La OMM alerta: el cambio climático ha desatado un "círculo vicioso" en América Latina y el Caribe

Según un informe más reciente de la OMM, los impactos climáticos y meteorológicos extremos están aumentando en América Latina y El Caribe. Esta tendencia se debe principalmente, al rápido calentamiento y al aumento del nivel del mar.

Tormenta en el Caribe
El tiempo cada vez es más extremo en el Caribe. Ya hay evidencias notables.

Ayer la Organización Meteorológica Mundial (OMM) divulgó un nuevo informe sobre el estado del clima en América Latina y el Caribe 2022, en el marco de la Convención Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo que se celebra en La Habana, Cuba.

El informe muestra cómo el cambio climático está desencadenando un círculo vicioso de eventos que afectan gravemente a países y comunidades locales. Conozcamos más acerca de este informe.

¿De qué se trata este círculo vicioso?

El cambio climático está teniendo un impacto cada vez mayor en América Latina y el Caribe, lo que provoca consecuencias devastadoras, como el aumento de la temperatura y el nivel del mar, ciclones tropicales más destructivos y sequías prolongadas.

Además, debemos agregar a esto que estamos experimentando un nuevo episodio de El Niño, fenómeno climático asociado con el calentamiento de las temperaturas de la superficie del mar (TSM) y que, según la previsión de los grandes centros climáticos, debería mantenerse durante 2023 y parte del 2024.

Mapas de América Latina y el Caribe que muestran la sequía de enero a diciembre 2022. Caracterizadas como Sequía excepcional, extrema, severa y moderada. OMM.

Según los expertos, El Niño elevará aún más las temperaturas e incrementará la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos. Todos estos factores desencadenan un verdadero círculo vicioso, con respecto a los crecientes impactos. Veamos algunos ejemplos:

  • Entre 1991 y 2022, las temperaturas han alcanzado en promedio 0,2 °C por década, la tasa más alta registrada.
  • El nivel del mar continúa aumentando, especialmente en el Atlántico Sur y Norte subtropical, amenazando áreas costeras continentales de varios países de América Latina y el Caribe, así como a pequeños estados insulares en desarrollo.
  • Los ciclones tropicales se han vuelto más fuertes y destructivos debido al cambio climático. En 2022, los huracanes Fiona, Lisa e Ian causaron daños extremadamente graves en América Central y el Caribe.
  • El deshielo de los glaciares empeoró, en el verano de 2022 se produjo una pérdida casi total del manto de nieve en los glaciares de los Andes centrales, lo que aceleró el deshielo.
  • Durante 2022, las inundaciones y los deslizamientos de tierra provocados por las fuertes lluvias, causaron cientos de muertes y millas de millones de dólares en pérdidas económicas en toda la región.
  • Episodios de sequía afectarán intensamente a sectores económicos como la agricultura, la energía, el transporte y el abastecimiento de agua a la población. En amplias zonas de América del Sur, se produjo una disminución en la producción hidroeléctrica, lo que resultó en un fuerte aumento de la demanda de combustibles fósiles.
  • Durante los meses de enero, noviembre y diciembre de 2022, la región meridional de América del Sur, sufrió olas de calor largas e intensas que combinadas con la sequía del suelo, provocaron grandes incendios forestales sin precedentes.

¿Qué se espera tras conocer el informe de la OMM?

Según la organización, muchos de los fenómenos climáticos extremos ocurridos en 2022 estuvieron asociados al episodio de larga duración de La Niña, pero también sabemos que son el resultado del cambio climático, causado por las actividades humanas.

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Después de este análisis entregado por la principal entidad de meteorología en el mundo, los expertos concluyen que los fenómenos extremos se incrementarán, por lo que es necesario aumentar los esfuerzos de adaptación y transición hacia las energías renovables.

Además, es urgente incrementar los esfuerzos para ayudar en la toma de decisiones, demostrando los costos y beneficios de fortalecer los sistemas de alerta temprana y los servicios climáticos, para la adaptación al cambio climático, con el fin de proteger la vida y los ecosistemas a nivel mundial.