Las medusas en el mar Mediterráneo: tipos más comunes y sus características

El mar Mediterráneo se ha convertido en el escenario ideal para la proliferación de medusas. El calentamiento del agua, la sobrepesca y la escasez de depredadores naturales explican su auge en nuestras costas.

El Mediterráneo es un mar ideal para la reproducción de las medusas.

El aumento en la presencia de medusas es un fenómeno en expansión, favorecido por factores como el calentamiento global, la pesca excesiva y la polución. Aunque forman parte natural del ecosistema marino y cumplen funciones ecológicas relevantes, su proliferación puede generar impactos negativos tanto en el entorno como en actividades humanas como el turismo o la pesca.

Un "caldo mediterráneo" perfecto para ellas

La temperatura media superficial del conjunto del mar Mediterráneo ronda los 24 ºC, cifras muy elevadas, prácticamente inéditas, para el mes de junio. Esta situación tan anómala ha dejado registros de 27-28 ºC en los últimos días, e incluso la boya de Pollença de SOCIB marcó un pico de más de 30 ºC este lunes 23 de junio.

Este caldo es perfecto para la reproducción de las medusas, además el calentamiento tan rápido, alarga su temporada reproductiva. También, el Mediterráneo tiene pocas corrientes fuertes, y al ser un mar semicerrado, facilita la concentración de estos organismos gelatinosos.

Asimismo, la disminución de depredadores como el pez luna, tortugas marinas o atunes favorece a que haya menos control de las poblaciones de medusas. A continuación, veremos cuáles son las más frecuentes.

Luminiscente, peligrosa y muy común: la Pelagia noctiluca

La Pelagia noctiluca, comúnmente conocida como "luminiscente" es la protagonista de nuestras costas. Tiene un tamaño que puede superar los 20 cm de diámetro y un color rosado-rojizo característico.

La medusa luminiscente es la más común y peligrosa del Mediterráneo.

Su peligrosidad es elevada, con los casi 20 metros que pueden alcanzar sus tentáculos. Su picadura provoca irritación, escozor y posibles heridas abiertas con riesgo de infección. Por su abundancia y tentáculos largos, puede afectar grandes áreas de la piel, y en casos graves, causar complicaciones respiratorias, cardiovasculares y dermatológicas que pueden prolongarse durante semanas o meses.

Los lugares más habituales para verlas son la Costa Brava, la Comunidad Valenciana, las Islas Baleares y la costa oriental de Andalucía.

Cotylorhiza tuberculata, la medusa “huevo frito” que nada sin causar alarma

La Cotylorhiza tuberculata es conocida popularmente como "medusa huevo frito" por su apariencia tan similar a este alimento. Es muy habitual encontrarlas en las costas de Almería, la Región de Murcia, Comunidad Valenciana y en el archipiélago balear durante el verano y el otoño.

Su tamaño puede oscilar entre los 20-35 cm, pero la escasa longitud de sus tentáculos y la reducida densidad de células venenosas la hacen inofensiva. En caso de picar, sus efectos son muy leves y no pasan de la irritación de la piel y picor.

Otras medusas que se podrán ver en las costas mediterráneas

Aunque en los últimos años se está hablando mucho de las temidas carabelas portuguesas, cabe recordar que no son medusas, sino organismos coloniales. Por otra parte, aunque menos comunes que las anteriores, sí que hay otros tipos de medusas que pueden verse de forma habitual en nuestras costas.

La aguamala o aguaviva (Rhizostoma pulmo) es muy grande y vistosa, pero aunque no causa reacciones graves en la piel, puede provocar irritaciones tanto por contacto directo o con restos de tentáculos, así como como por su presencia en aguas costeras cerradas.

La Aurelia aurita de hasta 25 cm de diámetro, puede verse en lagunas costeras mediterráneas como el mar Menor y es muy poco peligrosa. También, la Chrysaora hysoscella, conocida como medusa de compases, aunque se avista ocasionalmente, produce una picadura muy fuerte.