Se prevé un mundo más calido y húmedo para este siglo, pero...

NCAR Los recientes episodios de calor mortal en los Estados Unidos y la Europa, el seco y largo periodo a lo largo del oeste de los E.E.U.U., y de las irrupciones de intensas lluvia y de nieve a travé...

NCAR

Los recientes episodios de calor mortal en los Estados Unidos y la Europa, el seco y largo periodo a lo largo del oeste de los E.E.U.U., y de las irrupciones de intensas lluvia y de nieve a través de Norteamérica y de Eurasia son acontecimientos que podrán afectarnos en años venideros, según un nuevo estudio basado en varios de los modelos más avanzados del clima del mundo. Gran parte del mundo hará frente a un riesgo realzado de olas de calor, precipitación intensa y otros extremos del tiempo, concluye los científicos del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica (NCAR), la universidad del Tech de Tejas, y la oficina de Australia del Centro de Investigación de Meteorología.

El nuevo estudio, “Yendo hacia extremos,” aparecerá en la revista de diciembre Climatic Change.

Muchos estudios anteriores han analizado cómo la temperatura o la precipitación media pueden cambiar en el siglo próximo mientras que los gases efecto invernadero aumentan. Sin embargo, la nueva investigación analiza específicamente cómo los extremos del tiempo podrían cambiar.

“Son los extremos, no los promedios, los que causan la gran mayoría del daño a la sociedad y a muchos ecosistemas,” dicen la científico Claudia Tebaldi, autora principal del estudio de NCAR. “Ahora tenemos el primer consenso basado en modelo sobre el riesgo de las olas de calor peligrosas, lluvias intensas y de otras clases de tiempo extremo que cambiarán en el siglo próximo.”

El estudio es uno de los primeros análisis más extensos y sofisticados que se han hecho por ordenador realizado recientemente para el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, IPCC. El informe siguiente del IPCC será realizado a primeros de 2007.

Tebaldi y sus colegas basaron su trabajo en simulaciones a partir de nueve diversos modelos del clima para los períodos 1980-1999 y 2080-2099. Las simulaciones fueron creadas en superordenadores en los centros de investigación de Francia, Japón, Rusia y los Estados Unidos. Cada modelo simuló el intervalo 2080-2099 tres veces, variando el grado en que los gases efecto invernadero se acumulan en la atmósfera. Estos tres panoramas fueron utilizados para explicar el excedente de incertidumbre de cuán rápidamente la sociedad puede actuar para reducir emisiones del dióxido de carbono y de otros gases efecto invernadero en las próximas décadas.

De las salidas de los modelos, los científicos computaron 10 índices de extremos del clima, 5 relacionados con la temperatura y 5 con la humedad. Por ejemplo, los días de una helada se ponen con un índice como la medida de cuántos días del año las temperaturas caen por de los 0º C, mientras que los días secos se cuantifican en un índice que tiene en cuenta la cadena de más larga de días consecutivos sin lluvia o nieve. Ya que el impacto de un índice dado puede ser más fuerte en una zona climática que otra, los autores expresaron los resultados en términos de significación estadística en cada localización.

Para los tres escenarios, los modelos estuvieron de acuerdo en varios cambios antes de 2080-2099.

El número de noches extremadamente cálidas y la longitud de las olas de calor aumentarán perceptiblemente en casi todas las áreas de la tierra a través del globo. Durante olas de calor, las noches muy cálidas se asocian a menudo a fatalidades porque la gente y los edificios tienen menos posibilidad de refrescarse durante la noche.

La mayoría de las áreas alrededor de los 40 grados norte verán un salto significativo en el número de días con la precipitación intensa (días con más de 0.40 pulgadas). Esto incluye la zonas norteña de los EEUU, de Canadá y la mayor parte de de Europa.

Los periodos secos podrían alargarse perceptiblemente en el occidente de los Estados Unidos, Europa meridional, este de Brasil y varias otras áreas. Los periodos secos prolongados son uno de varios factores que producen e intensifica las sequías.

La mayor parte de estas tendencias son perceptiblemente más débiles para el panorama de baja emisión que para los panoramas moderados y de alta emisión. Así, los autores agregan, que bajando las emisiones de los gases efecto invernadero durante el siglo próximo se debería reducir el riesgo de que ocurran cambios más severos.

La investigación fue apoyada por el National Science Foundation, que es patrocinador primario de NCAR, así como por el Ministerio de los E.E.U.U. de la Agencia de la Energía y de Protección del Medio Ambiente.

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Contacto:

David Hosansky

Centro nacional para la investigación atmosférica

303-497-8611

[email protected]

Este texto derivó de:

http://www.ucar.edu/news/

Y de

http://earthobservatory.nasa.gov/Newsroom/MediaAlerts/2006/2006101923417.html

Esta entrada se publicó en Noticias en 15 Dic 2006 por Francisco Martín León