Desaparición de glaciares de pirenaicos españoles

Cambio climático a la vistaParte II GREENPEACEhttp://www.greenpeace.org/espana_es/ Nota de la RAM. Hemos pedido permiso a la organización Greepeace para reproducir este interesantísimo artículo public...

Cambio climático a la vistaParte II GREENPEACENota de la RAM. Hemos pedido permiso a la organización Greepeace para reproducir este interesantísimo artículo publicado por dicha organización y así lo hemos obtenido. Agradecemos a Greenpeace su amable colaboración hacia la RAM y a sus lectores. Por su larga extensión, el artículo ha sido dividido en dos. En el anterior número de la RAM apareció la primera parte de este trabajo.Índice
- Introducción- Impactos globales del cambio climático- Impactos en la criosfera- Estado global de los glaciares- Glaciares del Pirineo
Estado actual de los glaciares españolesEstado de los glaciares por localización
- Evolución histórica de los glaciares españoles- El futuro próximo de los glaciares españoles- Conclusiones- Demandas de Greenpeace
Documento elaborado y redactado por Enrique Serrano, catedrático de Geografía Física de la Universidad de Valladolid; Eduardo Martínez de Pisón, catedrático de Geografía Física de la Universidad Autónoma de Madrid, Fernando Lampre, Presidente del Patronato de los Monumentos Naturales de los Glaciares Pirenaicos y el Departamento de Energía de Greenpeace España.Equipo de investigación de Greenpeace, campaña de energía de Greenpeace Argentina, Meritxell Bennasar, Alex Eiras,Raúl Gómez, Emilio Manuel Rull CamachoDiseño y maquetación, Rebeca PorrasRevisión de textos, Mamen IllánFotografías, Clemente Álvarez© GREENPEACE/ CLEMENTE ÁLVAREZGlaciares del PirineoLos Pirineos son la única cordillera de la península Ibérica que posee glaciares en la actualidad. Hasta mediados del siglo XIX, existieron glaciares en Sierra Nevada y Los Picos de Europa, que desaparecieron con los cambios climáticos acaecidos a finales del siglo XIX, con la finalización de la denominada Pequeña Edad del Hielo. Este período fue de enfriamiento climático menor a escala global pero muy importante por su impacto en las actividades humanas y el medio natural de las montañas15.Los glaciares pirenaicos actuales son una herencia de la Pequeña Edad de Hielo, cuya pulsación generó pequeños glaciares que desde finales del siglo XIX sufren un retroceso continuo.El enfriamiento reciente, se ha explicado tradicionalmente como fluctuaciones climáticas originadas por las variaciones de la radiación solar, con un papel menor de las grandes erupciones volcánicas. Sólo al final de este periodo se iniciaría el efecto invernadero que caracteriza a las variaciones climáticas recientes, atribuido a la intromisión de las actividades humanas en la dinámica atmosférica, situado tradicionalmente a partir de 1850-1900. Aunque los últimos estudios atribuyen las variaciones climáticas con efecto invernadero a una nueva era, la Antropogena, caracterizada por la modificación del clima por el hombre, que se iniciaría hace 8000 años, cuando las roturaciones, deforestaciones y puestas en cultivo de amplios espacios en Eurasia, producirían emisiones de CO2 y CH4. Con la llegada de la revolución industrial y el desarrollo tecnológico del siglo XX el proceso se acelera, con evidentes implicaciones en la evolución de los pequeños glaciares pirenaicos.Estado actual de los glaciares españolesDesde 1894 hasta el 2000, se aprecia una pérdida de casi un 85% de la superficie glaciar de los Pirineos. La extensión glaciar ha ido disminuyendo imparablemente en estos cien años, acelerándose en los dos últimos decenios. De mantenerse esta línea, es previsible la extinción total de los glaciares españoles en un período breve. Esta pérdida de superficie glaciar ha ocasionado un cambio en el tipo de aparatos*, así como su pérdida. Mientras que en 1980 había 27 glaciares y 9 heleros, sumando 36 