Estas son 5 de las fronteras más curiosas del mundo: desde divisiones extravagantes hasta grandes diferencias horarias
No siempre las fronteras responden a lógicas geográficas. A veces, la historia, la política o simplemente el azar, han creado curiosos y sorprendentes límites territoriales entre países que generan situaciones insólitas entre vecinos de distintos estados obligados a convivir juntos.

Las fronteras son zonas territoriales de tránsito entre países que imaginamos perfectamente definidas por tratados y representadas en los mapas por inequívocas líneas geográficas.
Pero, en algunos rincones del planeta, esas líneas han convertido esos pasos fronterizos en lugares tan extraordinarios y raros que incluso dan lugar a situaciones cómicas y extravagantes.
5 pasos fronterizos muy peculiares
Emprendemos un curioso viaje hacia fronteras que no solo dividen naciones, sino que cuentan historias sorprendentes en las que la geografía se entrelaza con la vida cotidiana.
Baarle-Hertog / Baarle-Nassau (Bélgica / Países Bajos)
Nos adentramos en el conocido como “pueblo de las mil fronteras”, uno de los pasos fronterizos más enrevesados y fascinantes del mundo. Esta localidad está dividida en dos con nombres similares: Baarle-Hertog (Bélgica) y Baarle-Nassau (Países Bajos).
2. Baarle-Hertog y Baarle-Nassau: el pueblo con más fronteras del mundo
— David Plaza (@davidpladel) March 16, 2025
La frontera entre Bélgica y los Países Bajos se cruza tantas veces que algunas casas están en ambos países al mismo tiempo. pic.twitter.com/cLzXjWqLTL
La peculiaridad radica en que la frontera no es una simple línea recta, sino un mosaico de enclaves y contraenclaves.
Básicamente, en su interior hay 22 territorios belgas dentro de los Países Bajos que, a su vez, tienen ocho territorios neerlandeses en su interior. Así que sus calles están repletas de líneas que marcan el límite entre un país y otro.
En algunas casas, la frontera atraviesa literalmente la sala de estar, así que es tradición que los dueños coloquen banderas o una línea en el suelo para marcar a qué país pertenece cada parte. Esto genera situaciones tan curiosas como tener que cambiar de país para ir al baño.
Biblioteca pública y casa de la ópera de Haskell (Canadá / Estados Unidos)
Ubicada entre Derby Line, Vermont (EE. UU.) y Stanstead, Quebec (Canadá), esta biblioteca y teatro de la ópera fue construida intencionadamente sobre la frontera entre ambos países.

En este caso, la frontera que divide ambos estados está marcada en el suelo con una línea negra. De este modo, los libros están en Canadá y el escenario de la ópera en Estados Unidos.
La entrada principal está del lado estadounidense, pero los canadienses pueden entrar sin necesidad de pasar por el departamento de inmigración. Un curioso ejemplo de cooperación transfronteriza que funciona a la perfección.
Dreiländereck (Eslovaquia, Austria y Hungría)
¿Es posible reunir en una misma mesa a tres personas de diferentes nacionalidades sin que ninguna de ellas abandone su país? Sí, en la frontera entre Eslovaquia, Austria y Hungría.

Sobre el vértice geográfico en el que coinciden estos tres estados europeos, se acordó la instalación de una mesa de picnic triangular, llamada Dreiländereck, que tiene cada uno de sus lados en una nación diferente.
Este punto se encuentra cerca de las ciudades de Bratislava (Eslovaquia), Kittsee (Austria) y Rajka (Hungría), en una tranquila zona rural a orillas del río Morava, muy cerca del Danubio. La mesa está decorada con colores y señalizaciones que indican claramente qué parte pertenece a qué país.
Islas Diómedes (Rusia / EE. UU.)
En el estrecho de Bering, entre Alaska (EE. UU.) y Siberia (Rusia), se encuentran dos pequeñas islas: la Isla Diómedes Mayor es rusa y la Isla Diómedes Menor, estadounidense.

Ambas están separadas apenas por unos 4 km, pero entre ellas hay una diferencia horaria de 21 horas debido a la línea internacional de cambio de fecha, próxima al meridiano 180°. Es decir, cuando en cuando en la isla mayor son las 8 de la mañana, en la menor el día está llegando a su fin.
Por eso, se las conoce como las "islas del mañana y del ayer", lo que está acentuado porque no está permitido el paso de civiles de la una a la otra. La diferencia temporal que existe entre ellas a pesar de su cercanía las convierte en un fenómeno geográfico muy llamativo.
Hotel Arbez (Francia / Suiza)
Ubicado en la localidad de La Cure, este curioso hotel fue construido en el siglo XIX justo sobre el límite franco-suizo, después de que un tratado permitiera levantar nuevos edificios sobre la frontera.
¿#SabíasQue existe un hotel que te permite decidir dormir en Suiza o Francia? Es el Hotel Arbez pic.twitter.com/6AqVL36320
— Toda una amalgama (@Todaunaamalgama) May 11, 2017
Tal es así, que el paso fronterizo pasa por medio del edificio. Por eso, algunas habitaciones están en Francia, otras en Suiza y algunas ¡en ambos países!
Como curiosidad histórica, durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis solo podían ocupar la parte francesa del hotel, lo que permitió a los refugiados esconderse en la parte suiza. Hoy, los huéspedes del Arbez pueden dormir con la cabeza en un país y los pies en otro.