Entrevista del mes: el pintor de nubes

Jorge FinPintor de nubeshttp://www.jorgefin.com/

¿Desde cuándo te interesan las nubes?

Siempre he disfrutado de ellas, tanto en directo como en el arte, de pequeño me gustaba ir al Museo del Prado a mirar los cielos pintados en el fondo de los cuadros, y aunque no era muy consciente se empezaron a meter en mi pintura de casualidad. Empecé a pintar pequeños paisajes aéreos como divertimento, solo para uso privado para colgarlos en mi casa, una manera de descansar entre cuadro y cuadro, pero un día me di cuenta de que esa era mi pintura más veraz, y así los empecé a mostrar al público en 2003 en el Palacio Almudí de Murcia, una exposición titulada “Cloud Watchers”. Un día quise saber qué es lo que estaba pintando y encontré en internet a mi amigo John Day, Mr. Cloudman, el señor de las nubes, un viejo científico de Oregon que desde sus años de meteorólogo durante la guerra del Pacífico, lleva toda una vida dedicada al estudio y clasificación de las nubes. Gracias a él conocí los diez motivos para observar nubes, y pude ver por primera vez las maravillosas acuarelas de Luke Howard, el farmacéutico inglés que en 1803 fijó para siempre la clasificación de las nubes que hoy conocemos todos: cirros, cúmulos, estratos y nimbos.  John Day fue mi introductor a este mundo y desde entonces he podido conocer a otros muchos astronautas, pilotos, marinos, profesores o simples diletantes que disfrutan con las nubes. Muchos me mandan fotos de nubes por si puedo usarlas para mis cuadros. No lo hago, porque a la hora de pintar prefiero que la casualidad juegue un pulso con la memoria visual, pero siempre es grato tener contacto con todos ellos. Les llamé "Cloud Watchers", observadores de nubes, y a ellos dediqué estas series de cuadros.

¿Las nubes de tus cuadros son un recurso pictórico o un fin en sí mismo?

Son las protagonistas de mis cuadros, no quiero que sean sólo una cosa que se pone allí arriba para rellenar, huyo de eso conscientemente. Me considero un pintor de aire. Pintar “el aire” es primordial. En una ocasión le preguntaron a Dalí qué cuadro salvaría si se quemase el Museo del Prado, y respondió que no salvaría un cuadro concreto, pero sí el aire que hay pintado en las meninas de Velázquez. Estoy muy de acuerdo con eso, creo que si un pintor sabe pintar el aire, puede pintar lo que quiera…El aire aun siendo invisible tiene una vibración, incluso en los días de cielo limpio y claro. Si miramos el aire que pinta Veermer en sus escenas de interior entenderemos bien porqué sus paisajes de exterior de su ciudad natal de Delft tienen esa perfección que muchos otros paisajistas nunca han alcanzado. Eso lo consigue también Antonio López y algunos otros maestros del aire. Yo espero conseguir esa misma sensación.

¿Qué técnica pictórica empleas en tus obras?

Pinto con acrílicos sobre lienzo o sobre tabla o directamente sobre paredes cuando me encargan grandes murales, el más grande que he pintado medía cien metros cuadrados. Nunca pinto con óleo porque no me gusta el resultado demasiado “meloso” del aceite…Además de alguna forma algo me dice que las nubes que son básicamente agua deben ser pintadas con agua, que es con lo que se mezclan las pinturas acrílicas. También por ese motivo la acuarela es perfecta.

Jorge Fin en plena acción, pintando una parte de su obra “Antesala del cielo”; un mural  de 100 metros cuadrados ubicado en Casadecor, Madrid. Año 2007.

¿Hay algún tipo de nube que te guste especialmente?

Me gusta pintar cielos con nubes reales, pero las más espectaculares son los poderosos cumulus congestus, aunque también disfruto mucho con las nubes lenticulares.

“Lenticular” 200 x 60 cm, acrílico sobre tabla, año 2006

¿Cómo describirías las nubes que aparecen en tus cuadros?

