Las alergias se disparan en España por el calor, ¿cómo podemos combatirla?

Ojos rojos, tos, estornudos, rinitis… los síntomas de la alergia se acrecientan en primavera y este año parece que está siendo especialmente complicado para los alérgicos. ¿Por qué cada vez hay más alergias? ¿Hay algo que podamos hacer?

bien polinizado
Podemos sufrir de alergia todo el año, pero debido a la época de la polinización, en primavera es más exacerbado

La alergia trata de una respuesta anómala y exagerada del sistema inmunológico frente a algunas sustancias que para otras personas son inocuas. Ciertamente las alergias pueden darse en cualquier época del año, a cualquier persona y a diferentes agentes alérgenos. No obstante, durante la primavera ocurre de forma más intensa.

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De hecho, el primer alérgeno de vías respiratorias descrito fue el polen de gramínea, el rey de las rinitis desde abril hasta junio. Se nos cuela por las ventanas que ahora abrimos más, y la mayoría de árboles y plantas polinizan durante estos meses, aunque no todos.

¿Por qué parece que cada año hay más alergia?

No lo parece, es que hay motivos para pensar que las alergias están aumentando además del conocido incremento en los diagnósticos. La contaminación ambiental empeora la evolución del asma bronquial, pero es que, además, los contaminantes provocan en las plantas una situación de estrés con lo que se induce la expresión de proteínas con más potencia alergénica.

Si a esto le sumas que el cambio climático consigue que se alargue el tiempo de polinización, tenemos la tormenta perfecta para el aumento de las alergias.

alergia
La histamina es la molécula responsable de los síntomas alérgicos, pero también tiene funciones importantes en nuestro organismo

La molécula responsable de estos síntomas es la histamina. En realidad, esta molécula cumple funciones muy importantes en nuestro cuerpo: contribuye a enviar señales entre células, favorece las condiciones frente a la defensa, “ayuda” a mantener al cerebro despierto e induce la acidez en el estómago.

Pero en caso de alergia, la histamina se convierte en un problema. Esos vasos sanguíneos permeables que conseguía la histamina para que las células defensivas llegaran rápido al agente contra el que se debe luchar, causan lagrimeo, congestión, inflamación o prurito.

¿Hay tratamiento?

Este es el motivo por el que los antihistamínicos son el tratamiento de elección para los síntomas (porque curar, no se cura). Los antihistamínicos esconden a la histamina para que las células no la “vean” y así evitar esos síntomas alérgicos (rinitis, estornudos o hinchazón) pero también el resto de funciones de esta molécula se ven afectadas, por eso algunos antihistamínicos nos dan sueño, llegando a utilizarse específicamente para este motivo.

Otros tratamientos para la alergia serían la inmunoterapia o vacuna antialérgica, pero para ellos, es necesario un amplio estudio y valoración por un especialista para que ofrezca la opción más adecuada.

Polonia
Los tratamientos sintomáticos o inmunoterapia ayudan a sobrellevarlo, pero, lamentablemente, evitar el contacto con en alérgeno es el mejor tratamiento

¿Qué podemos hacer?

Antes de nada, es imprescindible tener un diagnóstico concreto realizado por un alergólogo, con él podremos saber qué sustancia en concreto somos alérgicos. Así podremos observar las circunstancias como conocer los niveles concretos del polen atmosférico, estacionalidad y duración. Como no podemos evitar al 100% la exposición, no queda otra que reducir el contacto, por ejemplo:

  • Usando gafas de sol para evitar el contacto del polen en los ojos. Haciendo uso de la mascarilla para evitar que entre en las vías respiratorias (las más adecuadas son las ya conocidas FFP2 o FFP3, que protegen desde el exterior hasta el interior).
  • Ventilar a primera hora de la mañana, y hacer uso de filtros en el aire acondicionado tanto en casa como en el coche.
  • Secar la ropa en el exterior durante los días en los que más polen hay, hará que se pueda quedar en la ropa y que el contacto sea inevitable. Es mejor, si es posible, hacerlo en el interior o en secadora.
  • Inevitablemente, al tener que evitar la exposición, deberíamos reducir las actividades al aire libre los días en los que la concentración de polen es muy elevada, más aún si encima hay viento.

No olvidemos que la medicación sintomática siempre deberá ser la ajustada y recomendada por un profesional.