¿Aumenta la curiosidad con la edad? Investigadores de la UCLA revelan por qué

Si crees que la curiosidad se apaga con los años, piénsalo otra vez. Investigadores de UCLA descubren que querer saber más podría ser la mejor medicina para el cerebro envejecido.

Mujer mirando una cadena de ADN
Científicos descubren que la curiosidad se intensifica con los años, especialmente en la vejez


¿Quién dijo que la curiosidad es cosa de jóvenes? Un nuevo estudio liderado por investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) está desmontando esa vieja creencia. Según sus hallazgos, las ganas de aprender cosas nuevas no solo no desaparecen con los años, sino que pueden intensificarse en la vejez, actuando además como una potente defensa contra el deterioro cognitivo.

¿Cuántos tipos de curiosidad existen?

El equipo, encabezado por el psicólogo Alan Castel, distinguió entre dos formas principales de curiosidad: la curiosidad como rasgo (una inclinación general hacia el conocimiento) y la curiosidad situacional o momentánea, que surge de manera espontánea ante temas que despiertan interés específico.

Tradicionalmente, los estudios habían mostrado que la curiosidad como rasgo tiende a disminuir con la edad. Sin embargo, esta investigación introdujo una perspectiva distinta: cuando se mide la curiosidad situacional —por ejemplo, el interés en descubrir la respuesta a una pregunta de trivia—, el patrón cambia. De hecho, los investigadores observaron un notable aumento en la curiosidad situacional a partir de la mediana edad.

Un impulso mental en la madurez

Este crecimiento de la curiosidad con los años tiene una explicación lógica. Durante la juventud y la vida adulta temprana, las personas suelen estar enfocadas en cumplir con sus responsabilidades laborales, familiares y económicas, lo que limita el tiempo y la energía para explorar nuevos intereses. Pero al llegar a la jubilación o tras el crecimiento de los hijos, muchas personas recuperan el espacio necesario para reenfocarse en sí mismas, y con ello, en aprender cosas nuevas.

Hombre leyendo
Al llegar a la jubilación las personas tienen más tiempo para reenfocarse en sí mismas

“Como adultos mayores, no dejamos de querer aprender. Solo somos más selectivos con lo que elegimos aprender”, explica Castel. Este fenómeno se alinea con la teoría de la selectividad socioemocional, que sostiene que con la edad, las personas priorizan actividades y aprendizajes que tienen un significado personal.

La curiosidad como escudo contra el deterioro

Además del enriquecimiento personal, el estudio plantea una implicación aún más poderosa: la curiosidad podría ayudar a proteger el cerebro del envejecimiento patológico. Castel y su equipo encontraron que aquellas personas que mantenían altos niveles de curiosidad mostraban mejor retención de información, mientras que una pérdida de interés general podía ser un signo temprano de deterioro cognitivo.

Este hallazgo podría tener importantes aplicaciones para la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. La recomendación es clara: mantener la mente activa, interesarse por nuevos temas, retomar pasatiempos o incluso volver a estudiar, pueden ser hábitos tan importantes para el cerebro como lo es el ejercicio físico para el cuerpo.

Envejecer con mente despierta

El mensaje que deja este estudio es esperanzador. La curiosidad no tiene fecha de caducidad. Más aún, puede ser una de nuestras mayores fortalezas a medida que envejecemos. Retomar antiguos intereses, descubrir nuevas pasiones y alimentar esa chispa de asombro frente al mundo no solo nos hace sentir más vivos, sino que también nos ayuda a mantener el cerebro joven y activo.

Jubilados con un ordenador
La investigación demuestra que la curiosidad no tiene fecha de caducidad

A medida que el mundo envejece, una idea poderosa cobra fuerza: quizás no sea una medicina, sino la curiosidad lo que mantenga vivo y ágil al cerebro. Este tipo de estudios invitan a replantearse el envejecimiento como una etapa de descubrimiento, donde seguir aprendiendo podría ser el secreto de una vida larga y llena de sentido.

Referencias de la noticia

Whatley, M. C., Murayama, K., Sakaki, M., & Castel, A. D. (2025). Curiosity across the adult lifespan: Age-related differences in state and trait curiosity. PLOS ONE, 20(5).