Servicio Meteorológico Nacional: 135 años de historia en México

Comisión Nacional del AguaMarzo de 201278 páginasISBN: 978-607-7908-63-0

Con motivo de la celebración del 135 aniversario del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de México, se publica este libro, el cual hace recuento histórico del estudio y la difusión de la Meteorología en el citado país. El volumen relata de manera accesible y amena cómo desde la época colonial se ha llevado a cabo el registro y la medición de las distintas variables climatológicas, el conocimiento del territorio y la destrucción de viejos mitos; entre ellos, los que proponían que el clima de las regiones americanas era nocivo y que hacía crecer a la gente alienada, floja o con poca voluntad. José Antonio de Alzate y Ramírez (1737-1799), en su periódico “El Mercurio Volante” fue de los primeros en publicar información de la presión, precipitación y temperatura, buscando demostrar lo benigno y ventajoso del clima de la Nueva España y acabar con esos mitos de origen europeo. Igualmente importantes fueron las aportaciones de Alejandro de Humboldt, quien visitó México y realizó observaciones meteorológicas y geográficas con aparatos de gran precisión, que posteriormente dejaría a los estudiantes del Colegio de Minería, donde comenzaron a formarse los ingenieros geógrafos: cuadros que fundarían instituciones clave para el desarrollo de la nación. Aquella generación dio forma al Observatorio Astronómico Nacional, el Observatorio Meteorológico y la Comisión Geográfico Exploradora.

Las invasiones estadounidense y francesa, a pesar de los problemas que causaron, incluyeron en sus contingentes a científicos cuyas investigaciones y hallazgos después fueron utilizados por la nación. De tal suerte en 1877 surgió el Observatorio Meteorológico Central, dirigido por Mariano Bárcena (nombre con el cual se bautizó una de las bibliotecas del SIAP).  Desde entonces la red de observatorios y estaciones climatológicas se expandió, las instalaciones eran mantenidas por los estados federados y generalmente compartían espacio con los telegrafistas. La información se enviaba al Observatorio Central para procesarla y distribuirla. La importancia de la meteorología para las labores agrícolas siempre ha sido conocida; durante todo el porfiriato la información se hizo llegar a los actores involucrados en el sector primario, para esto había boletines especializados. Con el advenimiento de la Revolución, se suscitaron problemas que afectaron a la antigua red, de los cuales se recuperó, incorporando tecnologías modernas para recabar información y transmitirla al público y a los medios de comunicación masiva. Al principio el teléfono, el teletipo y la radio fueron los medios para diseminarla. El Servicio Meteorológico Nacional de México, con esta denominación específica, surge en 1941, buscando “sacar partido de nuestro suelo y tener una idea más exacta de sus recursos, por lo cual nos es indispensable perfeccionar el conocimiento de nuestra climatología, que es elemento primordial de juicio en la resolución de todos los problemas agrícolas”, según apunta la “Memoria de la Secretaría de Agricultura y Fomento” de ese año. Igualmente importante es este conocimiento para la prevención de desastres, tales como inundaciones y huracanes. En el libro se detallan, por ejemplo, los primeros aparatos que utilizó la estación meteorológica central, el desarrollo de la red de observatorios y estaciones a lo largo de los años, las técnicas que actualmente se utilizan, los presupuestos asignados al SMN durante diferentes años y la integración a futuro que se hará a partir de un préstamos del Banco Mundial.

Esta entrada se publicó en Libros y Revistas en 10 Nov 2013 por Francisco Martín León