aparatos, la escisión de estos cuerpos de hielo producida por su retroceso ha resultado en sólo 10 glaciares y 9 heleros (4 de ellos heleros, 3 rocosos y 2 elementos residuales) en 2000. Es decir, los procesos y formas periglaciares van, así, sustituyendo a los glaciares en la alta montaña pirenaica.Hemos sido, pues, testigos de desapariciones de glaciares, de tendencias regresivas intensificadas, los hemos visto reducirse e incluso irse como una “especie en extinción”. Un paisaje de la diversidad geográfica se nos ha estado yendo ante nuestros ojos.La superficie de los glaciares del Pirineo en vertiente española ha disminuido de 1.779 hectáreas en 1894 a 290 hectáreas en el 2000. Hemos perdido el 85% de la superficie de los glaciares en el último siglo.* Aparatos: diferentes formas descriptivas del hielo dependiendo de diversas características que los configuran como glaciares, heleros, residuales...Valles de Tena y AraValle del CincaEn las Tres Sorores, el glaciar del Soum de Ramond, reducido a tres placas en 1999, se extingue ya en el 2000; el aparato doble de la cara Norte de Monte Perdido tiene más resistencia, aunque muestra adelgazamiento, biselado y retroceso. El de Cilindro-Marboré ha pasado a constituir dos heleros descarnados. El de Robiñera puede considerarse extinto.Valles del Ésera y RibagorzaEn el Macizo del Posets se observan pérdidas de volumen, aspectos laminares y perfiles cóncavos, aunque el rocoso de los Gemelos mantiene su aspecto. El de Literola y el de Remuñe pueden considerarse extintos. En el Macizo del Aneto hay pasos a placas residuales en aparatos pequeños, pero incluso el glaciar de la Maladeta presenta adelgazamiento, retroceso, marcas de fusión, formación de cavidades y, en suma, tendencia negativa acelerada. El glaciar del Aneto, acentúa su pérdida y la escisión de sus dos lóbulos. Barrancs ha variado menos, pero Tempestades aparece laminar en el fondo de su circo, con borde abrupto que se escinde a partir de sus grietas; el de Cregüeña está extinto, el de Salenques lo mismo y el de Coronas se reduce a hielo en placa.Un ejemplo claro de desaparición de glaciares pirenaicos: Monte PerdidoEste glaciar ha sido ampliamente estudiado desde hace años, aunque su documentación fotográfica no ha sido posible hasta finales del s. XIX. Durante los siglos XVIII y XIX, los hielos de Monte Perdido formaron un conjunto con los procedentes del Cilindro y Marboré, aunque su escisión se señala ya en 1901. No obstante, según documentación, Schrader describe este glaciar en 1873 extendiéndose suavemente en forma de rellano, alcanzando el borde del Balcón de Pineta, tras la unión del aparato escalonado del Monte Perdido -con una cascada de hielo superior a los 200 m. de desnivel- al basal del Marboré-Cilindro, mientras otro glaciar -también basal y hoy desaparecido- se extendía con independencia entre el Astazú y el ibón de Tucarroya. En total, con los hielos de Marboré y Ramond, Schrader hizo un cálculo aproximado en 1874 de al menos 513 hectáreas glaciares con un posible espesor de 150 metros. La anchura de la cascada continua era casi de 500 metros.En 1935, Gómez de Llarena realiza la primera campaña glaciológica realizada y documentada por un español, donde es visible ya la separación entre el casquete superior e inferior del glaciar de Monte Perdido, con un rellano intermedio de 400 metros de anchura y un tramo que conectaría con la base del Cilindro. En 1945 Hernández- Pacheco y Vidal Box prosiguen estos trabajos, constatando una reducción de la anchura de la cascada a 200 m. y una conversión del tramo inferior en una rampa de hielo sucio.En 1973, Martínez de Pisón comenzó las campañas de estudio de este glaciar hasta hoy donde ya se distinguía claramente 3 elementos en Monte Perdido, con sólo glaciar en los dos más altos. Desde entonces, a partir de datos propios o participando en el Programa de Estudio de los Recursos