Ni Sotogrande ni Empuriabrava: la desconocida Venecia española está en Valencia y tiene canales navegables

Porque no hace falta ir a Italia para vivir un paseo entre canales, fachadas pintorescas y cenas con vistas al mar. A veces, la Venecia que buscabas está mucho más cerca de lo que creías.

Port Saplaya
Port Saplaya, la marina residencial diseñada en los años 70 por el arquitecto Fernando Moreno Barberá, sorprende con sus canales navegables, fachadas de colores y su aire mediterráneo.

Hay ciudades que no necesitan presentaciones. Venecia, la Serenissima, es una de ellas. Su imagen es universal: góndolas deslizándose por estrechos canales, fachadas renacentistas que se reflejan en el agua y puentes centenarios que invitan a perderse en una atmósfera mágica. No es de extrañar que millones de viajeros la elijan cada año para vivir un cuento de hadas flotante.

En España, Empuriabrava ha sido durante décadas lo más parecido a ese sueño veneciano. Con sus 24 kilómetros de canales navegables, su marina integrada en la ciudad y su carácter exclusivo, esta urbanización del municipio de Castelló d’Empúries se ganó el apodo de “la Venecia catalana”. Sin embargo, muy cerca de Valencia capital, existe una alternativa mucho más desconocida, encantadora y accesible.

Una pequeña joya costera en plena costa valenciana

Nos estamos refiriendo a Port Saplaya, una urbanización costera perteneciente al municipio de Alboraya, situada apenas a cinco kilómetros al norte de Valencia ciudad.

Con vistas al mar Mediterráneo, esta singular localidad fue concebida a finales de los años 70 como una marina residencial inspirada en el urbanismo de los pueblos mediterráneos, pero con un elemento diferenciador: una red de canales interiores navegables que permiten a los residentes llegar a casa directamente en su embarcación.

Apodada con cariño como “la pequeña Venecia valenciana”, Port Saplaya se construyó sobre antiguos terrenos agrícolas de huerta.

Hoy en día es un lugar de residencia tranquila durante el año y de animación vacacional durante el verano, donde conviven vecinos locales, turistas nacionales y visitantes extranjeros.

Fachadas de colores, balcones floridos y puentes peatonales

Lo que hace realmente especial a Port Saplaya no son solo sus canales, sino su estética cuidadosamente diseñada. Y es que los edificios residenciales que bordean los canales lucen fachadas en tonos pastel (ocres, naranjas, rojos, verdes oliva), y están salpicados de balcones floridos que recuerdan a las casitas de pescadores de Liguria o Cinque Terre.

Además, hay pequeños puentes peatonales que cruzan los canales, conectando las distintas manzanas, y en cada rincón hay bancos para sentarse a contemplar esta maravilla de localidad.

Dos playas, dos ambientes: Port Saplaya Norte y La Patacona

Otro de los grandes atractivos de Port Saplaya son sus dos playas principales. Por un lado, la playa de Port Saplaya Norte, que está directamente frente a la marina. Es una playa urbana, con servicios completos, arena fina y un ambiente familiar. Desde la arena se pueden ver los barcos entrar y salir por el canal principal, lo que añade un aire pintoresco único.

Por otro lado, la playa de La Patacona, situada justo al sur, ofrece una experiencia más natural y abierta. Con una amplia franja de arena dorada, chiringuitos y un largo paseo marítimo, es ideal para largas caminatas al atardecer y para disfrutar de la gastronomía en sus múltiples terrazas frente al mar.

Cómo llegar desde València en un suspiro

Lo cierto es que llegar Port Saplaya es muy sencillo. En coche, está a apenas diez minutos del centro de Valencia, y se accede fácilmente por la V-21. También hay líneas de autobús urbano que conectan Alboraya y Valencia con frecuencia durante todo el día. Si prefieres moverte en bici, el carril bici que bordea la costa te lleva directo desde la ciudad hasta esta tranquila marina de colores.

Además, su cercanía con otros puntos turísticos como la huerta de Alboraya o la playa de la Malvarrosa lo convierten en una excelente base para explorar la zona. Incluso es posible llegar caminando por la costa desde la ciudad, en un agradable paseo de menos de una hora junto al Mediterráneo.