Nueva red de detección de gases distintos al CO2

Científicos financiados con fondos europeos han desarrollado una red de observación sofisticada que permite medir con precisión las emisiones de gases distintas al CO2 y que contribuirá en gran medida a cumplir los objetivos marcados en las políticas de la Unión Europea en materia de clima y medio ambiente.

Tras la finalización del proyecto financiado por la Unión Europea INGOS, compuesto por instituciones de investigación de catorce países participantes, se ha logrado aumentar la capacidad europea para registrar las emisiones de gases de efecto invernadero distintos al dióxido de carbono (CO2). Si bien existen métodos asentados para registrar las emisiones industriales de CO2, la medición eficaz de las emisiones de otros gases potencialmente dañinos como el óxido nitroso y el metano ha resultado hasta ahora más complicada.

De hecho, sólo era posible realizar cálculos aproximados de la cantidad de emisiones de estos gases, debido a que proceden de fuentes muy distintas como los vertederos o la producción de alimentos.

Para abordar este problema, el proyecto INGOS estableció una red de puestos de observación atmosférica por toda Europa como estrategia para recopilar y combinar mediciones de estos gases y establecer referencias con otros datos. La infraestructura del proyecto se dedica a estandarizar las mediciones, reforzar los emplazamientos de observación, desarrollar las capacidades en los nuevos Estados miembros de la UE y preparar su integración con cualquier otra red ya en marcha o en desarrollo (por ejemplo ICOS, el equivalente del INGOS dedicado al carbono).

Este sofisticado sistema de observación, que genera datos para detectar núcleos de emisión intensa, ofrece información mucho más exhaustiva sobre la influencia de estos gases en el ecosistema y su contribución al total de las emisiones de gases de efecto invernadero. Los puestos de observación se rediseñaron para que pudieran detectar gases de efecto invernadero potenciales, incluso en concentraciones muy pequeñas. Gracias a INGOS ya se han identificado varios gases nuevos que hasta ahora habían pasado desapercibidos o que acaban de empezar a comercializarse (por ejemplo como sustitutos de los gases industriales tradicionales). Todos los resultados se deben a la sensibilidad de la red de observación creada, capaz de detectar concentraciones muy bajas de emisiones.

Uno de los gases distintos al CO2 más importantes en los que ha trabajado INGOS ha sido el metano. Las moléculas de metano conservan mucho más calor que el CO2 y por tanto su contribución relativa al calentamiento global es mayor. La concentración de metano en la atmósfera muestra una tendencia con una enorme variabilidad compuesta por años de aumento pronunciado, seguidos de otros de estabilidad, para después continuar con aumentos.

Red de trabajo y medidas del proyecto europeo INGOS

Ciertas bacterias tanto de los humedales como del ganado generan metano de forma natural, pero la aportación de este gas a causa de la actividad humana es superior a la de los recursos naturales. El proyecto INGOS se sirvió de su gran torre de medición sita en Cabauw (Países Bajos) para efectuar las primeras mediciones detalladas del metano con una elevada resolución temporal. El equipo del proyecto logró de este modo determinar si el metano procedía de bacterias naturales o de combustibles fósiles.

Los logros del proyecto permitirán tomar decisiones políticas mejor fundamentadas sobre el cambio climático y apoyarán los protocolos internacionales de reducción de gases de efecto invernadero distintos al CO2, así como las estrategias de investigación pertinentes. Se espera que la reducción de las emisiones de gases distintos al CO2 resulte más rentable que las medidas adoptadas para reducir las emisiones convencionales de CO2.

Las capacidades de observación desarrolladas por INGOS permitirán ahora verificar independientemente las reducciones de emisiones pretendidas, y de este modo contribuirán a la formulación de políticas europeas sobre el medio ambiente y la competitividad y aumentarán la confianza de la población en las medidas adoptadas contra el cambio climático mundial.

FUENTE: Madri+d

Esta entrada se publicó en Noticias en 05 Feb 2016 por Francisco Martín León