¿Quieres flores en Navidad? Así puedes hacer florecer tu amarilis en invierno

La amarilis es la planta ideal para transformar tu salón durante el invierno. Aprende a cultivarla y lograr que sus flores brillen incluso en Navidad.

Amarilis
Siguiendo una serie de sencillos consejos, es muy fácil conseguir que tu amarilis tenga preciosas flores hasta Navidad.

Si deseas llenar tu casa de color durante los meses más fríos, la amarilis se presenta como una opción sencilla y muy vistosa. Sus flores grandes, con forma de trompeta y tonos que van del rojo intenso al blanco, aportan un toque elegante y sin complicaciones. Además, no requiere cuidados extremos, lo que la hace perfecta para interiores.

La amarilis es una planta que crece a partir de un bulbo y destaca por sus flores grandes y llamativas. Originaria de regiones tropicales de América, sus flores suelen adoptar forma de trompeta y se presentan en tonos rojos, rosados o blancos. Sus hojas son largas, estrechas y flexibles, aportando un contraste elegante con las flores.

La clave para mantenerla saludable es ofrecerle luz abundante, pero sin que reciba Sol directo. Un ventanal orientado al este o sur, protegido con una cortina ligera, proporciona el ambiente ideal. La temperatura debe mantenerse estable, alrededor de 18 a 25 °C, y los cambios bruscos pueden perjudicar su crecimiento. En cuanto al riego, la tierra debe permanecer apenas húmeda, evitando encharcamientos y sin mojar el bulbo directamente.

Cómo preparar tu amarilis para florecer en invierno

Para disfrutar de flores durante la Navidad, el bulbo de amarilis debe “forzarse”. Este método consiste en recrear condiciones que favorezcan la floración fuera de su temporada habitual. A diferencia de otros bulbos que requieren frío, el amarilis florece sin necesidad de bajas temperaturas.

El proceso comienza con la elección de un buen bulbo. Busca ejemplares grandes, firmes y sin daños visibles. Los bulbos más robustos tienen mayor probabilidad de generar tallos múltiples y flores más vistosas. Puedes encontrar kits que incluyen maceta y sustrato, aunque no siempre la maceta incluida es la más adecuada para estimular la floración.

Una vez elegido, coloca el bulbo en una maceta ligeramente más ancha que su diámetro y aproximadamente el doble de alta. Llena el recipiente a la mitad con tierra que drene bien, coloca el bulbo y cubre con sustrato dejando un tercio del bulbo visible. Así se evita el exceso de humedad que puede generar hongos.

Cuidados esenciales del amarilis durante su crecimiento

Después de plantar el bulbo de la amarilis, riega la tierra hasta que esté apenas húmeda y ubica la maceta en un lugar cálido con luz indirecta, entre 21 y 24 °C. Durante las primeras semanas, la humedad debe mantenerse controlada: sólo riega cuando el sustrato esté seco al tacto. Con estos cuidados, pronto surgirán hojas verdes y los primeros capullos.

Amarilis
El amarilis ofrece flores grandes y llamativas que llenan de color cualquier espacio, con hojas largas y elegantes. Es ideal en interiores con luz brillante y riego moderado.

Cuando los brotes se asienten, traslada la planta a un alféizar soleado, evitando el Sol directo y las corrientes de aire. A medida que los capullos comiencen a abrirse, lo ideal es un entorno fresco de entre 18 y 21 °C, lejos de radiadores o fuentes de calor artificial. Rotar la maceta regularmente ayudará a que los tallos crezcan rectos y uniformes.

Durante la floración, retirar las flores marchitas mantiene la planta atractiva por más tiempo. Si cuentas con varias amarilis, combina distintos colores y alturas para lograr un efecto decorativo espectacular, ya sea sobre una mesa o estante.

Consejos para prolongar la floración y planificar la siguiente

Para que el amarilis vuelva a florecer, es importante respetar su período de reposo. Cuando las hojas se marchiten, suspende el riego y conserva el bulbo en un lugar fresco y oscuro durante unas ocho a diez semanas. Pasado ese tiempo, ya puedes replantar y regar de manera gradual permitirá una nueva floración.

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Plantar el bulbo a finales de octubre asegura que la floración coincida con las fiestas navideñas. Los colores disponibles van más allá del rojo: blanco, rosa, salmón, amarillo e incluso combinaciones bicolores o con pétalos dobles. Algunos bulbos pueden producir hasta cuatro flores en un solo tallo, generando un impacto visual notable.

Una vez en flor, la amarilis puede ser un elemento central de la decoración o un regalo que sorprenda. Sin embargo, conviene recordar que esta planta es tóxica si se ingiere en cantidad, por lo que no es recomendable en hogares con niños pequeños o mascotas.

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