Hídricos de Fusión Nival en Alta Montaña (ERHIN), se indica un mayor biselado y retroceso del frente de ambos glaciares, con pérdida también de espesor y de contorno, y formación de un perfil cóncavo en el sector central del glaciar inferior.El aspecto biselado y adelgazado en ambos glaciares se ha acentuado durante los últimosEvolución histórica de los glaciares españolesDurante el Último Máximo Glaciar (LGM), los Pirineos estuvieron ocupados por amplias masas de hielo que fueron capaces de remodelar la morfología, generando un paisaje y relieve glaciar que condicionó de modo directo los procesos y las formas actuales. A falta de dataciones absolutas que establezcan una cronología definitiva se ha establecido la siguiente evolución glaciar:PleniglaciarEl Pirineo estaría cubierto por el hielo, con lenguas de decenas de kilómetros ocupando los valles principales que finalizaban a 800-1000 de altitud. Su cronología es discutida, si bien parece ir confirmándose que sería anterior a lo sucedido en altas latitudes, pues la circulación atmosférica zonal situada a más bajas latitudes posibilitaría el acceso de masas frías y húmedas que permitieron el crecimiento de los glaciares antes del periodo de máximo frío global. De este modo, el LGM pirenaico se produciría hace unos 40.000 años. Se han registrado diferentes periodos de equilibrio, ya con los glaciares acantonados en los valles altos pirenaicos, hace 25- 20.000 años, un periodo finiglaciar pleistoceno.TardiglaciarPeríodo de enfriamiento con variaciones climáticas que supuso que hace unos 14.000-11.000 años, el Pirineo sufriera dos fases de avance glaciar, ahora con aparatos con desarrollos que alcanzaban el kilómetro de longitud y alojados en la actual alta montaña, por encima de los 2.200 m.Deglaciación HolocenaDurante este periodo, postglaciar, los glaciares desaparecen de la mayoría de los macizos de la alta montaña y se generan formas periglaciares (glaciares rocosos, corrientes de bloques, lóbulos de piedras, derrubios afectados por flujo) que ocupan las porciones altas de laderas y circos en ambientes con permafrost.Pequeña Edad del HieloEsta pequeña fase glaciar ha sido registrada por los restos de las zonas más altas de los principales circos y bajo cumbres de más de 3.000 metros, como consecuencia del pequeño período pulsador acaecido en época histórica, la Pequeña Edad del Hielo. Dentro de ésta última fase es posible diferenciar tres pulsaciones menores principales (1600-1750, 1820-1830, 1905-1920).Retroceso recienteEl permafrost, los glaciares rocosos y la relación entre ambosPermafrostEste término define la existencia de suelos permanentemente helados, en unas condiciones térmicas del suelo o el sustrato caracterizado por temperaturas bajo 0º C que persisten al menos dos inviernos y el verano intermedio.Hay 3 ambientes con permafrost:• Permafrost esporádicosuelos helados asociados a condiciones topoclimáticas locales especialmente favorables, ocupando muy poca extensión, que en los Pirineos existen desde los 2.550 metros.• Permafrost discontinuopresencia de suelos helados generalizados pero sin continuidad superficial, existe desde los 2.650 metros en orientaciones favorables hasta los 3.100-3.200 m.• Permafrost continuoImplica el congelamiento del sustrato y las formaciones superficiales en un todo continuo, con temperaturas medias anuales menores de -2ºC, se produce desde los 3.000-3.100 metros. Estas condiciones lo restringe a las zonas altas de unos pocos macizos (11 para el conjunto pirenaico), el 63% de ellos con glaciares, de modo que los ambientes con permafrost y los glaciares están asociados en unos pocos emplazamientos del alto Pirineo.Glaciares rocososConstituyen masas de derrubios con estructuras de flujo superficiales, que presentan un cuerpo helado en su interior, y son los elementos más representativos de los ambientes con permafrost. En los Pirineos se han