Los embalses siguen perdiendo agua en mayo, pero se atenúa el descenso

Pese a los dos períodos de precipitaciones, la reserva de agua ha continuado descendiendo, aunque ha moderado la bajada. Veamos a continuación cómo han evolucionado nuestros embalses en este mes que, de momento, está siendo seco.

En la imagen la cascada del río Jallas en su desembocadura, cuyas aguas embalsa el pantano de Santa Eugenia,
Nuevamente los embalses de Galicia Costa han sido los más beneficiados durante este mes. En la imagen la cascada del río Jallas en su desembocadura, cuyas aguas embalsa el pantano de Santa Eugenia, el que más ha aumentado este mes.

En lo que llevamos de mayo, las precipitaciones han llegado especialmente por el episodio de oestes que afectó a Galicia y a una serie de frentes que, en menor medida, han ido dejado lluvias e incluso algo de nieve en las montañas del tercio norte peninsular. Las cantidades más importantes se midieron durante la primera mitad del mes, con valores acumulados que llegaron a superar los 300 l/m2 en zonas del oeste gallego, y que ahora rondan casi los 100 en el Pirineo oriental. La otra situación de aporte hídrico acaba de producirse ahora, ligada a la DANA del fin de semana, con cantidades cercanas a los 100 l/m2 en el sureste peninsular. Pero aún con todas estas cantidades, se puede considerar a mayo un mes seco en el conjunto de la Península.

Las temperaturas, en líneas generales, están siendo superiores a las normales en la mayoría de las regiones, sobre todo en los valores máximos. Por otro lado, aunque entre el 9 y el 12 sí hubo rachas fuertes de viento en el norte peninsular, podemos considerar que el mes ha transcurrido con un ambiente encalmado, además de templado. El otro factor a tener en cuenta es la humedad relativa, que durante estas semanas se puede considerar inferior a lo normal, sobre todo en esta segunda quincena.

Todas las condiciones meteorológicas en este mes, salvo el viento, han sido adversas para nuestros embalses. El agua ha disminuído de forma clara.

Por tanto, de las principales condiciones meteorológicas para la evaporación, salvo el viento, todas las demás están siendo adversas para nuestros embalses. Todo esto hace que por semanas tengamos que la reserva de agua disminuyó más que la media de los últimos 10 años en todas ellas.

Aumentos en el agua embalsada

Como estamos viendo, este mes no es que haya tenido muchos momentos importantes de precipitaciones. Para la reserva hídrica, los más destacados fueron los que se produjeron en torno a los días 7 y 15, con una sucesión de frentes que regaron el tercio norte, principalmente el oeste de Galicia y la zona pirenaica.

Agua embalsada
Solo permanecen dos cuencas por encima de la media de los últimos diez años, la del Segura e Internas de Cataluña.

Los embalses que más se deberían haber beneficiado de esta situación son los de la cuenca de Galicia Costa, caso de Fervenza y Santa Eugenia en el río Jallas, o el del Eume, en el río del mismo nombre. Aunque venían de una situación con el suelo bastante seco, las precipitaciones han sido tan abundantes que finalmente los embalses sí han podido beneficiarse del aporte pluvial.

La cuenca que más se ha visto beneficiada ha sido la de Galicia Costa. El embalse de Santa Eugenia ha registrado un incremento del 40%.

De todos estos embalses, el que más ha aumentado es el de Santa Eugenia, con una subida del 40%. Por allí, algunos puntos han superado los 400 l/m2, como el pluviómetro de la localidad de Mazaricos, que presenta un acumulado de 460 l/m2, un valor que significa algo más del 200% del promedio mensual. Por todos estos factores la cuenca que más ha aumentado ha sido la de Galicia Costa, con una subida del 9,5%.

Disminución en el agua embalsada

Como sabemos, el problema de los grandes almacenamientos de agua es la pérdida por evaporación. Los factores que más influyen son la temperatura, el viento y la radiación solar. Por lo que nos encontramos que en este mes de mayo los factores más negativos han sido las altas temperaturas y sobre todo la radiación solar, variables que va a continuar siendo predominantes en los próximos meses, según sigan aumentando las horas de sol.

Ruinas romanas de Augustobriga, junto al pantano de Valdecañas en Cáceres.
Ruinas romanas de Augustobriga, junto al pantano de Valdecañas en Cáceres, uno de los que más agua ha perdido en la cuenca del Tajo.

Teniendo en cuenta el escaso e irregular aporte hídrico durante casi todo el mes, en especial en el centro y en el suroeste peninsular, sumado a todos los demás factores, hace que la cuenca más perjudicada en mayo sea la del Tajo, con una disminución ligeramente inferior al 6%. Dejamos fuera de esta evaluación el descenso en la cuenca del Cantábrico Oriental por solución de problemas en algunas de las presas que ha provocado algún desembalse importante.

Conclusiones

Se acabó el período húmedo de la primavera en la mayoría de nuestras comarcas y además, podemos considerar que mayo está siendo seco desde el punto de vista general, por lo que durante este mes se ha perdido un 0,31% en el agua embalsada. En estos momentos está al 60,60%, un 6% ya por debajo de la misma fecha del año pasado, y nos encontramos por debajo de la media de los diez últimos años, en este caso algo menos del 12%.

El período húmedo de la primavera ya ha acabado y, si se cumplen las condiciones normales, no volverá a llover en la mayoría de las regiones hasta finales de septiembre.

En situación atmosférica normal, estamos a punto de iniciar el período más seco del año, el verano, que si se cumplen las normas habituales prácticamente no volverá a llover en la mayoría de las regiones hasta finales de septiembre. Debemos seguir vigilando mucho la situación de nuestros embalses, principalmente en el sur peninsular, ya que las cuencas del Guadalquivir y del Guadiana siguen rondando el 30%, siendo la peor de todas esta última con tan solo el 40,29% de su capacidad total.