Un estudio de la Universidad de Lund afirma que los murciélagos y las polillas podrían salvar más flores que las abejas
Cuando cae la noche, comienza otra forma de vida en la naturaleza. Mientras el mundo duerme, murciélagos y polillas se convierten en los héroes invisibles de la biodiversidad, polinizando silenciosamente flores que de otro modo no podrían reproducirse.

Cuando pensamos en polinizadores, imaginamos abejas, mariposas y colibríes bajo el sol. Pero nuevas investigaciones revelan que, mientras dormimos, otros protagonistas, como murciélagos y polillas, están haciendo un trabajo igual de esencial para mantener los ecosistemas y la producción de alimentos.
Un misterio científico sin resolver… hasta ahora
Durante más de seis décadas, científicos de todo el mundo se han preguntado si la polinización ocurre principalmente de día o de noche. Aunque parecía una pregunta sencilla, la respuesta se había mantenido esquiva. Ahora, un estudio global realizado por la Universidad de Lund, en Suecia, aporta una respuesta clara: en la mayoría de los casos, los polinizadores nocturnos son tan efectivos como los diurnos.
Colibríes, murciélagos, mariposas y escarabajos también polinizan y mantienen vivo nuestro ecosistema.
— Greenpeace Colombia (@GreenpeaceColom) May 26, 2025
Hoy muchos están en riesgo.
Cuida a quienes nos cuidan.#Polinizadores #GreenpeaceColombia pic.twitter.com/ACsAryd40b
La investigación, publicada en Ecology Letters, es la primera gran revisión de su tipo. Los científicos Liam Kendall y Charlie Nicholson reunieron datos de 135 estudios internacionales que examinaron cómo 139 especies de plantas eran polinizadas de día y de noche. El hallazgo clave: en el 90% de los casos, la reproducción de las plantas fue igual de exitosa independientemente del momento en que ocurrió la polinización.
Una naturaleza, más flexible de lo esperado
Este resultado sorprendió incluso a los propios investigadores. "Nos fascina la idea de que muchas plantas no dependan de un solo tipo de polinizador", comentó Liam Kendall. “Hay mucha más flexibilidad de la que pensábamos. Las plantas no son tan exigentes como creíamos”, señalan.

Esto significa que, a pesar de que culturalmente hemos asociado ciertas flores con abejas o mariposas, muchas de ellas pueden recibir el mismo beneficio de criaturas nocturnas como las polillas o los murciélagos. Esta flexibilidad tiene implicaciones importantes para la agricultura y la conservación, especialmente en un mundo donde los hábitats están cambiando rápidamente debido a la actividad humana.
Invisibles… pero vitales
Parte del problema, según los investigadores, es que tenemos una visión limitada influida por nuestros propios hábitos. Al estar activos principalmente durante el día, tendemos a observar y valorar a los polinizadores diurnos. Además, factores estéticos y culturales refuerzan esta percepción: las abejas son adorables y las mariposas coloridas, mientras que las polillas se asocian con lo gris, lo polvoriento… y con agujeros en la ropa.
"Pollination across the diel cycle: a global meta-analysis" DOI: https://t.co/WJpopURISY pic.twitter.com/FpA7EmmCTe
— @EcoEvoRxiv (@ecoevorxiv) March 29, 2024
Pero este sesgo puede tener consecuencias graves. Al centrarnos en proteger solo a los polinizadores diurnos, descuidamos a quienes trabajan por la noche, muchas veces bajo amenazas invisibles como la contaminación lumínica o el uso nocturno de pesticidas.
Un llamado urgente a proteger también la noche
El estudio también advierte que la protección de los polinizadores nocturnos requiere enfoques distintos. Por ejemplo, la vida de una polilla, desde su estado larvario hasta la adultez, es muy distinta a la de una abeja. Esto significa que sus necesidades ecológicas también varían y deben ser consideradas en las políticas de conservación.
Además, prácticas habituales como fumigar de noche para "proteger" a los polinizadores diurnos pueden, de hecho, estar dañando gravemente a los nocturnos. Del mismo modo, la iluminación artificial en áreas naturales puede interrumpir los patrones de actividad de murciélagos y polillas, afectando la reproducción de muchas plantas que dependen de ellos.
Sin los silenciosos polinizadores de la noche, muchas flores no florecerían, y nuestra alimentación podría estar en riesgo sin que siquiera lo sepamos.
Referencia de la noticia:44
Kendall, L. K., & Nicholson, C. C. (2024). Nocturnal pollination is widespread and underappreciated. Ecology Letters, 27(5), 1039–1051.