La agricultura consume el 72% del agua dulce en España: ¿cuáles son los cultivos que necesitan más agua?

El consumo de agua dulce por el sector primario, agricultura y ganadería supone un porcentaje cercano al 72% del total, un dato importante que obliga a la necesaria optimización y eficiencia en los sistemas de riego.

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Campo de arroz, uno de los cultivos más exigentes en agua dulce

El agua dulce es el recurso natural más preciado, no solo en España, si no a nivel global, y más concretamente en el sector agrícola, donde desempeña un papel esencial e incuestionable en la gestión de los cultivos y la producción de alimentos.

Sin embargo, se trata al mismo tiempo de un recurso escaso, y su uso enfrenta desafíos significativos que requieren una gestión cuidadosa y sostenible.

La agricultura y su dependencia del agua

La agricultura es, junto a la ganadería, uno de los sectores que más agua dulce consume en España, situándose en torno al 72% del uso total de este preciado recurso. Esta demanda tan elevada se debe principalmente al riego de los cultivos, especialmente en aquellas regiones que presentan climas de tipo más árido o semiárido, donde la lluvia no es lo suficientemente abundante para satisfacer las necesidades hídricas de las plantas.

Grandes desafíos hídricos

El uso, cada vez más intensivo, pero también optimizado del agua en la agricultura plantea muchos escenarios y retos. Uno de los más destacados a nivel global es la escasez hídrica, provocada entre otros muchos factores por fenómenos como la sequía y/o el cambio climático.

Estos factores provocan la reducción de la disponibilidad de agua dulce, lo que afecta de forma directa al rendimiento en cuanto a la producción agrícola y, por consiguiente, a la seguridad alimentaria.

El uso excesivo del agua natural en la agricultura, puede provocar, o está provocando ya, la sobreexplotación de acuíferos y la salinización del suelo, afectando al mismo tiempo la calidad y fertilidad de la tierra.

La pérdida de biodiversidad y la degradación ambiental son también consecuencias directas de una gestión inadecuada del agua.

¿Qué cultivos necesitan más agua?

De forma general, los cultivos que requieren una mayor dotación de agua durante su cultivo suelen ser aquellos que tienen un alto contenido de agua en su composición fisiológica y/o que necesitan un riego frecuente para un crecimiento óptimo.

Arroz

El arroz es uno de los cultivos que mayor cantidad de agua requiere para su correcto desarrollo. Además, tanto es su requerimiento hídrico que se cultiva en campos inundados, lo que implica un consumo significativo de agua durante todo el ciclo de crecimiento.

Caña de azúcar

Este cultivo de origen tropical requiere también grandes cantidades de agua para su crecimiento y para la posterior producción de azúcar.

Algodón

El algodón necesita una cantidad considerable de agua, especialmente durante la fase de crecimiento y floración.

Maíz dulce

Aunque el maíz en general se considera un cultivo que puede ser relativamente resistente a la falta de agua, el maíz dulce, destinado al consumo humano directo, sí que requiere un riego más frecuente para producir mazorcas tiernas y jugosas.

Melón y sandía

Éstas frutas necesitan un riego regular para asegurar un buen crecimiento y desarrollo, así como para mantener su contenido de agua y dulzura.

Algunas estrategias para la gestión sostenible del agua

Enfrentados al enorme desafío hídrico, es crucial la implementación de estrategias e innovaciones que promuevan el uso sostenible del agua. Una de estas estrategias es la modernización de los sistemas de riego, adoptando tecnologías cada vez más eficientes y que reduzcan por tanto el desperdicio, maximizando la utilización del agua.

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El empleo de nuevos sistemas y estrategias de riego incrementa la eficiencia y la optimización hídrica

Podemos decir por tanto que, el porcentaje significativo, cercano al 75% de agua dulce utilizado en la agricultura en España, resalta la importancia de una gestión más sostenible de este escaso recurso y que ante los desafíos actuales y, como no, futuros, es fundamental implementar medidas que promuevan la viabilidad a largo plazo del sector agrícola y del medio ambiente.