Un grupo de científicos europeos encuentra parásitos de la toxoplasmosis en 1 de cada 25 ensaladas envasadas

Los investigadores advierten sobre el riesgo de infección por Toxoplasma gondii tras consumir vegetales comercializados como listos para consumir, una enfermedad potencialmente muy grave si se contrae por personas incluidas en los grupos de riesgo, como las mujeres embarazadas.

La investigación ha detectado la presencia del parásito Toxoplasma gondii en ensaladas envasadas de diez países europeos.

Un estudio a gran escala realizado en una decena de países europeos ha encendido las alarmas sanitarias tras detectar la presencia del parásito Toxoplasma gondii —causante de la toxoplasmosis— en ensaladas envasadas listas para consumir.

Los hallazgos, publicados recientemente en Eurosurveillance, una revista europea sobre vigilancia, epidemiología, prevención y control de enfermedades infecciosas, han puesto en entredicho la seguridad microbiológica de este tipo de productos, muy populares entre los consumidores por su comodidad.

En la investigación han participado científicos de Alemania, Dinamarca, España, Francia, Italia, Noruega, Polonia, Portugal, Reino Unido y República Checa, lo que ha permitido comparar casi 3400 muestras procedentes de estos países.

Los resultados son contundentes: un 4% de las muestras analizadas —hojas de lechuga, rúcula o espinacas cortadas, brotes, mezclas…— adquiridas previamente en tiendas de alimentación, contenía ADN del parásito, lo que equivale aproximadamente a una de cada 25 unidades.

¿Qué es la toxoplasmosis?

La toxoplasmosis es una infección parasitaria que puede pasar desapercibida en personas sanas, que pueden no presentar síntomas o padecer algunos similares a los de la gripe.

Sin embargo, para las personas inmunodeprimidas representa un riesgo grave, ya que el T. gondii puede provocar complicaciones neurológicas, ceguera e incluso, en casos extremos, la muerte.

Lo mismo sucede en embarazadas. Si la infección se contrae en el primer trimestre del embarazo, se incrementa el riesgo de sufrir abortos espontáneos.

La madre también puede transmitir la enfermedad al feto (toxoplasmosis congénita). Los recién nacidos que presentan la infección pueden desarrollar un cuadro grave que incluye hidrocefalia, infecciones oculares graves, irregularidades en los tejidos del cerebro o agrandamiento del hígado o del bazo.

Países con más presencia de T. gondii en sus ensaladas envasadas

De los países analizados, Reino Unido es el que tiene una mayor presencia del parásito (16%) en sus muestras. Noruega (0,5%) y República Checa (0%) los que menos.

España se encuentra en la media, con el 4,1%. Aquí, el consumo de ensaladas envasadas ha crecido un 20% en los últimos cinco años según datos del Ministerio de Agricultura.

Por ello, asociaciones de consumidores como FACUA llevan tiempo exigiendo más transparencia en los controles de calidad, así como campañas informativas sobre los riesgos asociados, incluida la colocación de etiquetas más visibles recomendando lavar el contenido antes de su consumo.

Por su parte, varias cadenas de distribución han emitido comunicados asegurando que cumplen con los estándares europeos de seguridad y que, no obstante, reforzarán sus procedimientos internos.

¿Cómo ha sido posible la contaminación?

Los investigadores sospechan que la contaminación podría producirse en alguna etapa temprana del proceso agrícola, como el riego con aguas contaminadas o el contacto con suelos que albergan el parásito, que sobrevive en ambientes húmedos y puede adherirse con facilidad a las hojas de los vegetales.

Lavar siempre los vegetales frescos antes de su consumo es un modo sencillo de evitar riesgos.

En cualquier caso, el hallazgo reabre el debate sobre la eficacia de los protocolos de lavado y desinfección en los productos de cuarta gama, que son los alimentos frescos que han sido lavados, troceados, pelados y envasados para su consumo inmediato.

Si bien las bolsas suelen incluir advertencias sobre la necesidad de lavar el contenido, muchos consumidores asumen que estos alimentos pueden comerse directamente.

Consejos para prevenir riesgos

Del estudio se deduce la importancia de extremar precauciones, especialmente en el caso de los grupos vulnerables. Lavar las hojas, incluso las de ensaladas envasadas, es una medida sencilla que puede reducir considerablemente el riesgo.

No solo de infección por parásitos como el T. gondii o bacterias como el E. coli (Escherichia coli) o la salmonella, también para evitar ingerir residuos químicos. Por eso, los expertos en seguridad alimentaria recomiendan seguir siempre estos pasos.

  1. Lávate las manos. Antes de manipular cualquier alimento, lávate las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos.
  2. Descarta hojas o partes deterioradas. Retira las hojas exteriores de lechugas, repollos o coles, y corta zonas dañadas o en mal estado.
  3. Desinfecta a fondo. Sumerge los vegetales en una solución de agua y lejía de uso alimentario, normalmente, 1,5 mililitros de lejía por cada litro de agua, siempre fría.
  4. Enjuaga con agua corriente. Coloca las verduras bajo un chorro suave de agua fría del grifo. Si es posible, lava cada hoja por separado. Si se trata de frutas o verduras duras (como pepino o zanahoria), frótalas con las manos o con un cepillo limpio para vegetales.
  5. Sécalos antes de guardar o consumir. Usa papel de cocina o una centrifugadora de ensalada. La humedad favorece el crecimiento bacteriano si no se consume inmediatamente.

Referencia de la noticia:

Calero-Bernal Rafael, Betson Martha, Slana Iva, Bartosova Barbora, Marucci Gianluca, Possenti Alessia, Álvarez-García Gema, Bier Nadja, Mayer-Scholl Anne, Berg Rebecca P, Chaudhry Umer, López-Ureña Nadia M, Piotrowska Weronika, Sroka Jacek, Johannessen Gro S, Davidson Rebecca, Dámek Filip, Blaga Radu, Thoumire Sandra, Zalewská Barbora, Waap Helga C, Jokelainen Pikka, Lalle Marco. Molecular detection of Toxoplasma gondii in ready-to-eat salad mixes: multi-country survey using a validated and harmonised standard operating procedure, Europe, 2021 to 2022. Euro Surveill. 2025;30(22) https://doi.org/10.2807/1560-7917.ES.2025.30.22.2400594.