El castillo con forma de estrella del siglo XVII que pocos conocen, es Patrimonio Mundial y está a 20 minutos de España

Hoy queremos viajar a una preciosa localidad fronteriza entre España y Portugal, donde lo más fotografiado suelen ser los viñedos, las callejuelas encaladas y las fortalezas que aún se alzan orgullosas sobre colinas estratégicas.

Muchos viajeros cruzan a nuestro país vecino sin saber que junto a una de las ciudades más antiguas de la región del Alentejo se esconde una joya de la arquitectura militar europea. Y lo curioso es que desde el aire, su silueta es inconfundible: una perfecta estrella de piedra.

La estrella de piedra que corona la localidad portuguesa de Elvas

Y es que a tan solo 20 minutos en coche desde Badajoz, cruzando la frontera por la A-6, se llega a Elvas, una ciudad portuguesa fortificada declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2012.

En lo alto de una colina cercana, visible desde muchos puntos de la región, se levanta una de sus construcciones más impresionantes, pero que sin embargo es de las menos conocidas: el Forte de Nossa Senhora da Graça, o Fuerte de Nuestra Señora de Gracia.

También conocido como "Fuerte del Conde de Lippe", en honor a su diseñador, es un prodigio de la ingeniería militar barroca del siglo XVII, erigido para reforzar la línea defensiva de Portugal frente a posibles invasiones españolas. Su forma de estrella no es solo estética: responde a principios militares muy avanzados para la época.

Así nació el fuerte que protegió la frontera portuguesa

La construcción del fuerte se inició en 1763, tras el final de la Guerra de los Siete Años, en un momento en que Portugal reforzaba sus defensas ante la presión de sus vecinos.

El lugar elegido no fue casual. La colina del Monte da Graça ya había sido escenario de conflictos durante la Guerra de Restauración portuguesa desde 1640 a 1668. El fuerte venía a completar el anillo defensivo de Elvas, junto con el Forte de Santa Luzia, el sistema de murallas abaluartadas de la ciudad y otros reductos.

Una arquitectura militar de precisión geométrica

La planta del Forte da Graça tiene una forma pentagonal estrellada, con un foso profundo y múltiples capas de defensa. En su centro se alza el reducto central, una estructura elevada, con su propia capilla, cuarteles y almacenes. Rodeando este núcleo se extienden los baluartes exteriores, protegidos por revellines (defensas intermedias) y glacis (pendientes artificiales que dificultaban el acceso del enemigo).

El fuerte contaba con cuarteles para más de 1.000 soldados, almacenes de pólvora, cocinas, cisternas y hasta un sistema de ventilación y recogida de aguas pluviales. Su diseño permitía resistir largos asedios sin depender del exterior. Además, desde sus terrazas se domina toda la llanura del Guadiana, lo que le daba una ventaja táctica clave.

De bastión defensivo a museo vivo

Lo cierto es que este fuerte fue utilizado como plaza militar activa hasta el siglo XX. Durante el siglo XIX, jugó un papel en las Guerras Liberales portuguesas, y posteriormente sirvió como prisión militar. Tras décadas de abandono, fue restaurado con gran precisión, de manera que pudo finalmente abrir al público en 2015 como centro museístico.

Hoy en día puede visitarse todos los días, y su recorrido es tan impresionante como su historia. Las visitas permiten adentrarse en sus estancias, subir a los baluartes y caminar por las galerías subterráneas. También se ofrecen visitas guiadas que explican en detalle su construcción y función. Si quieres conocer más detalles, no dudes en visitar su web: https://cm-elvas.pt/descobrir/forte-da-graca/.