inventariado hasta el momento trece glaciares rocosos, si bien existe una amplia representación de glaciares rocosos relictos en toda la alta montaña pirenaica. Los glaciares rocosos activos se localizan en los macizos de mayor volumen y masa en circos y laderas por encima de los 2.600 m, bajo cumbres que superan los 3.000 metros y laderas de más de 100 m de desnivel. La altitud media de los frentes glaciares es de 2.703 m, y se localizan entre los 2.510 metros del frente de Besiberri NW y los 3.010 de la raíz del glaciar rocoso de La Maladeta.En la actualidad se ha constatado su movimiento, con un desplazamiento medio de 22,5 cm/año en el glaciar rocoso de Argualas, así como la presencia de un cuerpo helado en Argualas y Besiberri NW. El control de su movimiento y el conocimiento de su estructura han permitido utilizar estas formas funcionales como indicadores ambientales de la alta montaña pirenaica. Los glaciares rocosos están relacionados con el retroceso glaciar, y en estrecha relación con la deglaciación de la alta montaña templada en la que se inscriben. Los glaciares rocosos constituyen un indicador de la presencia y distribución del permafrost de montaña, la posición de sus frentes señala el límite inferior del permafrost discontinúo, y su presencia está asociada a unas temperaturas medias anuales menores de -2 C.El futuro próximo de los glaciares españolesLos glaciares españoles han sufrido un retroceso constante y continuo desde principios del siglo XIX. Este retroceso, ha conocido un incremento de la fusión de los glaciares a partir de los años 80 del siglo XX.La desaparición de heleros y glaciares, constatada desde que existen fuentes escritas sobre los glaciares pirenaicos, se ha generalizado, con la transición de masas glaciares a heleros, o la desaparición de los heleros que ha significado la pérdida del 80% de la masa de los glaciares.A partir de los años 80, la pérdida se ha incrementado, con las reducciones de 52% de su masa en tan sólo 20 años (1980-2001), pero que representan pérdidas del 30% para la última década (1991-2001). De seguir esta tendencia en la pérdida de masa, considerando que afectará a todos los glaciares por igual, en 2005 quedarían 64,5 hectáreas de hielo, equivalente a poco más de un tercio del hielo contenido en el macizo de la Maladeta. Se estima que en el 2050 quedarían 8,9 hectáreas de hielo en el Pirineo, cifra que supera por poco el hielo acumulado actualmente en el Besiberri. De este modo, a partir de las tendencias de pérdida de masa, si no cambian las condiciones de ascenso de temperatura o de incremento o pérdida de humedad, entre el 2050 y el 2070 los glaciares se fundirían. Estos podrían retrasar su desaparición, pues los glaciares ralentizan su fusión en las últimas fases de fusión mediante recubrimiento de clastos, o posiciones en altura y cobijadas de la radiación solar.Si se realiza una proyección sobre el ritmo de ascenso de la línea de equilibrio glaciar (ELA), a un ritmo de ascenso igual al actual (variable para cada glaciar), la ELA de los glaciares del Posets superará los 3100 m entre los años 2046 y 2053. Esto significa que los glaciares del Posets desaparecerán en ese momento, pues todos ellos tienen su cabecera a esta cota, perdiéndose toda la masa por encontrarse por debajo de la ELA, en el área de ablación glaciar. Para el conjunto de la cadena significa que sólo algunos glaciares Maladeta, Aneto y Monte Perdido), con su zona de acumulación actual por encima de los 3100 m, podrían perdurar, pero reducidos a pequeños lentejones cobijados en altura.Finalmente, a partir de las estimaciones de ascenso de temperaturas del IPCC, podemos estimar que el ambiente con permafrost también sufrirá retroceso, como sucede en la alta montaña pirenaica desde hace 14.000 años. En caso de que se cumplan las predicciones más restrictivas (aumento de 1,5ºC en cien años), en 2050 el ámbito