El chorro polar se desboca, ¡los eventos extremos están aumentando!

Un nuevo artículo publicado este mes por la Academia Nacional de Ciencias (PNAS) de Estados Unidos afirma que la corriente de chorro se está viendo alterada debido al calentamiento global. ¿Cómo afectará al tiempo en nuestras latitudes?

Jet stream ondulado
Una corriente en chorro más ondulada puede provocar un aumento de los extremos atmosféricos en nuestras latitudes. Fuente: Nullschool

Como todos sabemos, la corriente de chorro polar es una zona de vientos fuertes, situada aproximadamente a unos 60 ºN, encontrándose en la alta troposfera, en torno a los 8-11 kms de altitud. Esta corriente se genera a partir de la diferencia de temperatura entre las regiones polares y las tropicales. Cuanto más pronunciado es el gradiente de temperatura entre ambas zonas, más energética es la corriente de chorro y más intensos son sus vientos ( >300 km/h).

Ahora bien, si la temperatura de nuestra planeta sigue subiendo, el gradiente de temperatura entre los polos y el ecuador variará, y ello se traducirá en cambios en el comportamiento del jet stream.

Recordemos que la corriente de chorro polar tiene una gran influencia en los patrones meteorológicos y climáticos de todo el hemisferio norte, y sus cambios en fuerza y posición tienen consecuencias a escala planetaria. En definitiva, ¿cómo nos podrían afectar esas alteraciones?

Un chorro polar cada vez más meandrizante

El calentamiento global es un hecho más que constatado, pero este incremento es desigual. Algunas regiones se calientan más rápido que otras, y en particular el Ártico, fenómeno comúnmente conocido por los científicos como amplificación polar.

Corriente de chorro polar. Izquierda: fuerte y sin ondulaciones. Derecha: debilitada y con ondulaciones.
Esquema de la corriente de chorro polar. Izquierda: corriente robusta y sin ondulaciones. Derecha: corriente debilitada y con meandros.

Este incremento de las temperaturas en la regiones polares debilita el gradiente de temperatura meridional y, por lo tanto, provoca un debilitamiento de la corriente en chorro. Los vientos zonales se frenan y la corriente de chorro serpentea. Es decir, aparecen meandros más pronunciados.

Entonces, a medida que la amplificación del Ártico debilita la corriente de chorro, se generan ondulaciones y aumenta el transporte e intercambio energético. Una corriente más meandrizante permite que el aire frío del polo descienda a nuestras latitudes, mientras que el aire muy cálido penetra en latitudes altas.

Un chorro polar más meandrizante puede causar un aumento de los extremos atmosféricos, como se está viendo ya.

Estas ondas pueden ralentizar el jet stream, volviendo más extremos precisamente a los extremos atmosféricos, estancando las temidas olas de calor en un lugar concreto y frenando el avance de los sistemas tormentosos, o que situaciones de inestabilidad o frío extremo sean más persistentes.

¿Cómo nos puede afectar a nosotros?

La corriente de chorro polar rige, entre otros, las condiciones meteorológicas en España. Principalmente, es la responsable de transportar los sistemas meteorológicos que circulan por nuestras latitudes. Si se ve alterada, nos adentramos en un escenario totalmente desconocido con repercusiones a escala planetaria.

Según las últimas investigaciones, los fenómenos meteorológicos extremos en las latitudes medias están asociados con corrientes en chorro más onduladas, algo que parece que está ya sucediendo. Un chorro polar más meandrizante se correlaciona con la amplificación del Ártico que, debido al gradiente de temperatura meridional reducido, debilita el flujo zonal.

En un contexto de calentamiento y con el jet stream más ondulado, pueden producirse eventos de frío y nieve extremos. ¿Cómo olvidar a Filomena?

Las consecuencias de estas ondulaciones provocan cambios en los patrones de precipitaciones en latitudes medias y un aumento de sequías, olas de calor, inundaciones y otros fenómenos meteorológicos extremos en Europa y el este de EE. UU. También pueden traducirse en importantes irrupciones de aire frío.

Provocan cambios en los patrones de precipitación, e incluso podría afectar a la velocidad de los ciclones tropicales, volviéndolos más peligrosos.

Una corriente de chorro debilitada también puede causar que los sistemas meteorológicos afecten a la misma área durante períodos de tiempo más prolongados. Eso se traduciría en tormentas, inundaciones, olas de calor, incendios forestales más numerosos e intensos. Además, estas ondas más lentas también pueden estar afectando a la velocidad con la que se mueven los ciclones tropicales, desacelerando su movimiento y aumentando su peligrosidad.