a estos seres solo los podemos ver cuando sale el arcoíris, en ese momento si conseguimos fijar la mirada en uno de ellos no podrá escapar y por su libertad nos ofrecerá todas sus riquezas que se encuentran al final del arcoíris. El problema está en que si retiramos la mirada desaparecerá y nos quedaremos sin sus riquezas.

Y por otro, la mítica canción “Over the Rainbow” (Sobre el arcoíris) escrita para la película “El Mago de Oz”, de 1939, ganadora del premio Óscar a la mejor canción original e interpretada por la gran actriz Judy Garland.

¿Cómo se forma el arcoíris?

Este fotometeoro es el resultado del choque de los rayos del Sol, situado a nuestra espalda, con las gotas de una cortina de lluvia situada delante de nosotros y que será donde “se proyecte” el arcoíris. Su formación es debida a los fenómenos de refracción o desviación, de reflexión o cambio de dirección, y de dispersión o desviación y a su vez separación que sufren los rayos solares al atravesar esas gotitas. Así se formará el arcoíris primario o principal, que podremos ver en el rango angular de los 40º a 42º. Con la secuencia característica de colores, con el rojo en el exterior (42º), seguido por el naranja, el amarillo, el verde, el azul, el añil y terminando con el violeta en el interior (40º) en un gradiente continuo de color.

Arcoíris diurno primario y secundario, este mucho más débil.
Arcoíris diurno primario y secundario, este mucho más débil.

Lo que sucede realmente dentro de las gotas es que se producen múltiples reflexiones y refracciones, en cada ocasión con una pérdida de luz y que, a su vez, puede provocar un nuevo arcoíris, es el secundario, que se encuentra entre los 50º y 54º con respecto al observador. En este caso los colores aparecen en orden inverso, con el rojo abajo y el violeta arriba, son menos intensos y parecen más difuminados, por lo que no siempre se puede ver.

También resulta muy llamativa la zona más oscura que hay entre los dos arcos, por encima del primario y por debajo del secundario, que es la denominada “Zona oscura de Alejandro” o simplemente “Banda de Alejandro”, en honor del filósofo griego Alejandro de Afrodisias.

Un fotometeoro que puede ayudar a orientarnos y a hacer previsiones

¿Verdad que al arcoíris no siempre lo vemos igual de alto y que tampoco se produce en el mismo sitio? Esto es debido a que en cada observación del fotometeoro no solemos ocupar la misma posición en relación ni con el sol ni con la lluvia donde se produce.

Arcoíris completo desde un avión
¿Por qué el arcoíris es circular y no de otra forma? Es debido a la forma esférica que tienen las gotas de lluvia. En realidad deberíamos ver un círculo completo de colores, pero el horizonte nos limita el campo de visión a solo un semicírculo. Cuanto más elevado nos encontremos mayor será la parte que veamos y solo desde un avión y en ciertas condiciones lo podríamos ver completo. Arcoíris completo observado desde un avión.

Según cuál sea la elevación del Sol sobre el horizonte, mayor o menor será la altura del arcoíris. Conseguiríamos ver un semicírculo perfecto con una altura equivalente de 42º de arco solo en el caso de que el astro rey estuviese justo sobre el horizonte, al amanecer o al atardecer. Mientras que si el Sol se encuentra en el mediodía, la observación del fotometeoro será muy difícil.

El arcoíris puede ayudarnos a que no nos perdamos, ya que dependiendo de la hora estarán indicando el este o el oeste. Además, también nos pueden dar pistas sobre la situación meteorológica inminente.

También nos puede ayudar a orientarnos, y como tenemos que estar situados entre el sol y la cortina de lluvia, cuando lo veamos al amanecer se encontrará hacia el oeste, y si lo vemos al atardecer estaría en el este, realizando durante el resto del día el camino entre uno y otro punto por el norte, justo al revés que el movimiento solar. Como vimos en el primer artículo de orientación astronómica, lo observaremos justo en el punto cardinal este u oeste solo en los equinoccios, moviéndose más hacia el norte en el invierno y más hacia el sur en el verano, alcanzando su máximo desplazamiento en los solsticios.

Incluso puede ayudarnos a la hora de hacer un pronóstico del tiempo a corto plazo como nos recuerdan algunos refranes: “Arco iris al amanecer, agua antes del anochecer”, “Arco iris al anochecer, buen tiempo al amanecer” y “Arco iris por levante, cuando lo veas no te espante; mas si lo ves por poniente, coge los bueyes y vente”. En todos los casos nos están indicando que si lo vemos por el oeste, la situación meteorológica está todavía por venir; mientras que al observarlo por el este, el frente nuboso ya nos ha rebasado y debería ir aclarando.