¿La temperatura récord del Atlántico podría propiciar la llegada de huracanes a España?

Los huracanes requieren de muchos ingredientes para su formación y posterior evolución, lo que complica mucho su predicción. Esta temporada el Atlántico cumple con creces uno, ¿será suficiente para verlos en nuestras latitudes?

huracán en España
Resulta inevitable pensar que las temperaturas altas que está mostrando el Atlántico pueden llegar a facilitar la llegada de sistemas tropicales a España.

La probabilidad de que un huracán alcance la península ibérica siempre ha sido, sin lugar a dudas, muy baja. Esto es debido principalmente a que en nuestra latitud la temperatura del agua del océano, las condiciones de cizalladura y las constantes intrusiones de aire seco, ya sea de origen polar o continental, son frecuentes. Sin embargo, no es algo imposible y es importante destacar que en los últimos años el número de ciclones tropicales que se nos han acercado, llegando incluso a afectarnos en menor medida, ha ido en aumento. Concretamente algunos huracanes como Ophelia o Leslie han dejado claro que el riesgo existe.

Una de las formas en las que un huracán puede llegar a afectar gravemente a la península ibérica es, curiosamente, dejando de ser un huracán en el proceso. Es decir, en una situación en la que un gran huracán plenamente desarrollado próximo a la península como Ophelia (2017) o Lorenzo (2019) inicie la extratropicalización según se interne en nuestro territorio.

Esto les permitiría mantener vientos huracanados e intensas lluvias en un radio extenso sin perder apenas intensidad pese a su interacción con tierra firme y ausencia de un mar tropical, cosa que no podrían lograr con una estructura plenamente tropical. Algo similar a lo que sucedió con la tormenta tropical Delta en 2005 en Canarias.

El huracán Ophelia de categoría 3, pasó muy cerca de la península ibérica en octubre de 2017, dando lugar a fuertes vientos que reavivaron grandes incendios en Galicia.

Obviamente, este riesgo es mayor cuanto más favorables sean las condiciones del océano para mantener ciclones tropicales activos en las proximidades. La mayor temperatura tanto del Atlántico como del Mediterráneo está influyendo en la organización de la convección estos últimos años y también en el desarrollo de sistemas tropicales o subtropicales en estas latitudes, una tendencia que no conviene perder de vista y menos este año.

Una temperatura del océano sin precedentes en junio

El principal factor que motiva plantearse este tipo de cuestiones es la elevada temperatura de la superficie del Atlántico, con anomalías que han superado los 4 ºC y que parece que continuarán siendo extraordinarias, especialmente en las proximidades del suroeste de Europa. Esto constituye una anomalía de la que no existen precedentes en los registros de las últimas décadas y que se está siguiendo con atención.



Esta enorme ola de calor marina se extiende además por buena parte del Atlántico Norte, lo que complica mucho la predicción de la temporada de huracanes: por una parte el Niño tiende a fortalecer la cizalladura y disminuir la probabilidad de formación, pero por otra la temperatura superficial puede aumentarla y además extenderla a latitudes más altas de lo habitual.

Entonces, ¿es realmente cierto que pueda alcanzarnos un huracán este año?

El problema es que la temperatura no es el único factor, necesitaremos que se cumplan otras tantas condiciones, todas ellas muy importantes. La cizalladura elevada típica de esta región y las frecuentes irrupciones de aire seco procedentes de Europa o del Sáhara son aún más importantes y limitantes que la temperatura del océano.

Por tanto, es conveniente afirmar que por sí solo, un océano más cálido no es suficiente para formar un huracán, pero sí incrementará la probabilidad de que pueda hacerlo si un día las otras variables lo permiten. Además, favorecerá que otros fenómenos convectivos presenten una mayor eficiencia al aumentar la evaporación y el contenido de humedad de las masas de aire procedentes del océano.