La piscina natural más bonita del Pirineo aragonés: pozas de agua cristalina bajo un acueducto romano
Hoy viajamos a las inmediaciones de Jaca para descubrir el rincón perfecto para quienes buscan naturaleza, tranquilidad, historia y un buen baño de agua fría en pleno verano.

Cuando uno piensa en destinos para las vacaciones de verano, quizá Aragón no figure entre los primeros lugares. Le falta mar, dicen algunos. Pero lo que le sobra, y con creces, es naturaleza en estado puro.
Por eso, para quienes prefieren el frescor de la montaña al bullicio de la costa, este rincón del Pirineo aragonés guarda un secreto bien escondido: un paraíso natural con aguas cristalinas, rodeado de historia, bosque y silencio.
El paraíso natural que se esconde entre las montañas del Pirineo
Nos referimos a las badinas de Garcipollera, como se conocen localmente, unas pozas que se encuentran en el valle del mismo nombre, a pocos minutos en coche de Jaca, una de las principales puertas de entrada al Pirineo aragonés.
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Keveran (@KeveranLtd) December 26, 2018
Este espectacular enclave natural está situado entre los pueblos de Villanovilla y Castiello de Jaca, aunque el acceso más sencillo es desde esta última localidad, a tan solo diez minutos en coche desde Jaca y unas dos horas desde Zaragoza.
Garcipollera es un valle tranquilo, de esos que aún conservan la sensación de estar lejos del mundo. Pero lo que hace especial a este rincón son sus tres pozas naturales de agua cristalina, formadas por el curso del río Ijuez y custodiadas por los restos de un antiguo acueducto de origen romano, que aporta al paisaje un aire casi irreal.
Un entorno natural marcado por la historia romana
El acueducto de Garcipollera, del que todavía se conservan varios arcos visibles, es uno de los elementos más singulares del lugar. Se cree que formaba parte de un sistema hidráulico romano utilizado para canalizar agua desde el valle hacia antiguas explotaciones agrícolas o asentamientos. Hoy en día, sus ruinas no solo son un testimonio de ingeniería antigua, sino también un marco visual único para este baño natural.
En las pozas en Castiello de Jaca,,,se está de maravill6,,,ya que no tenemos playa.... pic.twitter.com/zFZ0nNxYYk
— Rosario Manjón ( soy de la Tribu) (@Rosario49634436) May 22, 2020
Las pozas, conocidas como badinas en esta zona, están formadas por el cauce del río y las pequeñas cascadas que se suceden en el entorno. Sus aguas son tan limpias y frías como cabría esperar de un río de montaña, por lo que darse un chapuzón aquí es tan revitalizante como valiente.
Qué ver y hacer en Garcipollera, más allá de sus pozas naturales
Si bien el baño en las pozas es el gran reclamo de la zona, no es lo único que ofrece este enclave. Desde el aparcamiento habilitado, a unos 20 minutos a pie del lugar, parte un agradable paseo a lo largo del río, ideal para disfrutar de todo el entorno. Es una ruta apta para familias, con apenas desnivel y paisajes que invitan a detenerse, mojar los pies o simplemente sentarse a escuchar la naturaleza.

También se puede aprovechar la visita para explorar el valle de la Garcipollera, que cuenta con varias rutas senderistas y pueblos casi despoblados que conservan el sabor del Pirineo más auténtico. Villanovilla, por ejemplo, es uno de esos pequeños núcleos que parecen detenidos en el tiempo, con casas de piedra y tejados de pizarra.
Acceso y recomendaciones para disfrutar de la zona
Para llegar a las badinas de Garcipollera, lo mejor es hacerlo en coche desde Jaca. Desde allí, se toma la carretera en dirección a Castiello de Jaca y luego una pista forestal que conduce hasta el aparcamiento habilitado. Desde este punto, solo queda caminar unos 20 minutos hasta alcanzar las pozas.
Es importante ir con calzado adecuado para caminar por terreno irregular, y como no hay servicios ni sombra fija, conviene llevar agua, algo de comida y protección solar. Y por supuesto, debemos mantener el lugar limpio, ya que estamos hablando de un paraje sin intervención turística directa, y su conservación depende del respeto de quienes lo visitan.