Bloqueo escandinavo para el mes de julio, qué es y por qué los expertos estamos en alerta

La actual ola de calor no será duradera: pronto volverán las tormentas y el tiempo húmedo a España. De nuevo será el bloqueo escandinavo el que marcará la pauta en los próximos meses.

Tormenta
El calor ahora está siendo noticia, pero en las últimas semanas había quedado relegado al segundo plano, adquiriendo más protagonismo las tormentas.

Por ahora se ha ido cumpliendo el guión y estamos metidos en la primera ola de calor de este año. Ya desde hace más de una semana el modelo de predicción del Centro Europeo, con el que trabajamos en Meteored, iba pronosticando este primer episodio destacado de altas temperaturas, que comenzó el pasado fin de semana y se prolongará hasta mañana miércoles. A partir del jueves se iniciará un descenso general de las temperaturas, aunque el ambiente se mantendrá todavía bastante caluroso por algunas zonas del sur peninsular lo que resta de semana.

Según los datos de la red de estaciones de AEMET, ayer se alcanzó una temperatura máxima de 44,4 ºC en la pequeña localidad onubense de El Granado, junto a la frontera con Portugal, 43,2 ºC en Andújar (Jaén) y 42,9º en Sevilla (Tablada). Estaba activado el aviso rojo por altas temperaturas en el valle del Guadalquivir (campiña sevillana y cordobesa), donde hoy repetiremos una jornada tórrida (hay activado aviso naranja), al igual que en otras muchas zonas de la mitad sur peninsular, así como en Canarias, con el foco de atención puesto en la isla de Gran Canaria.

Alternancia de calor intenso y fuertes tormentas

Tras una primera mitad de la primavera extraordinariamente seca y anómalamente calurosa, a partir de la segunda decena del mes de mayo cambió el patrón meteorológico y el tiempo se volvió muy tormentoso, bajando las temperaturas. En ese momento la predicción estacional para el verano marcaba una señal clara (alta probabilidad) de que tendríamos un verano particularmente caluroso en España y otras muchas zonas de Europa, con temperaturas por encima de la media, y, paralelamente, también apuntaba a un verano húmedo.

Verano húmedo
Mapa de probabilidades de precipitaciones por encima y por debajo de la media previstas para el trimestre julio-agosto-septiembre. La señal clara de que tendremos un verano más ´húmedo de lo normal en buena parte de la Península Ibérica y en Baleares encaja con el patrón del bloqueo escandinavo. Fuente: © ECMWF

La persistencia de las tormentas de semanas atrás, con incursiones de algunas danas, vaguadas y alguna borrasca, se explica bien por el cambio de patrón meteorológico que tuvo lugar en mayo, imponiéndose un bloqueo de altas presiones en la zona de islas británicas y Escandinavia y a un debilitamiento del anticiclón de las Azores en nuestro ámbito geográfico. El resultado fue el que vimos: un cambio radical en el tipo de tiempo.

A la vista de lo que apunta la predicción estacional de nuestro modelo de referencia para el verano, parece seguro que el bloqueo escandinavo seguirá siendo el director de orquesta.

Persistencia del bloqueo escandinavo

Si finalmente lo que resta de verano se comporta tal y como apunta la citada predicción estacional, lo más seguro es que durante buena parte del periodo estival sigan reforzadas las altas presiones en el norte y parte del centro de Europa, lo que no impedirá que en determinados momentos se produzcan incursiones de dorsales cálidas desde el norte de África, provocando episodios de temperaturas muy elevadas (sin descartar alguna otra ola de calor), aunque transitorios, sin la persistencia que tuvo ese calor tan extremo el verano pasado.

Bloqueo escandinavo
Mapa de probabilidades de anomalías del campo de geopotencial de 500 hPa previsto para el trimestre julio-agosto-septiembre. La probabilidad del bloqueo escandinavo es elevada. Fuente: © Copernicus ECMWF

La alternancia de ese par de patrones meteorológicos de signos opuestos, con un dominio del bloqueo escandinavo sobre este último que acabamos de apuntar (responsable de la actual ola de calor) es lo que, previsiblemente, marcará el comportamiento meteorológico del verano de 2023. No nos podemos olvidar tampoco de un tercer invitado a la fiesta: las altas temperaturas de las aguas superficiales del Atlántico Norte, con anomalías extraordinarias desde la pasada primavera. Dicha circunstancia es un factor que favorece la intensificación de las precipitaciones, tal y como hemos podido comprobar con muchas de las tormentas que se han producido y las que están por llegar.