Los meteorólogos alucinaron con las nubes de una tormenta que golpeó Mallorca. Aquí la razón

El pasado martes, el mar Balear engendró tormentas de tal desarrollo vertical que alcanzaron las porciones inferiores de la estratosfera. Las imágenes de satélite en canal infrarrojo revelaron un hecho poco habitual en España.

Este pasado martes las nubes crecieron con mucha fuerza en Baleares, con topes que alcanzaron temperaturas casi inéditas en estas latitudes.

El pasado martes, el archipiélago balear se convirtió en un hervidero de tormentas debido a la entrada de una vaguada, combinada con una masa de aire extremadamente cálida y húmeda, con temperaturas del agua del mar entre 26 y 27 ºC. Como resultado, se formaron varios Sistemas Convectivos de Mesoescala (SCM) con un desarrollo vertical tan profundo que los topes nubosos penetraron en las capas inferiores de la estratosfera.

Es posible que incluso se formara un Complejo Convectivo de Mesoescala, el tipo de tormenta más grande que existe, con una duración superior a 6 horas y temperaturas de los topes nubosos por debajo de los -52 ºC.

Topes nubosos de hasta -80 ºC al sur de Mallorca

El pasado martes por la tarde, se formó una intensa tormenta en el canal de Ibiza, avanzando en horas posteriores en dirección a Mallorca. Poco antes de llegar a la isla, la tormenta dio un giro de 180º y continuó su periplo por el mar. Sus efectos sobre tierra se limitaron a precipitaciones moderadas y actividad eléctrica. Este tipo de tormentas suelen quedarse en el mar, debido a que a finales de verano y en otoño es una fuente de combustible ilimitado.

Lo más impresionante de esta tormenta fue su desarrollo vertical, revelado gracias a imágenes de satélite en canal infrarrojo. Este canal del Meteosat, permite obtener una imagen térmica del tope nuboso, de modo que aquellas zonas con temperaturas más frías indican las zonas de la tormenta con mayor desarrollo vertical. Bajo los topes nubosos más fríos es donde suelen darse las condiciones más adversas en superficie, por lo que este producto de observación es de vital importancia para los meteorólogos.

La tormenta del martes al sur de Mallorca, alcanzó temperaturas de topes nubosos de hasta -80 ºC, indicando que los cumulonimbos no solo ocupaban toda la troposfera, sino que probablemente rebasaron la tropopausa y se habían adentrado en las porciones inferiores de la estratosfera. Normalmente, la frontera entre la troposfera y la estratosfera actúa como un tapón para la convección, impidiendo que las nubes sigan desarrollándose verticalmente. Es por ello que, al llegar a este nivel, los cumulonimbos exhiben la típica forma de yunque plano.

En casos extremos como el del martes, las corrientes ascendentes en el seno de la tormenta son tan intensas que pueden vencer momentáneamente este tapón. En este caso, las nubes pueden crecer unos kilómetros más allá de la troposfera, adentrándose en las capas inferiores de la estratosfera. A estos niveles, las temperaturas son extremadamente frías, por lo que las nubes a estas altitudes están completamente heladas, dando lugar a temperaturas bajísimas en el canal infrarrojo.

Pocos referentes en el Mediterráneo

Aunque no disponemos de una climatología que lo confirme, temperaturas de topes nubosos inferiores a -80 ºC son raras en estas latitudes. Lo habitual es que los topes nubosos alcancen mínimos de -30 a -50 ºC en el caso de grandes Sistemas Convectivos de Mesoescala. Topes nubosos por debajo de -70 ºC son más habituales en latitudes tropicales, donde la troposfera es mucho más profunda, permitiendo a los cumulonimbos alcanzar mayores alturas.

El caso al sur de Mallorca del otro día, podría ser un síntoma más de "tropicalización" mediterránea, confirmada en varios estudios por un incremento de la temperatura, un mar cada vez más caliente y lluvias más torrenciales.