4 restricciones a las que nos enfrentaremos este verano para paliar la sequía

La sequía es ya un problema consolidado en España. Con la llegada del verano es probable que nos enfrentemos a restricciones en el consumo de agua. ¿Cuales son las más probables y en qué consisten?

Sequía
Estado del embalse del Riu Gaià (Tarragona) el pasado 25 de marzo. Autor: Jordi Rovira (@JRovireta)


Durante muchos meses, la constante presencia anticiclónica ha bloqueado la llegada de las grandes borrascas atlánticas. Estas borrascas y sus frentes asociados son las que suelen regar buena parte de España en invierno y principios de primavera. Diciembre es históricamente el mes más lluvioso del año en buena parte de Andalucía, Extremadura, las dos Castillas, Galicia y Canarias. Aunque el pasado diciembre fue húmedo en estas zonas, no ha sido suficiente para contrarrestar tantos meses de déficit.

Como resultado, en un 80% del territorio español la humedad del suelo en la capa superficial es inferior al 10% y directamente comparable con amplias zonas del norte de África. El conjunto de capacidad de los embalses peninsulares destinados al consumo humano y agricultura se encuentra al 42% y lleva descendiendo durante todo el mes de abril.

En cuanto a las cuencas hidrográficas, resultan muy preocupantes la de Guadalete-Barbate (27.9%), Guadalquivir (24.6%), Cuencas Internas de Cataluña (25.7%) y Guadiana (33.7%). El primer sector en sentir las consecuencias ha sido la agricultura: según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), ya se han producido “pérdidas irreversibles en más de 3.5 millones de hectáreas de secano”.

Las temidas restricciones pronto podrían aplicarse a nivel general, ¿cuáles?

A no ser que la situación dé un vuelco, lo esperable es que, con la llegada del verano, se cierre la puerta de las precipitaciones generales en España. En algunas zonas son habituales las típicas tormentas vespertinas, pero estas acostumbran a ser irregulares y en forma de chubascos. Con ello, es probable que en muchas zonas debamos enfrentarnos a las temidas restricciones. ¿Cuáles son las principales a tener en cuenta?

Cortes de agua en los grandes núcleos urbanos

Esta es una de las medidas que se suelen tomar en último lugar debido al elevado impacto que producen. En la sequía de 1991-1995 se “cerró el grifo” literalmente en ciudades como Madrid, Bilbao o Sevilla. De hecho, la Agencia Catalana del Agua ya comunicó que, de seguir así la situación, se producirán cortes de suministro a finales de año. En algunos casos, se aplica un umbral de agua por habitante que, en caso de ser superado, se penaliza con un extra en el precio de la factura o incluso una multa.

Prohibición de riego en jardines y para la limpieza de calle

El riego puede espaciarse más (una vez cada dos días) sin consecuencias importantes. Se puede incluso organizar en función de las condiciones meteorológicas reinantes. Los vientos secos favorecen la evapotranspiración (pérdida de agua en las plantas) y son un factor a tener en cuenta. En caso de falta de agua, la limpieza de las calles se realiza con agua no potable.

SPEI
Mapa con el 'Índice de Precipitación Evapotranspiración Estandarizada' que muestra la severidad de la sequía meteorológica. En gran parte de la penínsular alcanza niveles "extremadamente secos".

Reducción del riego agrícola

Hasta un 40% en el presupuesto de agua para uso agrícola o industrial. En estos casos, el riego por goteo puede suponer un gran ahorro: el agua va directa a las raíces y se espacia a lo largo del tiempo. El riego puede priorizarse en las horas del día de menor evapotranspiración.

Prohibición de llenado de piscinas públicas o privadas y/o llenado parcial

En algunos casos se permite el llenado cuando las piscinas cuentan con un sistema de recirculación. Una piscina pequeña familiar, puede contener más de 48.000 litros a lo que habrá que sumar el agua perdida por evaporación, salpicaduras o incluso fisuras. En los meses de verano, la evaporación puede alcanzar tasas muy elevadas de hasta 150 litros por día en una piscina de dimensiones medianas.

Las sequías son fenómenos cíclicos, sabemos cómo enfrentarnos a ellas

A modo de conclusión, la sequía no es un fenómeno nuevo en España. Se trata de un evento cíclico asociado a la contínua presencia anticiclónica sobre una zona o un consumo excesivo de agua. Sabiendo que es un problema recurrente en nuestro país no hay mejor manera que recurrir al refranero popular: “más vale prevenir que curar”. El mejor momento para prevenir es cuando hay abundancia de agua.