Las inundaciones veraniegas europeas y el cambio climático

Praga: capital de la Europa inundadaA medidos de agosto de este año, Rusia y centro Europa (Alemania, Republica Checa, Hungría, etc,..) han estado sometidas a los adversos avatares naturales: lluvias ...

Las Inundaciones Veraniegas Europeas Y El Cambio Climático

Praga: capital de la Europa inundada

A medidos de agosto de este año, Rusia y centro Europa (Alemania, Republica Checa, Hungría, etc,..) han estado sometidas a los adversos avatares naturales: lluvias persistentes y tormentosas han asolado lugares que muchos de nosotros hemos visitado. Hemos dividido geográficamente a las dos zonas afectadas de forma consciente: Rusia y Centro Europa. La primera, y a tenor de las noticias e imágenes, se vieron afectadas por lluvias intensas y torrenciales donde el factor más importante ha sido las altas tasas de intensidad de precipitación en cortos periodos de tiempo. En el caso de centro Europa se hablaba de lluvias que llegaron a alcanzar los 200-300 mm de agua en dos o tres días. La característica fundamental de esta última fue la persistencia de la precipitación en zonas relativamente amplias y llanas. Los ríos no fueron capaces de evacuar, de forma apropiada, tal cantidad de agua y el resultado fue claro: inundaciones ribereñas en zonas de alta densidad de población, interés económico e histórico.

A la ausencia de noticias de otra índole, algunos medios de comunicación se han hecho eco de tales acontecimientos, abundando en imágenes, fotos y líneas escritas. Han llegado a ser titulares de páginas y aperturas de telediarios. Incluso, se han escrito editoriales sobre estos eventos y el cambio climático, todo ello influido por la cercanía de la reunión internacional sobre “el estado de nuestro planeta: la Tierra”.

El sensacionalismo mediático ha encontrado la noticia ideal del verano y algunos nos ha inundado de información llamativa y sin base científica alguna. Algunos medios nos han hecho creer que estamos viviendo situaciones que jamás antes hemos vivido o al menos en los últimos 150 ó 200 años. Poca memoria climatológica es la que posee el ser humano, que en muchos casos cree vivir situaciones únicas y extraordinarias. Vivimos en una constante sensación de que lo vivido es único.

Lluvias e inundaciones: la vulnerabilidad de nuestra sociedad

Antes que nada debemos distinguir entre lluvias intensas e inundaciones. El primer concepto es de tipo meteorológico y el segundo de carácter hidrológico. Mientras que en el primer caso sólo influyen factores atmosféricos, en el segundo intervienen factores variados como son: la pendiente del terreno, el tipo del suelo o cubierta, elementos y construcciones humanas circundantes a la zona afectada, etc. En igualdad de condiciones meteorológicas, los efectos de las inundaciones pueden ser muy variados. Baste pensar en lluvias torrenciales en zonas deshabitadas: su impacto social sería muy bajo y su “noticiabilidad” sería nula. Otras veces, las lluvias o deshielos son menos intensos, desde el punto de vista meteorológico, pero de alto impacto social y económico.

Las zonas afectadas por las precipitaciones adversas europeas han sido áreas de fuerte impacto social, económico e histórico. En este sentido debemos decir que la sociedad actual, por su forma de vida, es más vulnerable, meteorológicamente hablando, que las sociedades pasadas.

Suponiendo que las canalizaciones de ciertos ríos centroeuropeos han mejorado con los años y a la vista de otras informaciones que hablaban de otras inundaciones parecidas a las vividas a este verano, cabe deducir que las anteriores tuvieron que llevar asociadas lluvias más significativas para producir los mismos o parecidos efectos, cuando los ríos están, actualmente y supuestamente, mejor adaptados y acondicionados ahora que antes.

Las Inundaciones Veraniegas Europeas Y El Cambio Climático

¿Nuestra sociedad es más vulnerable que antaño?

Sensacionalismo: el cambio climático

Situaciones meteorológicas adversas veraniegas existen, han existido y existirán. Otra cosa es que afecten al corazón de nuestro mundo occidental y europeo, en particular, y en momentos de alto trasiego turístico. Hemos olvidado las hambrunas en el seno del corazón africano, las lluvias torrenciales de origen monzónico que afectan de forma devastadora a países tan pobres como Bangladesh o la India. Crecidas e inundaciones en China, tifones y huracanes barriendo a países pobres, y un sin fin de ciudades, poblaciones que cada vez mas se ven sometidas a los efectos del tiempo. Pero estas noticias son como las gotas de las tormentas secas: la noticia aparece y desaparece tal y como llego. La información no interesa, no vende o no llama la atención suficiente al receptor.

Si atendemos al número de muertos y damnificados, no cabe duda que zonas como la India o Bangladesh se llevan la palma. Las cifras superan las centenas y, a veces, las miles en una situación meteorológica dada. En estas condiciones, las noticias llegadas desde los países asiáticos ocupaban un segundo y perecedero lugar, así como pocas líneas en los medios de difusión.

Hablar de que la situación en Europa y Rusia se debe a señales del cambio climático antropogénico es reducir y simplificar a un acontecimiento atmosférico, hasta cierto punto natural en dichas zonas, un fenómeno de escala global donde sus efectos deben evaluarse con un tiempo cronológico más amplio y con estudios globales. De hecho, ya se habían producido otras tantas inundaciones en dichos lugares hace muchos años. En algunas de nuestras visitas a ciudades históricas europeas hemos encontrados marcas, señales o placas conmemorativas de inundaciones locales: “hasta aquí llegó el nivel del agua en el año xxxx.”.

La concepción del incremento de lluvias intensas (que no de inundaciones de fuerte impacto social) con el cambio climático debe ser analizada desde una perspectiva más amplia, serena y científica. Aún más, creemos que entre muchos políticos, e interesados esporádicos, el tema del cambio climático está de moda hoy en día. Posiblemente unos años atrás hubiera sido el Niño-la Niña los primeros responsables puestos en boca de los que hoy hablan de que se debe al cambio climático. En los años 50-60 del pasado siglo sería la presencia de un chorro muy intenso el primer culpable de lo acontecido (durante un tiempo estuvo de moda “el chorro” al descubrirse la presencia de vientos intensos canalizados en la alta troposfera). Algunos otros, en los años 70-80, hubieran responsabilizado al agujero de ozono estratosférico como el máximo responsable de los acontecidos catastróficos. Pero no, la moda meteorológica-climatológica actual es el cambio climático.

Solo hubiese faltado oír a tenor de lo acontecido en centro Europa que ha sido la gota fría, con sus vientos y lluvias envenenadas, la culpable de todo: se había ido de vacaciones a centro Europa. Una expresión parecida se escribió en un periódico de ámbito nacional con las lluvias torrenciales del 31 de Marzo del 2002 que afectaron a Santa Cruz de Tenerife. Desgraciadamente, estas noticias, y otras que veremos en el futuro, estarán unidas a un sensacionalismo fácil, seudo científico y poco serio.

Separemos la paja del grano y no nos dejemos llevar por las explicaciones fáciles, inmediatas y poco serías.

Nota. Las fotos que se muestran han sido tomadas del foro de Meteored.com. Gracias a los foreros que las pusieron oportunamente en Internet.

Bajate Hablando en Plata en pdf (147 Kb)

Esta entrada se publicó en Noticias en 18 Oct 2002 por Francisco Martín León