Intento que sean reales, pero que no se nos caigan encima como temían los vecinos de Asterix… No, en serio, un paisaje de nubes está ahí y no debe estorbarnos, nos debe dar aire, no quitarnos aire. Si yo pinto una habitación con nubes quiero que la gente que la vea la disfrute sólo si tiene la curiosidad de ponerse a mirar conscientemente, pero no porque estridentemente se nos llene la vista de cosas que nos oprimen. En una ocasión pinté el hueco de la escalera de una gran casa con un gran paisaje de nubes, y al cabo de un tiempo, la dueña de la casa me dijo que había dejado de hacer yoga porque ya no lo necesitaba, esa es la idea, supongo que exageraba pero para mí fue el mejor halago.

¿Cuál es la mayor dificultad que tiene pintar nubes?

Las nubes más difíciles de pintar son las más discretas, las menos evidentes, un cielo lleno de estratos, brumas y nieblas es más difícil de pintar que un cielo claro con cúmulos bien definidos, pero es un reto que si se consigue da mucha paz.

¿Eres un pintor de nubes desde tus inicios como artista o te especializaste en ello con posterioridad?

Sí, llegué de casualidad, como divertimento, una manera de descansar entre un cuadro y otro, pero el tema me atrapó y creo que aun tengo mucho que contar sobre las nubes, puede que no acabe nunca…

¿Pintas nubes por encargo?, ¿qué tipo de clientes demandan tus obras?

Sí, me encargan murales para casas particulares o para espacios públicos. El más público es el que pinté en Los Llanos de Aridane en la isla de La Palma, en Canarias, un gran mural de 60 metros cuadrados que forma parte del Cemfac, un peculiar museo al aire libre que llena la ciudad de pintura de muchos artistas. Y ahora ando enfrascado en otro parecido en Blanca, Murcia, que será un poco mayor.

“Mural de San Borondón”, de 55 metros cuadrados, en Los Llanos de Aridane, isla de La Palma, Santa Cruz de Tenerife, año 2006

¿Cuál es para tí el mejor pintor de nubes de la historia de la pintura?, ¿cuáles son tus maestros?

Si tengo que escoger uno, el holandés del siglo XVII Jacob Van Ruysdael.  También disfruto mucho con los cielos de Piero della Francesca que fue el primer pintor de nubes lenticulares que ha existido, o el francés Corot, el alemán  Friedrich o los ingleses Constable y Turner. Actualmente hay gente muy buena en todo el mundo, pero mi preferido por cercanía es el español Joaquín Risueño.

Aparte del aspecto puramente estético, ¿hay algo más que te llame la atención de las nubes?

Sí, las nubes son pura poesía, pero además son maravillosas para saber no dar tanta importancia a tantas tonterías de aquí abajo, debemos aprender a mirar para arriba y mirarnos menos el ombligo, su belleza efímera es la misma para todos, seamos altos o bajos, su contemplación es una fuente de paz maravillosa al alcance de todos y es una afición gratuita.

 

¿Has pintado otros fenómenos meteorológicos no nubosos?

He pintado el aire y algún rayo se me ha colado en algún cuadro, es lo que tiene el cielo, tan caprichoso.

¿Te interesa la Meteorología?, ¿tienes alguna relación con el mundo aficionado –a través de los foros de Internet, por ejemplo–?

Me interesa como aficionado, tengo una buena biblioteca que he ido haciendo poco a poco de buenos fotógrafos o pintores que han ido tocando el tema de las nubes. Y soy socio de la Cloud Appreciation Society de Londres, su fundador Gavin Pretor-Pinney me concedió el número de socio 26 en honor a mis méritos como pintor de nubes, ahora debemos ser unos doce mil en todo el mundo. Y recibo fotos de nubes de muchísima gente.  

¿Conoces la RAM y su apartado de “Fotos y animaciones”?

