El NSIDC lo confirma: "el hielo marino de la Antártida ha registrado su tercer máximo más bajo en la historia satelital"
La Antártida alcanzó un máximo de hielo marino de 17,81 millones de kilómetros cuadrados el 17 de septiembre de 2025, el tercer valor más bajo registrado desde 1979, según confirmó el National Snow and Ice Data Center (NSIDC), con datos también difundidos por el sitio Earth Observatory de la NASA.

La extensión del hielo quedó cerca de 900.000 kilómetros cuadrados por debajo del promedio histórico del periodo 1981 a 2010. Esta diferencia equivale a una superficie mayor que la de España y evidencia un cambio acelerado en la dinámica del océano Austral. Los científicos señalan que esta tendencia continúa el comportamiento excepcionalmente bajo observado en 2023 y 2024.
El NSIDC explica que el hielo marino antártico, tradicionalmente estable y difícil de interpretar, atraviesa un periodo de variabilidad extrema sin precedentes. La NASA destaca que los mapas satelitales muestran amplias zonas abiertas del océano en sectores que históricamente alcanzaban una cobertura helada mucho mayor durante el invierno austral, tal como indica Earth Observatory.

El retroceso del hielo afecta procesos clave para el sistema climático, como el reflejo de radiación solar, la estabilidad de las plataformas de hielo continentales y los ecosistemas que dependen del hielo estacional, desde el kril hasta diversas especies de pingüinos.
Qué está causando la caída del hielo marino
Una de las causas principales identificadas por la comunidad científica es el calentamiento del agua oceánica en profundidad, que reduce la capacidad de congelación del mar incluso durante los meses más fríos. Estudios recientes publicados en revistas como Nature Communications apuntan a un posible cambio de régimen en el sistema hielo-océano.
Breaking News!
— Prof. Eliot Jacobson (@EliotJacobson) November 21, 2025
Code Yikes!
It's official, 2025 recorded the second lowest sea-ice extent maximum on record, with only 2024 seeing a lower maximum. And 2016 holds third place, with a maximum about 17,000 km² more than 2025.
Will 2026 see a new record low maximum? Stay tuned! pic.twitter.com/ae8IKzoAtI
Los patrones de viento también han mostrado alteraciones, lo que afecta la compactación, el transporte y la formación de hielo nuevo. El NSIDC aclara que estos cambios atmosféricos pueden amplificar las anomalías observadas, favoreciendo la presencia de aguas superficiales más cálidas.
Además, la pérdida de hielo provoca un bucle de retroalimentación: menos superficie blanca significa menor reflexión solar y mayor absorción de calor por parte del océano, lo que intensifica aún más el calentamiento regional.
Consecuencias globales de un Sur que se transforma
Menos hielo marino implica un océano Austral más cálido y menos estable, lo que puede alterar corrientes oceánicas profundas que participan en la regulación del clima de todo el planeta. Esta modificación potencial de la circulación global preocupa a los especialistas.

Aunque el derretimiento del hielo marino no eleva directamente el nivel del mar, su disminución debilita la estabilidad de las plataformas de hielo continental, que sí contribuyen al aumento del nivel oceánico cuando se desintegran. La comunidad científica sigue estos procesos con particular atención.
Los ecosistemas antárticos también enfrentan impactos inmediatos. La reducción del hielo afecta al kril, base de la cadena alimentaria del océano Austral, lo que repercute en aves marinas, mamíferos y especies clave para la pesca internacional. Sitios como NSIDC y Earth Observatory remarcan que la situación es una señal clara del avance del calentamiento global.
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