Gazapos meteorológicos, ¿cuáles son los más habituales en los medios?
En los medios de comunicación es habitual encontrar errores referidos a nociones relacionadas con el tiempo y clima. A veces son confusiones entre dos conceptos con cierta relación, otras veces prima la exageración y, en algunas ocasiones, es un misterio. ¿Cuáles son los más habituales?
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Durante el pasado mes de octubre, en nuestro país se fueron sucediendo episodios meteorológicos de diversa índole: Leslie, lluvias torrenciales asociadas a DANAs (gotas frías), una irrupción de aire ártico muy potente para las fechas... Desde luego, octubre de 2018 no ha dejado indiferente a nadie. Y tampoco a los medios de comunicación que tienen en el tiempo un filón, y más cuando tenemos un evento extremo o severo.
Esto tiene sus ventajas y sus desventajas. Una de las principales ventajas es que la información puede alcanzar a un mayor número de personas gracias al auge de los diarios digitales y de las redes sociales, que por otra parte tiene su aspecto negativo si la información que se da no es correcta o confusa, algo que suele suceder en bastantes ocasiones, especialmente en situaciones poco habituales.
A mi juicio, en nuestro país hay dos gazapos o errores muy habituales en los medios, y que sobresalen entre el resto. En primer lugar, confundir tiempo y clima. Recordemos que el tiempo o las condiciones meteorológicas hacen referencia al estado de la atmósfera en un momento y un lugar concretos, mientras que el clima es la sucesión de los tipos de tiempo en un largo período largo de tiempo (normalmente se consideran 30 años).
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El segundo gran error habitual de los medios de nuestro país a la hora de hablar sobre meteorología es utilizar como sinónimos los avisos y las alertas. Los avisos los emite AEMET, e indican la probabilidad de que se produzcan ciertos fenómenos adversos que pueden tener incidencia sobre la población o determinadas actividades.
Para los avisos se utiliza una escala de colores, en las que dependiendo del umbral del aviso y la probabilidad de ocurrencia para una determinada zona, se activará uno u otro. No tiene nada que ver con las alertas. AEMET no emite alertas y sí que lo hace Protección Civil y Emergencias, en base a los avisos de AEMET, que pueden no coincidir si por ejemplo se considera que no hay peligro para la población.
Leslie, gotas frías y ciclogénesis explosivas
Después tenemos otros clásicos: utilizar el término de gota fría como sinónimo de lluvias torrenciales catastróficas, cuando para nada es así, o exagerar con las ciclogénesis explosivas -básicamente son borrascas que se profundizan de forma más rápida que otras-. También se ha popularizado el concepto de huracán mediterráneo (medicanes), ciclones híbridos que de vez en cuando se producen en el Mediterráneo.
Y el mes pasado, con Leslie, ya fue el colmo. Leslie era huracán a 200 kms de las costas peninsular, pero llegó a nuestro país como una potente borrasca postropical, y no como ciclón tropical, como se vendió durante aquellos días. Y cómo no olvidar que incluso algún medio de tirada nacional hablaba de huracán y ciclón tropical como si fueran cosas totalmente diferentes.
Periodistas y meteorólogos: condenados a entenderse
Por todo ello debemos replantearnos varias cosas. Los medios de comunicación hacen llegar la información a los usuarios. Cuando la información es errónea, confusa o sensacionalista solo sirve para desinformar o alarmar de forma innecesaria, como sucede con las gotas frías o las ciclogénesis explosivas. Los climatólogos, meteorólogos y periodistas estamos condenados a entendernos, o al menos intentarlo.
Agrupaciones como la Asociación Española de Comunicación Científica (AECC) o la Asociación de Comunicadores de Meteorología (ACOMET) deberían hacerse notar más, aunque desgraciadamente gran parte de la población desconoce de su existencia. Y es que una correcta comunicación de los riesgos climáticos pueden ser una poderosa arma de prevención, algo que se echa mucho de menos en nuestro país.