Invierno de récord en Nueva York: ni rastro de nieve en Central Park

El invierno meteorológico ha llegado a su fin y ahora toca hacer balance. En Nueva York lo tienen claro: ha sido un invierno de récord. Han faltado los habituales temporales de nieve y las temperaturas han sido más elevadas de lo normal.

Invierno récord en Nueva York
El invierno 2019-20 ha sido uno de los diez más cálidos en muchas zonas del país, incluida Nueva York.

Apenas llevamos dos meses y unos pocos días de 2020, y este año ya nos está dejando mucho que recordar en lo meteorológico. La nieve ha brillado por su ausencia en los últimos meses en la mayoría de nuestro país, un panorama que no ha sido exclusivo ni de la Península ni de Europa. En la ciudad de Nueva York tampoco están acostumbrados a un invierno como el de este año, especialmente a un febrero como el que ha dejado 2020. No es una imagen habitual ver Central Park sin nieve en pleno invierno, de hecho, la poca nieve que vieron los neoyorquinos el pasado mes en este emblemático lugar de la ciudad fue generada de forma artificial para la celebración de un festival de invierno.

Un invierno y un febrero de récord

Los únicos copos que cayeron en febrero en Nueva York llegaron el último día del mes, el día extra que este año nos regala el calendario. Con estos pobres registros de precipitación en forma de nieve, Nueva York ha igualado al febrero con menos nieve desde que se tienen registros en la ciudad, desde 1868. Además, febrero de 2020 ha sido el primer febrero sin registro de nieve en la localidad de Islip, también en el estado de Nueva York.

Las temperaturas han registrado igualmente valores sin precedentes. En la ciudad de Nueva York el invierno meteorológico (diciembre, enero y febrero) ha sido el séptimo más cálido, empatado con el de 1954, con una temperatura media de 40,1 ⁰F que equivalen a 4,5 ⁰C.

La lluvia, por el contrario, ha estado dentro de los valores habituales. No obstante, las precipitaciones en forma líquida preocupan para los viandantes tanto o más que la nieve, ya que con las bajas temperaturas es habitual la formación de placas de hielo en la ciudad. De hecho, un estudio comprobó que en el estado de Tompkins, se gasta el doble de sal para evitar la formación de hielo en carretera durante las lluvias invernales que en los episodios de nieve.

Pero como se suele decir, nunca llueve a gusto de todos… Mientras algunos neoyorquinos han echado de menos la típica estampa nevada de la ciudad en esta época del año, otros han agradecido la ausencia del caos que tienden a dejar los temporales de nieve y han aprovechado las suaves temperaturas para lucir ya la ropa de primavera.

Una década de contrastes

Nos estamos acostumbrando, meteorológicamente hablando, a los eventos extremos. Lo percibimos dentro de una misma estación, a lo largo de un año o durante una década y los datos así lo verifican.

En los últimos diez años, los registros han dejado situaciones completamente opuestas. Mientras que Central Park registraba en el invierno 2010-2011 hasta metro y medio de nieve, esta temporada apenas se han acumulado 12 centímetros. Aunque 2019 no ha sido el año más cálido en Nueva York, sí ha estado cerca de serlo a nivel mundial (el segundo, solo por detrás de 2016).

Una variabilidad que se atribuye ya al calentamiento global y que perciben también los estadounidenses. Según una encuesta del Centro de Investigación Pew, en EE.UU. ha aumentado la conciencia del reciente cambio climático, siendo a día de hoy una de las principales preocupaciones por parte de los ciudadanos.