LA METEOROLOGIA SEGÚN YO: MÁS ALLA DE LOS NÚMEROS
Nahúm Méndez [email protected] Hace ya unos tres años que descubrí la meteorología. Hasta entonces, la verdad, no me había interesado mucho el tiempo. Tampoco salía de casa lo suficie...
Nahúm Méndez Chazarra
Hace ya unos tres años que descubrí la meteorología. Hasta entonces, la verdad, no me había interesado mucho el tiempo. Tampoco salía de casa lo suficiente como para necesitar una predicción más fiable que la que daban por la televisión. Fue algo puramente fortuito, fruto de una de mis principales aficiones: La Astronomía. Necesitaba saber con cierta exactitud si, con el avance de unas noches, iba a poder observar y en que condiciones. Así que, sin pensarlo, comencé a adentrarme en el mundo de la meteorología. Poco a poco, mi interés fue creciendo y dejó de ser para mi una ciencia meramente auxiliar, y comenzó a ser algo más que números y letras sobre la pantalla de mi viejo ordenador. Comenzó a ser el objetivo de mi curiosidad, esa cosa que nos empuja a seguir estudiando e investigando y preguntarnos el porque.
Por aquellas mismas fechas, descubrí algo extraño. Un antiguo formato de fotografía que devolvía la luz y casi la animación a la escena fotografiada: la diapositiva. Fue una casualidad. Y aun sigo usándolo.
Espero no despedirme de él en muchos años. Allá donde quiera que vaya, voy con mi inseparable Canon A1 y al menos dos carretes libres para "diapositivear" cuanto encuentro de interés.
Como astrónomo, aficionado, por supuesto, siempre me encontraba mirando al cielo de día y de noche, y descubrí que no solo los objetos más lejanos eran bellos, sino que las nubes, simples agrupaciones de vapor de agua podían ser los objetos más mágicos y bellos del universo. Su fugacidad hace a cada una de estas nubes un objeto único en cada instante desde su formación hasta su desaparición. Las vemos nacer y las vemos morir, las vemos entrar en metamorfosis y convertirse en el blanco ángel más bello del mundo o convertirse en la furia más destructora. Pero son únicas e irrepetibles.
Algo que me enseñó la meteorología es que, en ocasiones, lo que ves es proporcionalmente más bello al número de personas con el que puedas compartirlo. Compartir el cielo es algo maravilloso. Todo toma un matiz distinto con la compañía de alguien. Dos personas son complementarias, haciendo ver a la otra cosas que no ve y viceversa, y como dice el refrán, siempre cuatro ojos ven más que dos.
A veces la gente me sorprende con este comentario: De día no hay luna. Nunca comprenderé por que dicen esto. Quizás no miren lo suficiente al cielo como para darse cuenta... ¿Pero acaso sabrán que hay nubes por la noche? ¿O por el contrario creerán que las nubes solo existen cuando hay Sol porque pueden verse?. Pues las hay y es fácil de comprobar.
Cualquier ciudad o pueblo mediano hoy está lo suficientemente polucionado lumínicamente como para que cualquier nube baja pueda verse a simple vista. En esta fotografía aparece la constelación de Orión y dos nubes intentando ocultarla.
Y Si no esta otra, con la Marina (Alicante) al fondo y en primer plano ese monte redondeado que todos llaman "Cabezo Soler". Al final resultará que las nubes se ven mejor de día que de noche... espero que no pase lo mismo con las estrellas.
En Invierno suele hacer frío, y eso es algo que mucha gente odia porque tiene que ponerse mucha ropa y encender la calefacción, pero ,¿Se han preguntado alguna vez que sería de las maravillosas puestas de Sol que tenemos en Invierno?. Yo la verdad es que tardé en descubrir que las puestas de Sol eran más bellas en invierno que en verano. Y lo descubrí jugando a baloncesto en un campo descubierto, hace tres años, parando de jugar en cada puesta de Sol para saborear cada uno de sus colores, como si fueran a ser el último. Desde las nubes altas a las bajas, las tonalidades que presenta el cielo en invierno son únicas. Si puedes, nunca te pierdas una, sobre todo si no vas sol@. Saborea el color y el momento.
