Convección severa, pedrisco y poesía
“La nube” Arrículo de abril de 2005. Recuperado en diciembre de 2009 José María Gabriel y GalánRAMLa presencia amenazante de una tormenta sobre las tierras de cultivo es una espada de Damocles que, a...
“La nube”
Arrículo de abril de 2005. Recuperado en diciembre de 2009
José María Gabriel y Galán
RAM
La presencia amenazante de una tormenta sobre las tierras de cultivo es una espada de Damocles que, a veces, se manifiesta en forma de granizo adverso y arrasador en superficie. El esfuerzo que ha costado sacar fruto de la tierra, desaparece en pocos segundo frente a la impotencia del agricultor.
La temperie afecta a todos los seres vivientes del planeta: animales y plantas. Nadie como los agricultores, pescadores y ganaderos sufren tan directamente las inclemencias del tiempo sobre sus propias “carnes”: ellos las viven en directo e intensamente. De la noche a la mañana, en unas horas o, incluso, en minutos, todo el esfuerzo de un año se puede venir al traste por la presencia del pedrisco, lluvias intensas, vientos fuertes, olas de frío y calor, etc. Ellos, como nadie, miran al cielo para ver lo que le depara la atmósfera. Con sus refranes y proverbios meteorológicos, con sus calendarios, témporas, etc, tratan de reflejar sus conocimientos meteorológicos locales y ancestrales. Poetas y pintores han reflejado de alguna u otra manera sus observaciones del estado del cielo en sus cuadros y poesías. Otros han ido aún más lejos, señalando como las inclemencias del tiempo han afectado a las vidas de las gentes tan dependientes del tiempo atmosférico.
Vamos a rescatar uno de los poemas más hermosos y sencillos donde se describe líricamente una tormenta y cómo ésta repercute en la vida de unos amantes campesinos que pretenden casarse: una nube de verano se interpone en su camino y desbarata su futuro próximo. Su título es “La nube” y su autor es José María Gabriel y Galán. Para comprender el poema vamos a dar unas pinceladas bibliográficas (tomada de la referencia 2) de este autor tan unido al campo y a los agricultores.
Gabriel y Galán, José María
Poeta español que nació en Frades de la Sierra, Salamanca, el 28 de junio de 1870 y murió en Guijo de Granadilla, Cáceres, el 6 de enero de 1905 de una pulmonía mal curada.
Era hijo de labradores. Cursó estudios en Salamanca y fue maestro nacional en Guijuelo (Salamanca), Piedrahíta (Ávila) y en Madrid durante unos años, hasta que se retiró al campo para cuidar de las tierras de su esposa.
Su poesía describe la vida rural en un tono a la vez patético y humorístico; en algunas composiciones empleó el dialecto extremeño. Su obra poética se aparta de la renovación introducida por el modernismo y acaba siendo por sus temas y motivos tan conservadora como en el aspecto estético: defiende la tradición, la familia, la hidalguía de la raza, el riguroso dogma católico, la descansada vida del campo, ….
Poeta costumbrista bucólico, Unamuno y Pardo Bazán, entre otros, se interesaron por la obra de este poeta campesino, que exalta en versos sencillos claros y sin pretensiones, las virtudes tradicionales del hogar y de la familia, los goces de la vida rústica, la religión, la patria, etc. Su poesía exalta las tierras y las costumbres salmantinas y cacereñas, unas veces en castellano normal, otras en ese castellano vulgar que hemos descrito. Escribe bajo los dictados de la patria, del amor y de la fe. Se le define como un verdadero poeta, aunque para algunos resulta sentimental y demasiado efectista en ocasiones. Son famosas sus odas El ama, El Cristu benditu, El embargo, etc.
Publicó Castellanas (1902), volumen al que pertenece su poema "El ama"; Extremeñas (1902), con composiciones en dialecto extremeño, algunas de gran popularidad, como "El Cristu benditu" y "El embargo"; Campesinas (1904), en el que destaca el poema "Los pastores de mi abuelo" y Nuevas castellanas (1905), y la publicación póstuma Epistolario (1918).
Veamos como una tormenta de verano se interpone en los planes futuros de dos jóvenes labradores que ven en la cosecha el camino para su boda.
(Campesinas 1904)
Una nube
No hay posibles hogaño pa eso
-dijo el padre de ella;
y el del mozo exclamó pensativo:
"Pues entonces hogaño se deja
porque yo también ando atrasao
con tantas gabelas...
Que se casen al año que viene,
dispués de cosecha,
y hogaño entre dambos
le daremos tierra
pa que el mozo ya siembre pa ellos
esta sementera."
Y el mozo y la moza,
rojos de vergüenza,
lo escucharon humildes y mudos,
sin osar levantar la cabeza.
Y el mozo labraba,
derramaba las siete fanegas,
regaba su trigo
con sudor de la frente morena,
y en sus sueños lo vio muchas veces
maduro en las tierras,
cargado en el carro,
junto ya en las eras,
limpio ya en las trojes,
blanqueadas tres veces por ella...
¡Agosto lejano!
¿No vienes, no llegas?
Agosto ya vino;
su sol ya platea
los inmensos tablares de espigas
que doblándose henchidos revientan...
¡Qué hermosa la hoja!
¡Contento da verla!
¡Qué ondear tan suave a los ojos!
¡Qué música aquella,
la del choque de tantas espigas
que la brisa a compás balancea!
¡La brisa!... ¡La brisa!...
una tarde radiante y serena
sopló más caliente,
sopló con más fuerza,
humilló las espigas al suelo,
revolvió la tranquila alameda,
levantó remolinos de polvo,
trajo nubes negras
que azotaron al suelo con gotas
calientes y gruesas...
Se pusieron los valles oscuros,
se pusieron violáceas las sierras,
y fatídica, ronca, iracunda,
vengadora, cercana, tremenda,
zumbó la amaneza
vibró la centella,
que rayó con su látigo el vientre
de la nube cargada de piedra...
¡Y la nube en los campos inermes
derrumbó aquella carga siniestra!...
¡Qué triste la hoja!
¡Pena daba verla!
¡Ya no pueden los mozos casarse
cuando ellos quisieran!
¡Qué triste está el mozo!
¡Cómo llora ella!...
Y es bueno que esperen,
¡que no es firme el amor que no espera!
Referencias del poeta en la red:
http://www.los-poetas.com/a/galan.htm (1)
http://www.literaturahispanica.com/anto-esencial/galan/galan.htm (2)