¿Boca seca tras una copa de vino? El componente que reseca la boca puede ser bueno, según la ciencia

Tras una copa de vino, es común sentir la boca seca. La ciencia revela que el compuesto responsable de esa sensación podría aportar beneficios inesperados, cambiando nuestra percepción del vino.

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El vino, un gran portador de compuestos fenólicos y antioxidantes

Para muchos amantes y aficionados del vino, esa sensación de boca seca y ligeramente áspera tras un sorbo no es desconocida. A menudo atribuida a un vino “fuerte” o “astringente”, esta percepción tiene un origen muy concreto en la química del vino.

Pero lo que quizá sorprenda a muchos es que el mismo componente que produce esa sequedad podría tener beneficios para la salud, según apuntan diversos estudios científicos. Lejos de ser un defecto, la astringencia en su justa medida puede ser una señal de que el vino contiene sustancias de interés.

Los taninos: los responsables de la astringencia

El responsable de esa sensación áspera tan característica de muchos vinos son los taninos, unos compuestos fenólicos que se encuentran de forma natural en la piel, las semillas y los raspones de la uva.

Los vinos tintos, debido a su proceso de maceración, suelen contener una concentración mucho mayor de taninos que los vinos blancos o rosados. Al entrar en contacto con la saliva, los taninos se unen a las proteínas presentes en ella y provocan esa impresión de sequedad y aspereza, una reacción completamente natural.

Antioxidantes con potencial beneficioso

Más allá del impacto sensorial, los taninos han sido objeto de estudio por sus posibles propiedades beneficiosas. Estos compuestos poseen una notable acción antioxidante, capaz de combatir los radicales libres implicados en el envejecimiento celular y en diversas enfermedades crónicas.

La capacidad antioxidante de los taninos convierte al vino tinto (siempre consumido con moderación) en una bebida con cierto interés nutricional.

Dentro del conjunto de los taninos, los polifenoles han sido especialmente estudiados. El famoso resveratrol, presente en la piel de la uva, es solo uno de ellos.

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La uva tinta es la variedad con mayor contenido de polifenoles

Estos compuestos pueden contribuir a mejorar la salud cardiovascular, ya que favorecen la dilatación de los vasos sanguíneos, disminuyen la inflamación y ayudan a reducir la oxidación del colesterol LDL.

Aunque no se puede afirmar que una copa de vino sea un remedio, sí es cierto que la presencia de polifenoles ayuda a explicar por qué algunas dietas tradicionales, como la mediterránea, se relacionan con menores tasas de enfermedades del corazón.

Un posible aliado para la salud bucal

La astringencia del vino no solo tiene efectos a nivel interno. Algunos estudios recientes han explorado el papel de los taninos en la salud bucal, mostrando que podrían ayudar a inhibir el crecimiento de ciertas bacterias perjudiciales.

Aunque esto no convierte al vino en un sustituto del cepillado dental (ni mucho menos), abre la puerta a posibles aplicaciones en productos de higiene bucal aprovechando su acción antimicrobiana.

Taninos y complejidad enológica

Desde una perspectiva enológica, la presencia de taninos es también indicio de estructura, longevidad y complejidad.

Este fenómeno explica por qué ciertos vinos mejoran con la crianza: los taninos evolucionan y se vuelven más sedosos, contribuyendo a un perfil sensorial más equilibrado.

Un vino tinto joven puede mostrar una astringencia marcada, que se irá suavizando con el tiempo gracias al proceso de polimerización. En él, las moléculas de tanino se unen formando estructuras más grandes y menos agresivas para el paladar.

Variedades, climas y estilos de vino

Por supuesto, no todos los vinos presentan el mismo grado de astringencia. Factores como la variedad de uva, el método de vinificación y el clima influyen notablemente.

Uvas como la Cabernet Sauvignon, tempranillo o tannat son conocidas por su potencia tánica, mientras que la Pinot Noir (de origen francés) suele ofrecer taninos más delicados. En regiones cálidas o secas, los taninos maduran mejor y dan vinos más redondos, mientras que en climas fríos la astringencia puede ser más intensa.

La próxima vez que bebas una copa de vino y notes esa sequedad, quizá la percibas de otra manera. Lo que parece una simple molestia es, en realidad, un indicador de la riqueza química del vino y de su potencial beneficioso. La ciencia nos recuerda que, detrás de cada sorbo, hay una compleja interacción entre naturaleza, tradición y salud.

Referencia de la noticia

Steve Guest, Greg Essick, Mike Young, Nicola Phillips, Francis McGlone, The effect of oral drying and astringent liquids on the perception of mouth wetness, Physiology & Behavior.

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