con permafrost, y la isoterma –2ºC se ubicaría a 2900 metros, perdurando un ámbito deglaciado, con permafrost, este muy inestable y prioritariamente esporádico y discontinuo, dado el escaso espacio disponible a esta altitud en el Pirineo y al incidencia de la radiación sobre las paredes estrechas y verticales que dominan por encima de los 3000 metros. Si se calcula con los pronósticos de mayor calentamiento (5,5ºC en un siglo), la isoterma –2ºC se ubicaría por encima de 3150 m en el año 2050, de modo que estaríamos en un ámbito con permafrost discontinuo o esporádico muy inestable. Cualquiera de los dos casos no sería favorable para posibilitar la permanencia de neveros o heleros a favor de la existencia de fuentes de frío asociadas al permafrost.Los indicadores glaciológicos y criológicos de la alta montaña pirenaica nos inducen a pensar que de continuar las condiciones actuales y recientes (dos a diez décadas), o de cumplirse las predicciones máximas o mínimas del IPCC, los glaciares actuales tenderán a una drástica reducción o a desaparecer hacia mediados del siglo XXI, entre 2050 y 2060.Podemos afirmar, pues, que de no cambiar las condiciones actuales, estamos asistiendo al proceso de deglaciación del Pirineo y de desaparición de los glaciares, un patrimonio natural singular de la naturaleza pirenaica.ConclusionesEl cambio climático es real, el vínculo entre sus causas y el origen antropogénico del incremento de las emisiones es cada vez más claro. A causa del calentamiento global que provoca el derretimiento de las capas de hielo y la desaparición de glaciares está aumentando el nivel del mar afectando los ecosistemas e incrementando los riesgos para el normal desarrollo de las actividades humanas.La situación de los glaciares es delicada y más allá del aporte que estos realizan al crecimiento del nivel del mar, poblaciones importantes y una variada cantidad de actividades productivas dependen de ellos, por ello es urgente y necesario tomar medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.Los gobiernos de los países industrializados deben actuar urgentemente para reducir el uso de los combustibles fósiles, que provocan el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera intensificando el cambio climático, entre otros problemas. Si los gobiernos no actúan pronto para desalentar la demanda de combustibles fósiles, las futuras generaciones se verán obligadas a restringir drásticamente la disponibilidad de combustibles fósiles para proteger el sistema climático a un costo económico y social mucho mayor que el que implicaría tomar la iniciativa hoy.Demandas de GreenpeacePor estas razones Greenpeace demanda a nivel internacional:• La urgente ratificación del Protocolo de Kioto por parte de Estados Unidos y Rusia.De este modo existirían ya medidas obligatorias de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para los países industrializados. La entrada en vigor de este instrumento depende de la ratificación de Estados Unidos o Rusia.• La adopción de nuevos y mayores compromisos de reducción de las emisiones que permitan alcanzar una reducción del 30% de CO2 para el 2020 y del 80% para el 2050. En el marco del Protocolo de Kioto y a través de metas regionales, se debe producir una drástica reducción de emisiones a escala global en esta primera mitad del siglo XXI.A nivel español:• Consolidar el sistema de primas a las renovables y aprobar una Ley General deEnergías Renovables.• Articular la aprobada Estrategia Española para el Cumplimiento del Protocolo de Kioto mediante diversos Planes de Acción, empezando de manera urgente con un Plan de Ahorro y Eficiencia Energética 2005-2007 en el que los programas de gestión de la demanda eléctrica tengan un papel destacado.• Asegurar que los “mecanismos de Kioto” se usan únicamente en proyectos de renovables y eficiencia energética, no permitiendo que se incluyan proyectos de combustibles fósiles (carbón, petróleo o gas) de empresas españolas en el extranjero.