La joya medieval del siglo XII que pocos visitan y es Patrimonio Mundial desde hace 35 años

Lejos de los circuitos turísticos más conocidos, esta joya monumental sorprende al descubrirla. No es Ávila o Segovia, pero comparte con estas ciudades la grandeza medieval y un legado monumental digno de admiración.

Monasterio Santa Maria Poblet
Imponente y extenso, este monasterio se divide en tres recintos cerrados, todos rodeados por una sólida muralla con almenas y torres de planta cuadrada y poligonal. Fuente: Turisme.cat

Hoy viajamos al corazón de una comarca tranquila, alejada del bullicio turístico habitual. Allí, entre montañas suaves, viñedos centenarios y bosques de encinas y pinos se encuentra este lugar que rezuma historia, espiritualidad y arte en cada una de sus piedras.

El majestuoso monasterio medieval que aún guarda el alma de la Corona de Aragón

Estamos hablando del Monasterio de Santa María de Poblet, que, situado en la provincia de Tarragona, es una de las grandes joyas del Císter en Europa y uno de los conjuntos monásticos más importantes del mundo.

Fundado en 1150 por orden de Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, fue erigido para albergar una comunidad de monjes cistercienses procedentes de Francia.

Su ubicación, al pie de las montañas de Prades y en plena ruta de expansión cristiana hacia el sur durante la Reconquista, no fue casual. Construido bajo los principios del estilo románico tardío y gótico cisterciense, el monasterio destaca por su sobriedad, equilibrio y armonía arquitectónica.

La iglesia abacial, el corazón espiritual del recinto, fue consagrada en 1197, y con el paso de los siglos, se añadieron dependencias, claustros, dormitorios, refectorios y un impresionante conjunto de murallas que lo convirtieron en una auténtica ciudad monástica autosuficiente.

Panteón real y símbolo del poder catalano-aragonés

Lo cierto es que este monasterio no sólo fue un centro espiritual y agrícola de gran relevancia, sino también un símbolo del poder político. A partir del siglo XIV, se convirtió en panteón real de la Corona de Aragón. De hecho, allí reposan los restos de reyes como Jaime I el Conquistador, Pedro el Ceremonioso o Alfonso el Benigno, cuyos sepulcros esculpidos en alabastro aún pueden admirarse en el interior de la iglesia.

Durante siglos, Poblet fue un importante foco de cultura, copiado y preservando manuscritos, formando a monjes y extendiendo su influencia por toda la región. Su biblioteca y scriptorium eran referencia en el mundo monástico. Además, gracias a la riqueza de sus tierras y a los privilegios otorgados por la monarquía, el monasterio se convirtió en una institución económica poderosa.

Del abandono al renacer espiritual, la segunda vida de una joya espiritual medieval

Como muchas instituciones religiosas, el monasterio sufrió los avatares del tiempo. En 1835, con la desamortización de Mendizábal, fue exclaustrado y sus dependencias quedaron vacías. Durante casi un siglo, el recinto se deterioró y fue víctima de saqueos y abandono. No fue hasta 1940 cuando comenzó su lenta recuperación, gracias a la llegada de una nueva comunidad de monjes cistercienses.

Hoy en día, el Monasterio de Poblet vuelve a estar habitado por una comunidad viva que mantiene las tradiciones y el espíritu del Císter. Sus muros acogen oración, trabajo y silencio, fieles al lema “ora et labora”. Este renacer culminó con el reconocimiento internacional, y en 1991, la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad por su valor histórico, artístico y espiritual.

A pesar de su importancia, Poblet sigue siendo un lugar poco conocido, lo que ha permitido conservar su autenticidad y atmósfera serena. Las visitas guiadas revelan joyas como el claustro o la sala capitular, en un entorno natural que invita al silencio y la contemplación.