¿Y si usamos la nevera como aire acondicionado?

Cuando el calor es insoportable, abrir la nevera se convierte en algo muy placentero. Uno se metería dentro. ¿Qué pasa si dejamos la puerta abierta para que enfríe toda la casa?

Congelador
¿La nevera y el congelador podrían usarse como aire acondicionado?

Estamos a punto de despedir la primera ola de calor del verano. Las quejas por este tiempo se escuchan allí por donde pasamos y el sudor es nuestro fiel acompañante. Unas quejas, por cierto, totalmente justificadas. Estamos viviendo los días más calurosos en muchos años. Según la Agencia Estatal de Meteorología, el pasado viernes día 3 fue el segundo día más cálido desde 1941 para el conjunto del país.

El calor sofocante que estamos sufriendo nos obliga a tomar medidas para hacer más llevaderos estos días. Evitamos salir a la calle si no es necesario, y en casa, los más afortunados, tendrán el aire acondicionado en funcionamiento prácticamente todo el día. Pero no todos tenemos esta suerte.

Una fantasía de la televisión

En el cine, en series, e incluso, en dibujos animados, se ha escenificado la fantasía de usar el refrigerador como aire acondicionado. ¿Por qué no? Se trata de un electrodoméstico que enfría su interior y al abrir su puerta en verano todo es felicidad gracias a esa bocanada de aire fresco que nos regala.

Evidentemente, si esto fuera efectivo, todos tendríamos las neveras y congeladores abiertos desde hace una semana. Los gritos amenazadores de nuestros padres tales como: “La nevera, ¡abrir y cerrar rápido, hijo!” tenían todo el sentido del mundo.

¿Por qué no funciona?

No vamos a entrar en detalles técnicos sobre el funcionamiento de una nevera. Solo necesitamos saber que la baja temperatura que se consigue dentro es gracias al motor que tiene en la parte de atrás, que extrae el calor del interior del electrodoméstico hacia el exterior.

Si nuestra intención es refrigerar toda la casa con la nevera abierta, lo que ocurrirá es que al abrir la puerta de la nevera y del congelador, sí notaremos cómo sale fresquito desde su interior. Pero a la vez, también acabaremos notando el calor que el motor extrae por la parte trasera. Así que la temperatura de toda la casa seguirá igual que antes. O incluso puede subir ya que los motores no son eficientes al 100% y siempre se pierde algo de energía en forma de calor.

¿Cuál sería la solución? Sacar el motor de la nevera fuera de casa. ¿Y qué tendríamos entonces? Efectivamente, un aire acondicionado. El motor podría expulsar el aire caliente al exterior, y dentro de la cocina el aparato aportaría frescor. Pero para eso ya tenemos electrodomésticos especialmente diseñados, más pequeños, no tan ruidosos y que consumen menos.