La ciudad más antigua de España se esconde entre estas montañas de Almería

A poco más de 20 kilómetros de la capital almeriense, en el municipio de Santa Fe de Mondújar, se levanta sobre un espolón rocoso el yacimiento de Los Millares. Las investigaciones apuntan a que fue la primera ciudad estable de toda la península ibérica, fundada hace más de 5000 años, en plena Edad del Cobre. Allí, donde hoy domina el paisaje semiárido del sureste, surgió una comunidad compleja, organizada y sorprendentemente avanzada para su tiempo.

Un “experimento urbano” de hace 5.000 años

Los Millares estuvo ocupado aproximadamente entre el 3200 y el 2200 a. C., un milenio completo en el que este poblado fortificado pudo llegar a albergar entre 1000 y 1500 habitantes, una auténtica urbe para la época. Su posición estratégica, dominando el valle del río Andarax y la rambla de Huéchar, le permitió controlar las rutas entre el interior y el Mediterráneo y convertirse en un nodo clave de intercambio en el sudeste peninsular.

La elección del emplazamiento no fue casual. Aunque hoy el entorno es árido, los estudios paleoambientales indican que entonces el paisaje era más fértil, con mayor cobertura vegetal y condiciones más favorables para la agricultura y la ganadería. Ese entorno permitía combinar cultivos, pastoreo y explotación de recursos minerales, especialmente el cobre, el metal que estaba revolucionando la tecnología y el poder económico de las comunidades prehistóricas.

Murallas, fortines y una gran necrópolis

Lo que más impresiona en Los Millares es su compleja arquitectura defensiva. El poblado está protegido por varias líneas de murallas concéntricas reforzadas con bastiones y puertas monumentales. A ello se suma una doble línea de fortines exteriores que vigilaban los accesos por el valle, creando un sistema de control del territorio propio de una pequeña “ciudad-estado” prehistórica, organizada para defenderse y exhibir su poder.

Fuera del recinto amurallado se extiende una amplia necrópolis, con decenas de tumbas colectivas de tipo megalítico. Son cámaras circulares u ovaladas, a las que se accede por largos pasillos de piedra. En su interior se han hallado restos de múltiples individuos acompañados de ajuares funerarios, como cerámicas, herramientas de piedra, adornos de hueso e incluso objetos de cobre.

Cómo era la vida dentro del poblado

En el interior de las murallas se distribuían cabañas de planta circular, construidas en piedra y barro, con techumbres vegetales sostenidas por postes. Entre ellas se han identificado espacios de trabajo, hornos y estructuras asociadas a la metalurgia del cobre. La presencia de escorias, crisoles y moldes indica que Los Millares fue un importante centro de producción y transformación de objetos metálicos, que probablemente se intercambiaban con otras comunidades del Mediterráneo occidental.

La economía combinaba la agricultura de cereales y legumbres con la ganadería de ovejas, cabras y bovinos, además de la caza y la recolección. Esta diversidad de recursos permitía alimentar a una población numerosa y generar excedentes, fundamentales para sostener redes de intercambio a media y larga distancia. Todo ello apunta a una sociedad compleja, con especialistas, líderes y una organización comunitaria bien definida.

En la actualidad, el yacimiento puede visitarse mediante un recorrido señalizado que incluye un centro de interpretación, con maquetas y paneles explicativos, y varias recreaciones de cabañas y tumbas megalíticas. El itinerario permite caminar junto a las murallas, asomarse al valle del Andarax e imaginar cómo era la vida cotidiana en esta ciudad de hace 5.000 años.