Calentamiento global: estas presas amenazan con colapsar

Decenas de miles de presas en todo el mundo están llegando al final de su vida útil. A medida que envejecen, el deterioro de estas construcciones puede provocar un aumento de los colapsos y se convierten en una seria amenaza para cientos de millones de personas que viven río abajo.

Embalse de Kariba
La presa de Kariba en África tiene 62 años. En 2015, los ingenieros descubrieron que el agua liberada por sus compuertas había cavado un agujero de 79 metros de profundidad en el lecho del río provocando grietas y amenazando con volcar la presa de hormigón.

El siglo XX fue un período próspero para los constructores de embalses, especialmente en Asia. Estas construcciones se utilizaron para generar energía hidroeléctrica, almacenar agua para evitar inundaciones y mejorar la navegación. Ahora bloquean la mayoría de los ríos del mundo y pueden almacenar el equivalente a una sexta parte de su caudal anual total. Se estima que son cerca de 19.000 los grandes embalses, definidos como los que tienen más de 15 metros, con más de 50 años (la vida útil antes de necesitar reparaciones).

Este estudio pionero de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) sobre los crecientes riesgos advierte que un legado envejecido de presas que se desmoronan, más allá de su vida útil, está provocando un aumento significativo de rupturas, fugas y descargas de agua de emergencia. Estos antiguos embalses deteriorados por el tiempo y el calentamiento global, que provocan inundaciones cada vez más violentas, son una combinación mortal para las poblaciones que viven río abajo.

Los embalses chinos e indios entre los más problemáticos

China tiene alrededor de 24.000 grandes presas y muchas datan de la época de la Revolución Cultural (1966-1976). Un tercio de estas presas estudiadas en 2011 presentan "un alto nivel de riesgo debido a la obsolescencia estructural y la falta de mantenimiento", reveló un análisis de Meng Yang de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong (China). Gran Bretaña y Japón tienen las presas más antiguas, de 106 y 111 años respectivamente. Las americanas tienen en promedio 65 años.

Los ingenieros afirman que los mayores problemas llegarán de China e India, donde ya hay 600 embalses con más de medio siglo. En 1979, la rotura de la presa Machchu en India mató a 25.000 personas. Cuatro años antes, fue la presa de Banqiao en China la que estalló, enviando una ola de 6 metros de altura río abajo y matando a 26.000 personas.

¿Qué se puede decir sobre la presa Mullaperiyar de 125 años ubicada en un área propensa a terremotos en la India? Esta reliquia de 53 metros de altura se agrietó en los terremotos de 1979 y 2011. Y según un estudio indio, es posible que no resista un terremoto de más de 6,5 en la escala de Richter. "Para el 2050, la mayor parte de la humanidad vivirá río abajo de las grandes represas construidas en el siglo XX que amenazan con romperse", dice el informe de la UNU.

Cambio climático e inundaciones extremas

El calentamiento global y las presas envejecidas amenazan con ser una combinación catastrófica y mortal. "Las antiguas presas fueron diseñadas y construidas sobre la base de estudios hidrológicos en una era anterior al cambio climático. Ahora las cosas son diferentes, y esto es preocupante", explica el coautor del informe Vladimir Smakhtin.

Estas presas envejecidas causan crecientes riesgos de seguridad, ya que sus estructuras se vuelven más frágiles y el cambio climático aumenta las limitaciones, particularmente debido al aumento de los caudales extremos de los ríos. El estudio de la UNU muestra un fuerte crecimiento en la tasa de roturas de presas desde 2005: más de 170 incidentes entre 2015 y 2019, mientras que antes de 2005 el promedio era menos de cuatro por año.

Algunas presas siguen siendo seguras, pero todas requieren una inspección cuidadosa. Muchas otras tendrán que ser rediseñadas para hacer frente a caudales de ríos extremos diferentes a los previstos durante su diseño. "Algunas son tan grandes que es difícil imaginar cómo abordar el problema", afirma Vladimir Smakhtin. "La presa de Kariba (en el sur de África) es realmente enorme y para mediados de siglo tendrá 100 años. Puede que entonces tengamos tecnologías nuevas para subsanar el problema, pero de momento no sabemos cómo".