Bombas “meteorológicas” limpias: imitando a los efectos del rayo

El hombre siempre ha sabido aprovechar las lecciones que le da la Naturaleza, para bien y para mal. Ha tratado de observarla, analizarla, dominarla e imitarla. Serían muchos los ejemplos que podríamos citar aquí, desde el belcro, la cremallera, la energía atómica, etc... Hasta las finas telas de araña han sido objeto de estudio para realizar pruebas de material protector resistente contra balas.

Bombas “meteorológicas” Limpias: Imitando A Los Efectos Del Rayo
Figura 1. Esquema conceptual de las e-bombas. Detonándose en altura, generaría el efecto de un rayo alterando las comunicaciones y dispositivos electrónicos en un radio determinado.

Palabras clave: e-bomba, rayo, descarga eléctrica, microondas, alta potencia, HAARP, SURA.

Una de las imitaciones que ha hecho el ser humano ha sido la de imitar a un rayo. Aquel que haya vivido de cerca la caída de un rayo no lo podrá olvidar jamás y no nos estamos refiriendo a aquella persona que les impactó una descarga eléctrica natural, nos referimos a la situación de caer un rayo cerca de una ciudad o área de servicio. Un chasquido seco y una luz poderosa se liberan en unos instantes. Las alarmas de seguridad saltan, el fluido eléctrico se queda interrumpido durante un tiempo, algunos aparatos eléctricos quedan inservibles, los “plomos” saltan,... etc. La explosión natural de energía nos deja a todos los que vivimos rodeados de los aparatos del mundo occidental casi aislado, indefenso y asustadizo.

Si esto lo produce un rayo natural, ¿por qué no generar un rayo artificial en puntos determinados y estratégicos? Ésta es la pregunta se lo han hecho los militares de varios países como consecuencia de la guerra electrónica para dejar “sordos” al enemigo.

Si hasta hace poco la tecnología humana no era capaz de generar y de controlar los chasquidos intensísimas, ahora parece que sí.

El arma electrónica-meteorológica: la “e-bomba”

Estados Unidos podría haber desarrollado una nueva arma electrónica para emplear en sus guerras contra el enemigo, especialmente durante la guerra de Irak. No se trata de una noticia oficial pues el departamento de Defensa estadounidense no lo ha anunciado públicamente, pero un artículo de la revista Nando habla de ella. Según parece que esta “arma hi tech”, conocida como “JDAM”, funciona con microondas que permiten crear una especie de tormenta magnética que interfiere en el funcionamiento de los aparatos electrónicos y, aunque no mata a las personas, sí puede provocar quemaduras.

Realmente JDAM, Joint Direct Attack Munition, es un sistema de guía que convierte a las bombas convencionales en sistemas inteligentes guiadas a sus blancos por un sistema de guías inercial acopladas con un GPS, Global Positioning System, realzando la exactitud del impacto en los blancos deseados.

Según las noticias aparecidas en su día, esta “e-bomba” podría ser utilizada por los norteamericanos para atacar centros neurálgicos e intervenir en las comunicaciones entre las tropas enemigas.

La e-bomba no es la primera en su género, pues en el pasado se creó la llamada BLU-114B, un ingenio estudiado para ser lanzado desde los aviones y capaz de acabar con la red eléctrica de toda una ciudad. También en la guerra del Golfo y en Afganistán han sido utilizadas armas similares, aunque parece que este nuevo modelo está más evolucionado.

El enemigo podría quedar a “oscuras” en minutos

El Pentágono prepara una "bomba eléctrica" capaz de anular toda la tecnología civil y militar de un país o una zona amplia.

El primer objetivo sería devolver a un país al siglo pasado. Una e-bomba, o bomba eléctrica, lanzada con un proyectil convencional, debería supuestamente crear un campo electromagnético a su alrededor capaz de anular desde la antena de televisión hasta los sistemas de lanzamiento de misiles. La zona afectada quedaría sumida en un apagón silencioso. Los vehículos no volverán a arrancar. Las posiciones enemigas recibirían a las tropas de EE UU aisladas, sin radio, sin teléfono y a oscuras.

