¿Por qué cada vez llegan más pronto los grandes incendios?

Es un hecho. Los incendios cada vez se producen más pronto en el calendario, contrastando con lo que sucedía hace una década, y en eso el actual cambio climático actúa como máximo responsable.

El frente del incendio, es el principal escollo para los equipos de extinción debido a su virulencia y su comportamiento irregular.

Los incendios son noticia y estamos a principios del mes de abril, este aspecto preocupa y mucho de cara a un verano que se presupone difícil en materia de incendios. Este asunto lleva a debate las políticas de prevención tardías e inadecuadas a la actual situación climática que nos está afectando y nos tocará vivir durante los próximos años.

Este inicio de 2023 tiene tres grandes culpables

    Ese trío de protagonistas engloba las temperaturas altas, el viento y la ausencia de precipitaciones. Vamos por partes.

    Desde la segunda mitad del mes de febrero, la península ibérica ha sido afectada por masas de aire más propias de otras fechas, esto ha provocado que las temperaturas máximas marcaran anomalías de hasta 10 ºC para la época del año, batiéndose récords de temperatura máxima para un mes de marzo en ciudad como Zaragoza con 29 ºC batiéndose el anterior récord del 19 de marzo de 1957.

    Y también debemos destacar los valores nocturnos, con mínimas no bajarán de los 15 ºC a 20 ºC en muchas localidades, como San Sebastián.

    La falta de lluvia en prácticamente todo el país, con valores muy pobres en el mes de marzo, es muy dantesca, no superando los 10 l/m2 en ciudades como Sevilla, Murcia, Zaragoza o Barcelona. Esa ausencia de precipitaciones es, sin duda, el gran quebradero de cabeza de este año hidrológico, que comenzó el 1 de octubre y finalizará el 30 de septiembre.

    El curso de agua de un río no obedece solo a las condiciones hídricas de un lugar sino que en ocasiones es el resultado del comportamiento hídrico de varias zonas.

    Nuestros bosques están secos e incluso en zonas donde no deberían estarlo. En muchas ocasiones, basta con darse una vuelta por la zona más arbolada que se tenga a nuestro alrededor.

    Por último, el fuerte viento que ha soplado en las zonas donde se han producido dichos incendios, siendo Asturias, Castellón o Teruel tres claros ejemplos de ello.

    Un viento que, si hablamos de estas zonas, ha sido seco y muy racheado, lo que desde luego ha ayudado a la rápida propagación de las llamas y a su difícil control. Su componente ha sido fundamental, tanto si hablamos del viento intenso de sur en el caso de los incendios que se produjeron en Asturias, como el viento de poniente o terral que causó el responsable del incendio de Castellón o Teruel.

    ¿Tiene solución a corto plazo?

    Fuera de lo plenamente meteorológico, la única solución que está en nuestra mano, de momento, es tener la precaución necesaria a la hora de realizar cualquier actividad al aire libre así como adaptando los planes de emergencia por incendios forestales a la nueva realidad climática.

    Así mismo, Vizcaya ha sido una de las primeras regiones de España en adaptar su plan INFOBI a la nueva realidad climática con cuatro aspectos característicos:

    1. El desarrollo de un servicio de análisis de incendios forestales dentro del personal técnico del Servicio de Montes.
    2. El desarrollo y mejora de las tareas de investigación de la causalidad de los incendios forestales por medio de un equipo especializado.
    3. La inclusión de una línea de trabajo que se está desarrollando en la mayoría de los dispositivos de lucha contra los incendios forestales.
    4. Reforzar la formación que recibe el personal que forma parte del dispositivo de prevención y extinción de incendios forestales.