Eventos deportivos y tiempo extremo: una coincidencia evitable

Un tifón ha alterado la disputa del Gran Premio de Fórmula 1 de Japón este pasado fin de semana. ¿Por qué no se cambian fechas y localizaciones para evitar que el tiempo adverso afecte a las competiciones deportivas?

Fórmula 1
Un tifón ha vuelto a afectar el Gran Premio de Fórmula 1 de Japón.

Estas últimas semanas el mundo del deporte ha sufrido más que nunca las inclemencias del tiempo. En alguna práctica deportiva no es la primera vez que esto sucede, pero en otras, la elección del lugar de competición y la época del año no han ayudado a que el tiempo fuera lo más favorable para disputarse.

Con las herramientas que tenemos hoy en día para hacer una buena previsión a bastantes días vista, hora a hora y minuto a minuto, se pueden reprogramar algunos eventos. Pero también la experiencia nos dice que en algunos lugares, a cierta época del año, se corre el riesgo de que la meteorología no permita disputar la competición.

Tifones en la Fórmula 1

Tenemos casos muy recientes de eventos deportivos alterados por tiempo extremo. El más llamativo, por la trascendencia mundial que siempre tiene, es el del Gran Premio de Fórmula 1 de Japón. La sesión clasificatoria que se realiza siempre el sábado se tuvo que posponer al domingo debido a la llegada del tifón Hagibis. Así, la clasificación y la carrera se disputaron el mismo día, algo inusual.

En los años 2004, 2010, 2014 y este mismo 2019, un tifón ha afectado de forma directa o indirecta el Gran Premio de Japón. Sin llegar a anular la carrera, los horarios fueron alterados en cada caso para evitar posponerlo, algo que sería realmente difícil por el apretado calendario. Sin duda, fue el año 2014 el que trajo la peor noticia. El piloto Jules Bianchi perdió el control de su vehículo por culpa de la lluvia provocada por el tifón Phanphone y falleció tras salirse de la pista e impactar contra una grúa. Con estos precedentes, ¿no sería más adecuado una reorganización del calendario anual de la competición y situar este Gran Premio en otra época?

La Copa del Mundo de Rugby, que ha tenido que suspender algunos partidos este fin de semana, también tenía lugar en Japón. Es una competición que se disputa cada cuatro años y la elección de esta sede en esta época del año corría el riesgo de encontrarse con una casualidad así. Se da el caso que la suspensión de un partido de rugby deja en empate ese encuentro, pudiendo alterar gravemente la competición.

Lluvias y calor extremo en el deporte

La Fórmula 1 y el rugby no han sido los únicos deportes afectados estas últimas semanas a nivel mundial. El Campeonato Mundial de Ciclismo en ruta finalizó el pasado 29 de septiembre en Yorkshire (Reino Unido). La lluvia no dejó de caer en todos los días de competición, provocando numerosas caídas y dejando heridos. Los charcos en las carreteras eran una constante y hubo muchas críticas a la organización por permitir su disputa en estas condiciones. El Reino Unido se caracteriza por una meteorología lluviosa, no muy adecuada para el ciclismo.

Ciclistas con lluvia
El Campeonato Mundial de Ciclismo en ruta ha estado este año pasado por agua. Imagen: www.infobae.com

El pasado 6 de octubre también acabó el Campeonato Mundial de Atletismo de Qatar. Sin querer entrar en la polémica sobre su elección y de sus gradas prácticamente vacías, el calor hizo que los atletas tuvieran dificultades para acabar las competiciones. Algunos de ellos se desvanecían antes de llegar a la meta por culpa de las altas temperaturas.

Sin salir de Qatar, toca recordar que la Copa del Mundo de Fútbol de 2022 también tendrá lugar en Qatar. Se ha modificado el calendario habitual, que suele ser en verano. Así, se disputará entre el 21 de noviembre y el 18 de diciembre para evitar las altas temperaturas. Ese año la Liga de primera división española podría tener un parón de más de un mes. Encajar una competición de tantas jornadas obligará a empezar la liga a principios de agosto o a incluir jornadas entre semana. Algo insólito.

Todos sabemos que el dinero manda y las fechas, horarios y localizaciones se escogen para que las audiencias sean siempre las más altas posibles, algo que favorece a los propios deportistas, a sus patrocinadores y a los propietarios de los derechos de emisión. Pero una buena planificación para que el tiempo no arruine la competición debería incluir un eficiente estudio meteorológico.