He conocido la RAM recientemente, y me encanta encontrar en sus artículos referencias que ya conocía por otros medios, como los libros de Fernando Bullón, que ya conocía desde mi estancia en la isla de la Palma, por cierto uno de los mejores lugares del mundo para ver nubes... Me gustan mucho los videos de nubes, yo mismo los hago desde hace tiempo, aunque el truco time-lapse que consiste en poner las nubes a cámara rápida desvirtúa un poco la esencia de las nubes, esa lentitud y ese tempo que tienen es parte esencial de ellas. Es como cuando nos enseñan una faena de un torero a cámara lenta, un poco timo, cualquier torero aceptable a cámara lenta puede parecer un genio, pero el temple lo debe poner el maestro, porque el temple es torear muy despacio, muy despacio, muy despacio, sin forzarlo artificialmente con recursos técnicos audiovisuales. Las nubes también manejan su temple, y su belleza está en ese instante alargado que hace que de pronto una masa informe se convierta en un elefante y cuando te quieres dar cuenta, desaparece. Esa es su magia. Alterar eso con trucos de velocidad o de photoshop desvirtúa la naturaleza.

¿Qué puede aportar un cuado de nubes a un mundo digitalizado que con una cámara digital y un “click” saca una instantánea de cualquier nube?

Hay algo inexplicable, de alguna manera los que seguimos pintando en este mundo en el que todos disponemos de tantos medios técnicos, somos un poco la retaguardia, la cola del pelotón. Dicen que la pintura está muerta, basta con ir a Arco o a cualquier feria de arte contemporáneo. Entre tanta fotografía, video e instalación  los que aún pintamos somos cuatro gatos pero la pintura sigue viva, sigo encontrando un escalofrío placentero en el hecho de pintar como pintaban hace diez mil años en las cuevas de Altamira. Yo no estoy en esa carrera pueril del artista que quiere ser siempre la punta de lanza de la vanguardia. Soy un pintor de retaguardia, así mejor. Pero el tiempo acaba poniendo a todos en su sitio, y pasan los años y tengo la sensación de que mis cuadros de hace unos años están envejeciendo muy bien.

¿En qué estás trabajando ahora mismo?, ¿qué proyectos tienes para el futuro?

Estoy preparando algunos murales para clientes particulares y el gran mural de unos  setenta metros cuadrados en Blanca, un pueblo maravilloso en el corazón del valle de Ricote, en la provincia de Murcia. Y preparando cuadros para mi próxima exposición en Madrid.

¿Puedes comentarnos tus planes y exposiciones para este año 2008 y para 2009?

Ahora estoy preparando la exposición que presento este otoño en la Galería Gurriarán de Madrid. (calle Santo Tomé, 6. 28004 Madrid).

RECORRIDO PICTÓRICO POR LA OBRA DE JORGE FIN

 “Antesala del cielo”. Mural  de 100 metros cuadrados en Casadecor,  Madrid, año 2007

“Antesala del cielo” (Vista opuesta a la anterior). Casadecor,  Madrid, año 2007

“Mural cerámico”, 600 x 200 cm, en Torre Pacheco, Murcia, 2006

“Mural efímero”, de 18 metros cuadrados, Galería Luis Gurriarán, Madrid, 2006.

“Chicacirrus”, acrílico/ lienzo, 200 x 200 cm, año 2002

“Pintorcumulushumilis”, acrílico/ lienzo, 200 x 200 cm , año 2001

“San Jorge y el dragón” acrílico/ lienzo, 200 x 200 cm, año 2002

“El canónigo”, 81 x 116 cm. acrílico/ lienzo, año 2003

“Cuando tenía nueve años”, 89 x 130 cm.  acrílico/ lienzo, año 2003

“Saint Exupery”, 89 x 130 cm. acrílico/ lienzo, año 2003

“Mammatus”, 60 cm diámetro, acrílico sobre tabla, año 2006

 

“Moto”, 40 cm diámetro, acrílico sobre tabla, año 2003
 “Virga y cometa”, 100 x 40 cm, acrílico sobre tabla, año 2006
 “Nadadora valiente”, 200 x 80 cm, acrílico sobre tabla, año 2007
“No solo monstruos”, 160 x 60 cm, acrílico sobre tabla, año 2008

La RAM quiere agradecer a Jorge su amabilidad hacia sus lectores. Le deseamos lo mejor en este mundo nuboso y pictórico donde se mueve.

Esta entrada se publicó en Entrevistas en 05 Sep 2008 por Francisco Martín León