Los ciclones tropicales en el Atlántico podrían estar intensificándose más rápidamente, según un nuevo estudio

Un estudio publicado hace unos días analiza si en los últimos 50 años se ha producido un incremento en el ritmo de intensificación de los ciclones tropicales que se forman en el Atlántico.

Huracanes más intensos
Vista satelital del huracán Florence cerca de la costa de EE. UU. Nótese el ojo libre de nubosidad envuelto de una muralla convectiva.

Un estudio publicado hace unos días en la prestigiosa revista Nature, liderado por Andra Garner, meteoróloga y profesora en la Universidad de Rowan, ha encontrado una relación causa-efecto entre el calentamiento global y la actividad ciclónica en el Atlántico. Para ello, la doctora Garner analizó los cambios en la velocidad del viento de todos los ciclones tropicales formados entre 1971 y 2020.

La razón del estudio está bien justificada: los ciclones tropicales son el fenómeno natural que más daño causa en las costas de Estados Unidos y en el Golfo de México, saldándose con millones de dólares anuales en costes.

Estos sistemas tienen una cosa en común: la velocidad a la que se intensifican. Algunos de los huracanes que más pérdidas han causado en la historia de EE. UU. pasaron de tormenta tropical a huracán de categoría 5 en apenas tres días. Es el caso de Harvey (2017), Ian (2022), Sandy (2012), Ida (2021) e Irma (2017).

La temperatura del océano, un factor crucial

La velocidad de intensificación de los ciclones tropicales, depende mucho de la temperatura superficial oceánica. Las tasas de intensificación más rápidas ocurren en zonas marítimas con temperaturas inusualmente altas. Los ciclones tropicales se alimentan de esta energía, actuando como “motores de calor”, robando energía al mar y transportándola a latitudes más altas.

Mareas ciclónicas
El fenómeno más dañino cuando los huracanes tocan tierra no son los vientos, sino las mareas ciclónicas. El viento y la baja presión producen un aumento considerable del nivel del mar.

Debido al aumento de gases de efecto invernadero que se ha producido desde la era preindustrial, la superficie de los océanos mundiales se ha calentado de media 0,88 ºC desde 1850. Gran parte de este calentamiento es reciente: unos 0,60 ºC de calentamiento se han concentrado desde 1980.

En estos últimos años se está observando un aumento de las intensificaciones repentinas en los ciclones tropicales del Atlántico, por lo que las área costeras tendrían que adaptarse a este nuevo escenario.

Sería lógico pensar, que una superficie oceánica más caliente podría implicar ciclones tropicales más devastadores, si se cumplen otros factores. Esto podría afectar a las previsiones, debido a que la rápida intensificación de estos sistemas no está bien resuelta por parte de los modelos meteorológicos. Una rápida intensificación junto a la costa podría aumentar significativamente el impacto de estos sistemas y reducir el tiempo de reacción de la población.

Ciclones tropicales cada vez más intensos en menos tiempo

Los resultados del estudio liderado por Andra Garner son reveladores. Se definieron tres períodos temporales para ver cambios en el ritmo de intensificación de estas borrascas: la era histórica (1971-1990), la intermedia (1986-2005) y la más moderna (2001-2020).

Los ciclones tropicales en la era moderna, se intensifican un 27,1% más rápido que en la era histórica, considerando un período de 24 horas. La probabilidad de que un ciclón tropical poco intenso se convierta en un huracán de gran categoría se ha triplicado en los últimos 50 años. Las zonas donde los ciclones se intensifican más rápidamente son el Caribe sur, el Atlántico central y el Atlántico sureste (frente a las costas de África).

El calentamiento antropogénico ya tiene un impacto medible sobre el ritmo de intensificación de los ciclones tropicales, debido a una superficie oceánica más caliente. El impacto podría ser todavía mayor si no se toman las medidas adecuadas en áreas costeras.