Pero el invierno también tiene otras cosas, como la niebla, o boria como la llamamos aquí. No tenemos nieve, pero tenemos este fenómeno que entorpece mucho las comunicaciones. Es totalmente fantasmagórica, pero a veces puedes ver en ella interesante juegos de luces que te hacen olvidar por un momento los problemas que va a darte a la mañana siguiente, porque la boria es como una manta que se todo lo cubre sin compasión alguna.
Y ya por último, quizás queden las que más os van a gustar, dignas de no ser comentadas, sino solo saboreadas. Son las fotos que para unos significan el infierno y para otros como yo, significan una ilusión realizada. Son las fotos de tormentas. Espero que las disfrutéis tanto como yo haciéndolas en compañía de quien fue mi compañero en el arte de cazar tormentas, y que descubráis que la ciencia no es cosa de uno solo.
Estas dos fotos son de la misma tormenta. Una por la tarde, mientras anochecía y la otra ya de noche. Recuerdo esta tormenta muy bien. Fue muy bonita, y tuvo un espectacular desarrollo. Incluso creo que lo grabe en video. Las fotografías estaban tomadas de sitios distintos, a un kilómetro de distancia la una de la otra, porque conforme anochecía tuve que acercarme al coche por motivos de seguridad. En la foto donde se ve la tormenta iluminada por un rayo, aparece un avión en maniobras de aproximación al aeropuerto del Altet, Alicante... ¡ojala hubiese sido pasajero de ese avión!.
Esta tormenta fue preciosa. Recuerdo que al final de la tarde, se estaban formando unos yunques en las costas del Norte de Alicante, así que fue hacia la línea de costa más cercana que tenía, la de Guardamar del Segura, a unos 11 kilómetros al Este de mi posición. Tome unas fotos, algunas digitales y otras en diapositiva y cuando volvía en coche, ¡voilá!, apareció un yunque en el Sureste. Era un yunque excepcional, porque parecía una columna que sostenía el cielo, y pasó de un color gris a uno rosado en cuestión de minutos. Esta nube fue la que dio origen a una tormenta que casi parecía más un globo que otra cosa. Para mi ha sido una de las más bonitas, a pesar de la distancia. Pude grabarla en video durante su fase nocturna, pero duró muy poco y lo que descargó, prácticamente fue en el mar. Pero valió la pena.
Ni idea de esta foto, ni cuando la tome ni nada, solo que...
Allí debe de haber un nido de tormentas, porque como podéis observar en ambas fotos, tomadas en días distintos, muestran dos nubes muy evolucionadas hacia el Noreste. La próxima vez anotaré mejor las posiciones y número de tormentas en esa zona, pero es que soy un desastre...
El yunque que os muestro creo que ya lo conoceréis. Incluso hice un video de él que publique en el foro. Esta imagen fue una de las muchas que tomé este día y del que hice un extenso reportaje en el foro, como muchas personas recordarán. Este día fue excepcionalmente prolífico en formación de tormentas, pero a pesar de todo, le faltó chispa... y no de la eléctrica, porque dejo una inmensa cantidad de descargas por todo el territorio de la Vega Baja del Segura. Pero fue un día para recordar... estresante...
Y ya, como colofón final, quizás el objeto más deseado por los fotógrafos meteorológicos. El escurridizo rayo. Recuerdo que fue un sábado y que dejé a mis amigos por hacer fotos a la tormenta. Es curioso que solo recuerde ese detalle, pero creo que suficiente para que vean la pasión con la que me dedico a esto. Y también lo que disfruto. Espero que ahora seáis vosotros quienes hayáis disfrutado de las fotografías como yo haciéndolas.
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