Las 5 calles más fotogénicas del mundo, y por qué deberías visitarlas
Desde callejones que parecen escenarios de película hasta pueblos con calles teñidas de azul, nuestro planeta tiene rincones donde la belleza y la historia se funden en una sola imagen. Viajar por ellos es redescubrir el placer de mirar.

Viajar es aprender a mirar. Hay calles que parecen pensadas para ser fotografiadas, donde la luz, el color y el ritmo urbano se convierten en una experiencia estética.
En un planeta lleno de paisajes compartidos en las redes sociales, todavía hay lugares que conservan la capacidad de sorprender al ojo y al alma.
5 calles imprescindibles para los fotógrafos
Estas cinco calles —de Japón a Argentina, pasando por España, Marruecos y Estados Unidos— son postales vivas que invitan a detenerse, respirar y disparar con la pacífica y más valiosa arma de los viajeros perspicaces: la cámara fotográfica.
Ishibe-kōji, Kioto (Japón): la elegancia del silencio
En el corazón del distrito de Higashiyama (donde tradicionalmente habitaban las gheisas), Ishibe-kōji parece congelada en el tiempo. Sus callejones de piedra, linternas tradicionales y fachadas de madera evocan el Japón del periodo Edo.

Pasear por ella al atardecer, cuando las luces se encienden y el murmullo se apaga, es una experiencia casi cinematográfica.
Imposible pasar de largo sin admirar la Torre de Yasaka, una pagoda budista de cinco pisos de altura que es la única estructura que queda de un complejo de templos del siglo VI conocido como Hōkan-ji.
Cómo llegar: a pie desde el templo Kiyomizu-dera o la estación Gion-Shijō.
Mejor época: primavera (marzo-abril), cuando los cerezos están en su apogeo, u otoño (noviembre).
Calles azules de Chefchaouen (Marruecos): un paisaje teñido en cobalto
En las montañas del Rif, el pintoresco pueblo de Chefchaouen despliega un laberinto de callejones pintados de azul.

Se dice que el color tiene un significado espiritual, pero también funciona como un imán para la luz.
Desde las escaleras empinadas hasta las maravillosas puertas y las macetas cuajadas de flores, todo aquí invita a la cámara.
- Cómo llegar: desde Tetuán (2 h en coche) o Tánger (2 h 30 min).
- Mejor época: primavera u otoño, cuando el sol resalta el azul sin deslumbrar.
Lombard Street, San Francisco (Estados Unidos): la curva más famosa del mundo
Ocho curvas cerradas y una pendiente de 27 grados hacen de Lombard Street una maravilla urbana.

Rodeada de jardines impecables y casas victorianas, ofrece una vista incomparable del perfil de San Francisco y su bahía.
Eso sí, no esperes una calle tranquila. Su belleza está siempre en movimiento, con coches bajando lentamente entre flores y turistas buscando el mejor ángulo.
- Cómo llegar: tranvía línea Powell–Hyde, bajando en la intersección con Lombard Street.
- Mejor época: primavera y verano, cuando los jardines están en flor.
Caminito, Buenos Aires (Argentina): el arte que se camina
En el barrio de La Boca, Caminito es un estallido de color, tango y arte popular. Un verdadero museo al aire libre.

Originalmente, era un paso para los trenes de carga, pero en la década de 1950 fue transformado en un espacio peatonal y artístico como homenaje a los inmigrantes genoveses.
Pintores, bailarines y músicos convierten esta calle en un lienzo vivo donde la cultura porteña se respira a cada paso.
- Cómo llegar: en taxi o bus desde el centro porteño (líneas 29, 33 o 64).
- Mejor época: todo el año; el invierno ofrece una luz más idónea para fotografiar los colores sin sombras duras.
Pasaje de Lodares, Albacete (España): una joya modernista bajo cristal
El Pasaje de Lodares es uno de los tesoros menos conocidos del modernismo europeo. Inaugurado en 1925, une dos calles del centro de Albacete (Tinte y Mayor) bajo una bóveda de cristal que filtra la luz como en una galería italiana.

Sus columnas, esculturas y vitrales lo convierten en un escenario perfecto para los amantes de la arquitectura y la fotografía de interiores.
Junto al pasaje Gutiérrez de Valladolid y el pasaje del Ciclón de Zaragoza, el de Lodares uno de los tres únicos ejemplos de este tipo de galerías que se conservan en España.
- Cómo llegar: a pie desde la Plaza del Altozano, pleno centro de la ciudad.
- Mejor época: cualquier estación; en invierno, la luz suave realza el brillo del vidrio.
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