La utilización de microondas de alta potencia no es nueva. La HPM (siglas de High-Power Microwave o microondas de alta potencia) es el arma no oficial más conocida de EE UU. De cumplir las expectativas, dejaría de rodillas muchas de las defensas del enemigo, sin producir una sola víctima ni dañar una sola casa.

La base de todo es cómo provocar un rayo. Una pequeña explosión dispara un impulso eléctrico que se transmite a una bobina de cobre cerrada. Al reventar, ese impulso se extiende creando un campo electromagnético. Viene a ser como si cayera un rayo cerca y se funden todos los aparatos de una casa. Una bomba eléctrica de 900 kilogramos cubriría un radio de 126.000 metros cuadrados.

Uno de los pocos y raros documentos oficiales de acceso público sobre las HPM es un informe de Eileen Walling, coronel de la Fuerza Aérea de EE UU, titulado “Microondas de alta potencia: implicaciones estratégicas y operativas para una Guerra”, fechado en 2000. El coronel informaba de que, tras años de pruebas, la e-bomba estaba "lista para pasar a formar parte de las armas activas del Ejército de Estados Unidos".

Walling definía como primera aplicación operativa la capacidad para anular las defensas antiaéreas del enemigo. Walling destaca también que la falta de precisión de estas armas es una ventaja: "Un arma de microondas puede atacar varios objetivos a la vez. Por ejemplo, mientras el objetivo principal puede ser un camión de comunicaciones enemigo, un misil tierra-aire que pasara por la huella del arma [el área afectada tiene forma cónica] también se vería afectado". En aquel informe se advertía, sin embargo, que aún no estaba estudiado si la HPM violaba la legislación internacional.

EE UU ya ha destruido antes sistemas eléctricos del enemigo. En la anterior guerra del Golfo o la más reciente de Kosovo se provocaron cortocircuitos en las redes rociándolas con filamentos de carbono. Pero su efecto era menor y menos permanente que el que anuncia la HPM. Aquello era más bien tecnología para el sabotaje de equipos. Esto es una tormenta eléctrica que no distingue una tostadora de un misil. Walling destacaba que las HPM "no requieren conocer con detalle la tecnología enemiga", y su efecto continúa "incluso cuando los equipos están apagados".

Oficiales norteamericanos citados por The Wall Street Journal ya han salido al paso del entusiasmo advirtiendo de los riesgos de la e-bomba. Dado que el daño es permanente, elevaría muchísimo el coste reparar las infraestructuras de Irak tras el conflicto. Además, el propio material eléctrico de EE UU podría quedar inutilizado por fuego amigo.

Otros riesgos son el daño a equipos civiles críticos como puede ser la energía de un hospital. La reparación puede requerir semanas de estudios por parte de ingenieros eléctricos hasta encontrar las partes dañadas. También podría inutilizar la instrumentación del mismo avión que esté bombardeando, por lo que sólo se contempla lanzarlo dentro de misiles de largo alcance.

El ingenio ya está presentado en sociedad. Quizá sea la estrella de esta guerra o quizá no se vuelva a hablar de ella. Pero la ausencia de información oficial sobre la e-bomba se atribuye a que EE UU no quiere que caiga en manos indeseables. No en vano, ellos mismos son los más vulnerables. No es lo mismo un apagón en Bagdad que en Manhattan.

Bombas “meteorológicas” Limpias: Imitando A Los Efectos Del Rayo
Figura 2. Fases de explosión de una e-bomba. Al final del proceso un fuerte campo electromagnético es creado con fines de aniquilar elementos electrónicos.

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Esta entrada se publicó en Reportajes en 26 Jun 2013 por Francisco Martín León