'Veroño' y playas sin socorristas ni banderas: un peligro

Con algunas temperaturas aún a más de treinta grados en la costa, hay playas que ya no cuentan con servicio de socorrista. Todo un peligro para los bañistas que se siguen dando cita para refrescarse.

Niño en el mar
La presencia de socorristas en nuestras playas es vital.

No es la primera vez que llegamos a finales de septiembre y las temperaturas siguen invitando al baño. El otoño precisamente se caracteriza por ser una estación que nos transporta desde el calor fuerte del verano hasta el frío intenso del invierno. Pero esta transición no es suave como a todos nos gustaría.

Debido al caprichoso movimiento de las masas de aire, los frentes, el viento... el típico frío de septiembre y octubre no llega siempre de forma gradual y puntual. Es normal que tras una primera tanda de lluvias y ambiente frío, volvamos a temperaturas que nos recuerdan al verano, y así, vuelvan las ganas de exprimir al máximo esas actividades que tan buenos recuerdos nos traen de las vacaciones de julio y agosto.

El problema lo encontramos cuando el ser humano intenta organizar actividades en un calendario que no se puede adaptar a las condiciones meteorológicas, que pueden ser distintas cada año. Un ejemplo es el de la presencia de socorristas en las playas. Y no adaptarse al tiempo que hace puede llevarnos a algunas consecuencias que podrían darse próximamente. El calor aguantará aún algunos días, así como la elevada temperatura del agua del mar. Muchas playas ya no cuentan ahora mismo con socorristas.

Semana trágica en la Comunidad Valenciana

La semana pasada fallecieron cinco personas en las costas valencianas en solo 24 horas. La mayoría de los ahogamientos tuvieron lugar en playas con servicio de socorrista. A pesar de que los servicios de emergencia estaban presentes en las playas, no se pudo hacer nada por la vida de estas personas.

La mala mar tuvo mucho que ver con los accidentes. Y también la imprudencia. En algunas de estas playas ondeaba la bandera roja, que prohíbe totalmente el baño. Pero el calor que tuvimos en esa zona del país, unido a la buena temperatura del agua del mar que suele haber en esta época del año, invitaba a la gente a acudir a la playa, y algunos, a no hacer caso de la bandera.

¿Qué más se puede hacer en estos casos? Está claro que nadie quiere morir ahogado, pero las indicaciones de las banderas no siempre funcionan. Además, se nos plantea otra problemática. En breve, la mayoría de las playas ya no contarán ni con socorristas ni con servicio de información del estado del mar en forma de bandera, y muy posiblemente, el tiempo siga invitando a darse un chapuzón.

Fallecidos por ahogamiento en España

El Informe Nacional de Ahogamientos de 2019 en España muestra unas cifras preocupantes. Desde el 1 de enero hasta el 15 de septiembre, han fallecido en nuestro país 337 personas por ahogamiento en espacios acuáticos. Estos datos no incluyen los de la semana pasada.

Hombre nadando en piscina
Este 2019 los ahogados en piscinas solo representan de momento el 10% del total

Los datos detallados en el informe nos ayudan a desmontar algunos mitos. Por ejemplo, que los extranjeros se ahogan más que los españoles. Solo un 34% de los fallecidos son extranjeros. En cuanto al sexo, la mayoría son varones. Concretamente un 78%. Y en cuanto al lugar del accidente, la playa provoca un 44% de los fallecimientos, seguido por los ríos, un 15%, y las piscinas, un 10%.

Y el dato que nos tiene que preocupar es si existía o no vigilancia en forma de socorrista en el momento del ahogamiento. Un 77% de los ahogados sufrieron el accidente en lugares en los que no había servicio de socorrista. Así que la presencia de la supervisión es vital para salvar vidas.


El calendario de las piscinas

Hace unos meses tocamos el tema del calendario de apertura de las piscinas municipales. En este caso, nos encontramos en un escenario algo distinto al de las playas, porque cuando una piscina no cuenta con servicio de socorrista, se cierra al público.

Es muy difícil, pero el horario de las piscinas, así como la presencia de un socorrista, debería ser algo flexible. Esto puede ser complicado por tema de presupuestos municipales. También para las comunidades de vecinos, que muchas veces se quedan con las ganas de unos días más de baño por la imposibilidad de alargar unos días más la presencia del socorrista.

Todos los hechos descritos solo quieren invitar a la reflexión sobre la conveniencia de adaptar el servicio de socorrista y de apertura de instalaciones acuáticas al tiempo que tenemos en esta época del año. Algunos septiembres y octubres nos regalan la oportunidad de alargar un poco más el verano haciendo eso que tanto nos gusta: bañarnos.