Jardines de invierno: ¿por qué muchas plantas mueren a pesar de cuidarlas bien?
En los jardines de invierno, muchas plantas parecen marchitarse sin motivo. Comprender las causas ocultas y ajustar los cuidados es clave para mantenerlas sanas y duraderas.

Los jardines de invierno permiten disfrutar de la vegetación durante todo el año, pero no siempre garantizan el éxito. Muchas plantas parecen morir sin razón, incluso con cuidados constantes, esto se debe en la mayoría de ocasiones a las adversidades meteorológicas, que durante esta época del año no son las idóneas.
La clave está en comprender cómo cambian sus necesidades en esta estación y qué errores habituales pueden comprometer su salud.
Cinco motivos que pueden ralentizar los jardines de invierno
Conocer las necesidades de cada planta es fundamental para su desarrollo y así su supervivencia. A continuación se revelan algunos de las directrices más importantes a la hora de desarrollar un jardín o huerto durante los meses más fríos del año.
Falta de luz suficiente
Aunque los jardines de invierno suelen tener grandes ventanales, la luz natural durante los meses fríos es menos intensa y dura menos horas. Muchas plantas, sobre todo las tropicales, necesitan una iluminación constante para mantener un crecimiento equilibrado.
Cuando no la reciben, se debilitan, dejan de crecer y se vuelven más vulnerables a plagas y enfermedades. Para solucionarlo, conviene ajustar la ubicación de cada planta, acercarlas a las zonas con mayor luminosidad y, si es necesario, recurrir a lámparas de cultivo que suplan la luz faltante.
Exceso de riego: el enemigo silencioso
En invierno las plantas reducen su actividad metabólica, y con ello, su demanda de agua. Regarlas con la misma frecuencia que en otras estaciones provoca un exceso de humedad en el sustrato, lo que favorece la aparición de hongos y la pudrición de raíces.
Es un deleite tener este jardín en diciembre. pic.twitter.com/X2rodvIufR
— David Olvera Ayes (@DOlveraAyes) December 7, 2025
Un buen método para evitarlo es comprobar la humedad del sustrato antes de cada riego y asegurarse de que las macetas tengan un drenaje adecuado. Dejar secar ligeramente la superficie del sustrato puede marcar la diferencia entre una planta sana y una que no sobrevivirá.
Temperaturas inestables
A pesar de estar protegidas del frío exterior, las plantas en jardines de invierno pueden sufrir cambios bruscos de temperatura. Corrientes de aire, calefacciones cercanas o variaciones entre el día y la noche generan estrés térmico.

Mantener una temperatura moderada y estable (generalmente entre 15 y 22 °C, según la especie) ayuda a que las plantas mantengan su equilibrio fisiológico y evita daños en hojas y raíces.
Humedad ambiental demasiado baja
El aire seco es uno de los principales enemigos de las plantas en interiores durante el invierno. La calefacción reduce drásticamente la humedad ambiental, y esto afecta especialmente a especies tropicales que necesitan un ambiente húmedo para mantenerse vigorosas.
Para incrementar la humedad, se pueden utilizar humidificadores, bandejas con agua y guijarros, o agrupar varias plantas para crear un microclima más favorable.
Desconocimiento de su ciclo natural
Algunas plantas entran en un periodo de reposo durante el invierno. Es normal que crezcan menos, pierdan hojas o incluso parecen apagadas. Intentar forzarlas con fertilizantes o riegos abundantes solo empeora la situación.
Conocer el ciclo biológico de cada especie permite adaptar los cuidados y respetar sus tiempos naturales de descanso
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