• Reforma fiscal para gravar el derroche de energía e incentivar su uso eficiente y las energías renovables.• Revisar el actual Plan de Infraestructuras de Electricidad y Gas de manera que se haga acorde con el compromiso de Kioto.• Someter a evaluación ambiental estratégica el próximo Plan de Infraestructuras y del Transporte. Igualmente se necesita un plan de acción que incluya medidas dirigidas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero como: vincular los programas de renovación de la flota de vehículos al cumplimiento de niveles de emisión de CO2 cada vez más estrictos obligando a la industria automovilística a aumentar la eficiencia de sus motores reduciendo su consumo, incorporar limitadores físicos de velocidad en los vehículos y potenciar el uso del transporte público en vías urbanas y ferrocarril, así como articular campañas de concienciación al ciudadano sobre el uso de los automóviles.• Prohibir el uso del gas HFC en aquellas aplicaciones donde existan alternativas mejores, como el sector del frío.Referencias1 http://www.unfccc.int/2 El CMNUCC entró en vigor en marzo del 94; ocho años más tarde había sido firmado por 188 países. Tras intensas negociaciones, en diciembre de 1997 se aprobó el Protocolo de Kioto. Este instrumento requiere un proceso formal de firma y ratificación de parte de los gobiernos para entrar en vigor. Para que esto suceda se necesita que 55 países ratifiquen el Protocolo, incluyendo un grupo de países industrializados que representen el 55% de las emisiones del año 1990.Actualmente está ratificado por más de 120 países pero no se ha alcanzado el 55% para convertirse en ley internacional a falta de la ratificación de EEUU y/o Rusia.3 IPCC; Climate Change 2001, the Third Assessment Report (TAR), abril de 20014 http://reports.eea.eu.int/climate_report_2_2004/en5 http://reports.eea.eu.int/climate_report_2_2004/en6 El albedo de la superficie es una medida de reflectividad que indica qué cantidad de radiación solar es reflejada por un cuerpo. Un valor de 1 define una reflectividad perfecta de la superficie. Las superficies blancas como la nieve y el hielo tienen alto albedo (en el orden de 0,8 a 0,9). Un valor de 0 define una absorción perfecta de la superficie. Las superficies oscuras como un bosque y la superficie del océano tiene bajo albedo (de 0,1 a 0,3).7 Bertone, M.; Aspectos Glaciológicos de la Zona del Hielo Continental Patagónico, Inst. Nacional del Hielo Continental Patagónico, 1972.8 http://reports.eea.eu.int/climate_report_2_2004/en9 Greenpeace; Los glaciares de todo el mundo sufren los impactos del cambio climático, noviembre de 200110 Liverman D., [et al]; The impacts of Climate Change in Latin America, Greenpeace International. 199411 Kirsty, H; Climate Change in the Andes ; Weekly Newspaper, Internet Edition, No. 35, 200012 http://www.ccsr.u-tokyo.ac.jp/unfccc4/pdfs/unfccc.int/resource/docs/spanish/cop1/nc3s.pdf13 Molnia, B.; Disarticulation and Recent Rapid Retreats of the Bering Glacier, Alaska, U.S. Geological Survey, International Union for QuaternaryResearch—INQUA— XVI Congress, 23-30 de julio, 2003. http://gsa.confex.com/gsa/inqu/finalprogram/abstract_55535.htm14 Greenpeace; El Estado de la Criosfera, Lo que el Hielo nos Cuenta; diciembre 2003.http://www.greenpeace.org/espana_es/multimedia/download/1/363492/0/Criosfera_final.pdf15 Grove, 2001; Le Roy Ladurie, 2004; Zumbhul y Holzhauser, 198816 La altitud de la línea de equilibrio glaciar (ELA) señala la situación de la separación entre ganancia y pérdida de masa glaciar.*Resumen de “Comentario a una fotografía del glaciar de monte perdido del primer cuarto del siglo XX encontrada en los archivos de Peñalara”; revista PEÑALARA, nº 506, 2003, por Martínez de Pisón.

Esta entrada se publicó en Reportajes en 08 Ene 2005 por Francisco Martín León