Gemma del Caño, farmacéutica: "nunca ha sido una buena idea ducharse después de hacer ejercicio"
¿Eres de los que se lanzan a la ducha justo después de entrenar? Espera. Tu cuerpo necesita 15 minutos más. Te contamos por qué… con ciencia, humor y un poco de sudor.

¿Terminas tu entrenamiento y corres a la ducha como si fuera el podio de los Juegos Olímpicos? Antes de celebrar ese momento bajo el chorro, escucha al doctor José Manuel Felices: "Nunca te duches después de hacer deporte". Una afirmación rotunda, con ese toque de clickbait que pica, hace gracia, y te deja rascándote la cabeza.
Los motivos por los que es mejor esperar unos minutos
Pero ojo, que el mensaje del radiólogo no va de convertirte en un ermitaño del olor, sino de entender por qué esperar unos minutos puede ser más saludable para tu cuerpo, tu piel… ¡y hasta tu estado de ánimo!
1. La temperatura corporal sigue en marcha
Durante el ejercicio, tus músculos queman energía y generan calor. Para enfriarte, los vasos sanguíneos se dilatan (vasodilatación), sudas y el sudor se evapora, refrigerándote.
#MartesPreguntones
— OjOPequeAlAgua (@ojopequealagua) July 4, 2023
El corte de digestión o síndrome de hidrocución
Sucede cuando la temperatura corporal aumenta al estar al sol, hacer ejercicio, tras una comida copiosaentramos en contacto con el agua fría y ante tal contraste el cuerpo reacciona exageradamente pic.twitter.com/HhvVvNVEW6
Ese sistema tarda unos 15 minutos en apagarse del todo. Si te lanzas de inmediato a la ducha—sobre todo fría—puedes provocar un golpe térmico: mareos, bajón de tensión, hasta síncope.
2. El sudor también sirve como depurativo
Ese sudor que ves desbordarse no solo es agua salada con olor: es una vía de eliminación de toxinas y residuos metabólicos generados durante el ejercicio. Ducharte al momento puede cerrar el grifo de esa limpieza natural, dejando una sensación rara: “sigo sudando incluso después de la ducha”.

Esos 10–15 minutos de espera permiten que el cuerpo termine de filtrar sustancias. Así que, sí, esa espera es parte del entrenamiento: como el descanso entre series.
3. Cuidando el equilibrio ácido de tu piel
Nuestra piel (y el sudor) tiene un pH ligeramente ácido, entre 4.5 y 5.5, lo cual impide el ataque de bacterias y hongos. Si te duchas con jabones naturales y tensioactivos fuertes inmediatamente, puedes alterar ese pH protector.
El resultado: irritaciones, sequedad, posibles brotes o más sensibilidad. La recomendación de Felices: ducha tibia, jabón suave, y deja que 15 minutos permitan que ese manto ácido haga su trabajo antes de desaparecer bajo el agua.
4. ¿Y si te duchas fría? Cuidado con una hipotermia (leve)
Seguro que has leído sobre los beneficios de la ducha fría: estimula la circulación, mejora el humor, reduce la inflamación… si se hace en el momento adecuado. Pero lanzarte justo después del ejercicio es una combinación temeraria: calor corporal + golpe frío = choque térmico.
BAÑOS DE AGUA CALIENTE Vs AGUA FRÍA POST ENTRENAMIENTO
— Antelm Pujol, M.D. (@AntelmPujol) March 30, 2024
Los baños en agua caliente producen:
Aumento de la calidad del descanso.
Aumento de los niveles de testosterona.
Reducción de la fatiga.
️ Estos efectos persisten hasta 38 horas.
Conclusión: pic.twitter.com/ZAy05KrRDh
Mejor: espera a que tu temperatura baje y estabilice, y entonces aplica la fría como un alivio regenerativo. Ah, y siempre con precaución si sufres de presión baja o problemas cardiovasculares.
5. Qué hacer en esos 15 minutos de oro
En lugar de precipitarte, Felices aconseja aprovechar ese rato con actividades ligeras.
- Rehidratarte: agua o bebida con electrolitos
- Estiramientos suaves: ayudan a evitar rigidez y lesiones
- Respiración consciente: para desconectar del ritmo y bajar pulsaciones

- Socializar: charla amena o celebración tranquila del esfuerzo
- Autocomplacencia consciente: decirte “¿lo he hecho bien?, ¡lo he hecho bien!” es parte del autocuidado. Quiérete y mímate.
Es como ese cool‑down mental y social que acompaña al físico.
6. Un poco de ciencia extra (con sonrisa)
Sobre la termorregulación: nuestro centro de control térmico (el hipotálamo) tarda en detectar el fin del ejercicio. Cortar ese aviso con impacto externo confunde al cuerpo.
EJE HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO: LA CENTRAL NUCLEAR DE TUS HORMONAS
— Profe Claudio Nieto (@profeclaudioni1) June 18, 2025
Muchos hablan de las hormonas... pero pocos conocen a fondo quién las dirige, cómo se orquestan y qué impacto tienen sobre tu energía, tu rendimiento, tu composición corporal y hasta tu estado de ánimo. pic.twitter.com/XDlRzmC7UQ
Sobre el sudor: además de agua y sal, contiene urea, amoníaco y ácido láctico. Aunque su eliminación no es la principal vía de desintoxicación, sí cumple una función residual útil.
Sobre el pH cutáneo: un manto ácido saludable mantiene la microbiota de la piel. Alterarlo rompe ese mini ecosistema protector.
7. ¿Este consejo vale para cualquier deporte?
Sí. Sea entrenamiento de alta intensidad, carrera moderada, bici o gimnasio.

Cuanto más suba tu temperatura y sudes, más justificado. Incluso sesiones de sauna deben seguir un enfriamiento paulatino, no bruscazo.
8. Mitos y verdades
- "¿Entonces nunca ducharse?" Falso. La ducha es necesaria. Imprescindible, obligatoria, aunque no hagas deporte.
- "¿Y la higiene?" Sí, pero mejor esperar esos 15 minutos.
- "¿Y el jabón?" Usa uno neutro, sin perfumes intensos ni alcalinos.
- "¿Y si tengo prisa?" Prioriza la rehidratación y dúchate con agua tibia, breve, y ya luego un baño más largo.
El mensaje del doctor Felices es sencillo: la ducha es el broche del entrenamiento, no la trampa del estreno. Dejar pasar 10–15 minutos no solo cuida tu cuerpo físicamente, también mentalmente. Y da para algún chiste sobre tu sudor aún “recuperando su dignidad”.
Recuerda: espera, hidrata, protege… y disfruta la ducha cuando de verdad toque. Y todos los días toca, hazme caso.