Bombardiro Crocodilo: el cocodrilo demente que está ‘pudriendo’ los cerebros infantiles, según los expertos
El fenómeno del brainrot, relacionado con el consumo excesivo de contenido digital, preocupa a los expertos, que alertan sobre sus efectos en el desarrollo emocional y cognitivo de niños y adolescentes, expuestos a estímulos constantes y adictivos en redes sociales.

Un personaje surrealista —una mezcla de cocodrilo, piloto de guerra soviético y estrella de videos absurdos generados por IA— que grita frases sin sentido como “¡Gloink para la madre Rusia!”, se ha convertido en uno de los memes más virales de los últimos meses. Su nombre es Bombardiro Crocodilo, y aunque suena a broma, es el protagonista de una tendencia digital que ha encendido todas las alarmas en la comunidad científica internacional.
Este personaje es ejemplo del peligroso fenómeno que se está propagando como un virus en TikTok: el brainrot —literalmente, “cerebro podrido”— digital. O lo que es lo mismo, una sobrecarga sensorial tan absurda como adictiva, que podría estar dejando secuelas irreversibles en la mente de los más jóvenes.
Los expertos en neuropsiquiatría infantil alertan
Los videos de Bombardiro Crocodilo no tienen lógica ni narrativa. Son fragmentos caóticos generados por IA con una mezcla de imágenes deformes, música acelerada, sonidos molestos y subtítulos que no significan nada.
Se han puesto de moda los llamados brainrot que son seres creados con IA con nombres graciosos en italiano y tailandés con una descripción de lo que hacen. pic.twitter.com/N9X5sDaEl5
José Hernández (@ciberpepito) April 19, 2025
La intención es clara: estimular el cerebro de forma agresiva, mantener los ojos pegados a la pantalla y conseguir el mayor número de repeticiones posibles. Y lo están logrando. Solo el hashtag #BombardiroCrocodilo acumula más de 1.200 millones de visualizaciones en TikTok, muchas de ellas en perfiles de niños y niñas.
Menores que no pueden leer una página entera sin distraerse, pero pueden pasar horas viendo loops de 10 segundos de este cocodrilo. Para Catherine L’Ecuyer, doctora en Educación y Psicología, los niños “deben aprender en contacto con la realidad, no con un bombardeo de estímulos externos perfectamente diseñado”.
Algunos psiquiatras infantiles ya están observando cómo este tipo de contenidos fragmentan la atención, alteran la percepción del lenguaje y dificultan el pensamiento reflexivo en niños pequeños. Y advierten: “No es exagerado hablar de daño cognitivo si el consumo es frecuente y sin supervisión”.
¿Qué daños puede causar en el cerebro infantil?
Estos videos están diseñados como una droga visual. ¿La clave? El cerebro infantil aún no tiene herramientas para filtrar lo absurdo. Todo lo que es extraño, imprevisible y colorido capta su atención.
Su propósito no es entretener ni educar, sino colonizar el sistema dopaminérgico, esto es, el conjunto de neuronas que producen, liberan y responden a la dopamina, que desempeña un papel esencial en el aprendizaje, el movimiento, la memoria, la atención, el estado de ánimo y la motivación.
¿ESTÁN PODRIDOS NUESTROS CEREBROS? LA PANDEMIA DIGITAL DEL BRAINROT
— PEDRO MUJICA (@pedromujica) January 7, 2025
El brainrot o podredumbre cerebral es el nuevo mal de la era digital, un fenómeno que ya afecta a millones de personas en todo el mundo. Este término, acuñado por expertos y reconocido como palabra del año por pic.twitter.com/7Ppg52Pqsq
“Es una especie de ‘comida chatarra digital’ para el cerebro”, señala Tara Thiagarajan, neurocientífica, quien añade que “el peligro está en cuánta consumes”. Por eso, los expertos advierten que podríamos estar criando a una generación “neurocognitivamente alterada”.
Mientras que un cuento o una serie infantil tradicionales trabajan con estructuras narrativas que fomentan la comprensión y el lenguaje, estos videos hiperacelerados solo activan respuestas automáticas. Es adicción a lo absurdo.
Según un informe reciente de la Universidad de Oxford, el consumo constante de este tipo de contenido también está vinculado a un aumento de trastornos de ansiedad, déficit atencional y despersonalización en menores de entre 6 y 13 años.
¿Quién está detrás de este fenómeno viral?
Detrás de este fenómeno hay decenas de creadores anónimos y plataformas automatizadas que utilizan inteligencia artificial para generar contenido a escala industrial. Todo sin regulación ni control de calidad.
Tampoco es gratuito. Su consumo se paga con nuestros datos. Así, los algoritmos perfilan a los usuarios y los mantienen dentro de burbujas de contenido, promoviendo hábitos de consumo repetitivos, la exposición constante a discursos de odio o la normalización de la inmediatez.
i'm going down the italian brainrot rabbithole right now
— bayou (@0xbayou) March 12, 2025
i'll keep y'all updated
it seems like bombardiro crocodilo is the leader of the packhttps://t.co/iXJ84ptvZQ pic.twitter.com/4Kmpa5wdzX
Por ello, las autoridades sanitarias de países como Francia o Canadá ya están estudiando regulaciones específicas contra el contenido generado por IA para menores. Aseguran que no se trata de satanizar internet ni prohibir el uso de redes sociales como TikTok. Sin embargo, sí urge un debate social profundo sobre lo que consumen nuestros hijos.
El peligro no es solo Bombardiro Crocodilo, sino una infancia que aprende a pensar en memes y a sentir en loops. “Si no actuamos ahora, el futuro se parecerá mucho a estos videos: ruido, confusión y ninguna lógica”, vaticinan los expertos.