Los incendios son fuegos que adquieren una proporción destacable y que, apareciendo de forma fortuita o provocada, calcinan elementos que no deberían ser quemados. Esta definición es muy amplia y abarcaría cualquier evento tanto en zona boscosa, como industrial o urbana. A nivel medioambiental, los que más importancia suelen adquirir por sus dimensiones muchas veces colosales son los llamados “incendios forestales”.
Los incendios forestales hacen referencia a los fuegos que acontecen, tal y como indica su nombre, en una zona forestal que tampoco estaba destinada a ser quemada. Suelen causar numerosos daños en áreas naturales que en ocasiones tienen consecuencias también en la población civil y sus bienes. Según Protección Civil y Emergencias, en España cada año se producen de media unos 17.000 incendios forestales (la mayoría inferiores a 1 hectárea) y afectan, en promedio, a unas 114.000 hectáreas de superficie forestal.
El actual cambio climático está provocando veranos cada vez más cálidos, con picos de calor extremo asociados a olas de calor muy virulentas, algo que unido al mayor combustible presente en las montañas, en parte debido a la falta de mantenimiento, retroceso del pastoreo o al abandono de los cultivos, está provocando los llamados incendios de sexta generación, capaces de influir en la meteorología y siendo así extremadamente difíciles de sofocar.