El tiempo para (la) BBC: Bodas, Bautizos y Comuniones

Es habitual que les pidan a los meteorólogos la predicción para el día de una boda, pero en muchos casos es un pronóstico difícil o imposible por su carácter local y largo horizonte de predicción.

Novia
Saber si va a llover o no el día de una boda o de cualquier otro evento al aire libre es una de las predicciones que más se solicitan a los meteorólogos

Hace bastantes años, en una entrevista de un periódico, un colega de profesión afirmaba que él trabajaba como hombre del tiempo para la BBC, y añadía a continuación, que lo hacía para bodas, bautizos (o banquetes) y comuniones. La divertida ocurrencia expresaba algo que nos ocurre a todos los profesionales de la meteorología; cada cierto tiempo nos piden este tipo de predicciones y, por lo general, suelen ser bastante arriesgadas, cuando no imposibles de llevar a la práctica.

El tiempo en la BBC

Antes de explicar la dificultad que conlleva predecir el tiempo del día de una boda u otro acontecimiento al aire libre, como una procesión de Semana Santa (otra petición muy demandada), aprovechando el ocurrente comentario de mi colega, dedicaré unas líneas a la BBC (British Broadcasting Corporation), ya que fue pionera en ofrecer la predicción del tiempo en televisión.

La BBC fue la primera cadena que emitió imágenes de televisión. Lo hizo en 1936 a través de una antena que por aquel entonces coronaba el Victoria Palace de Londres. Allí se instalaron sus primeros estudios. El 11 de noviembre de aquel año emitió el primer mapa del tiempo con una voz en off.

Las emisiones de la BBC se interrumpieron durante la Segunda Guerra Mundial (WWII), no restableciéndose la emisión de la predicción meteorológica hasta julio de 1949. Se volvió a usar una la misma fórmula, mostrándose en pantalla un mapa isobárico, mientras una voz en off comentaba el tiempo previsto para el día siguiente.

George Cowling
El meteorólogo inglés George Cowling fue el primer hombre del tiempo de la BBC. Fuente: Imagen de archivo de la BBC

Durante ese largo parón provocado por la WWII, las cadenas de televisión en EEUU tomaron la delantera y se fueron gestando los primeros espacios del tiempo de TV, con presentadores, tanto militares y profesores universitarios de ciencias atmosféricas, como las famosas “chicas del tiempo”.

En la BBC apareció su primer presentador dando el tiempo el 11 de enero de 1954. Fue el meteorólogo de la Met Office George Cowling (1920-2009). La fórmula fue copiada por TVE en sus inicios (1956), siendo Mariano Medina el primer meteorólogo encargado de ofrecer el tiempo en televisión en España, una labor que llevó a cabo durante 28 años, hasta 1984.

Las bodas y la lluvia

Volvamos a las tan demandadas predicciones para las bodas. Parece lógico el interés que tiene conocer con la suficiente antelación el tiempo que hará un día tan especial como ese, ya que las inclemencias meteorológicas, y la lluvia en particular, puede suponer un duro revés para los novios y los invitados, impidiendo que se celebre el cóctel y el banquete en carpas al aire libre, lo que conlleva un importante desembolso económico que normalmente hay que adelantar.

En la antigüedad también se miraba con temor al cielo, pero por otro motivo. Si nos remontamos a la Edad Media, las bodas se celebraban fuera del templo, habitualmente en el atrio (patio porticado) que daba acceso al edificio. No sólo preocupaba la lluvia por que se fueran a mojar todos los presentes, sino por que dicha circunstancia era interpretada como una mala premonición.

Miniatura boda medieval
Miniatura de un antiguo manuscrito en el que aparece representada una boda en la Edad Media. Fuente: Durham Cathedral Library.

Según relataba hace años la recordada historiadora Carmen Gozalo de Andrés: “(…) hace siglos, la presencia de lluvia en una boda se tenía como augurio de desgracias para la nueva familia, que harían llorar a la novia durante el resto de su vida. Otras veces, los vaticinios convertían a la novia en persona manirrota, vaga, sucia, o madre de infinidad de hijos...”

Para tratar de esquivar la indeseable lluvia, se recurría a la fe. Fue entonces cuando se estableció la costumbre, por parte de las novias, de hacer una ofrenda de huevos a Santa Clara, para que alejara los amenazantes nubarrones y la lluvia el día de la boda. Hoy en día se mantiene todavía la tradición en algunos lugares, si bien lo más común es preguntar directamente a los meteorólogos qué tiempo se espera ese día.

Escalas en Meteorología
Correspondencia entre las escalas espaciales (eje de abscisas) y temporales (eje de ordenadas) de los diferentes fenómenos que se producen en la atmósfera. Fuente: © The COMET® Program

El problema que habitualmente plantea este tipo de predicciones a la carta es que son locales y a largo plazo, algo que invalida cualquier intento por confeccionar un pronóstico con base científica y cierto nivel de confianza. Esto es lo primero que debe de comentar –con honestidad– el meteorólogo a los novios. Por mi propia experiencia, es habitual que te pregunten si va a llover en el lugar X (una ciudad, un pueblo o un punto en el mapa) dentro de más de 10 días, con frecuencia a varias semanas vista, incluso meses en ocasiones.

La enseñanza que me gustaría transmitir con este pequeño artículo, al hilo de las predicciones del tiempo para (la) BBC, se resume en la figura que acompaña estas líneas, donde podemos ver cómo en meteorología las escalas espaciales y temporales están interrelacionadas.

Es imposible predecir con éxito (más allá del azar) qué posición ocupará un frente de los que dejan lluvia (de centenares a unos pocos miles de kilómetros de longitud característica) a más de 5-7 días vista.

Hay veces en que la impredecibilidad del estado de la atmosfera es tan alta que la incertidumbre en esa misma predicción comienza a dispararse a partir de D+2 (a 48 h vista). Si el tiempo es tormentoso, la predicción local, incluso para dentro de unas pocas horas, es un reto mayúsculo. Todo esto es algo que debe conocerse de antemano. Los meteorólogos tenemos nuestras limitaciones. No hacemos milagros como Santa Clara.