Chubascos, tormentas aisladas, dispersas, generalizadas,....

Llegó la primavera y el verano; las tormentas comienzan a aparecer por toda la península e islas. Los hombres del tiempo y los medios de comunicación se hacen eco de ellas. Una vez más comienzan a relucir términos como tormentas o chubascos dispersos, preferentemente en zonas de montaña o chubascos aislados, focos tormentosos de evolución diurna,...

Llegó la primavera y el verano; las tormentas comienzan a aparecer por toda la península e islas. Los hombres del tiempo y los medios de comunicación se hacen eco de ellas. Una vez más comienzan a relucir términos como tormentas o chubascos dispersos, preferentemente en zonas de montaña o chubascos aislados, focos tormentosos de evolución diurna, etc.

Para las personas de a “pie”, algunos de estos términos usados con los chubascos o tormentas denotan cierta incertidumbre o ambigüedad en la predicción de estos fenómenos: no están seguros de lo qué predicen y utilizan esa terminología ambigua. Otras veces, el publico les dan significados populares y propios. Por ejemplo, el concepto de chubascos aislados puede denotar, para unos, la presencia de tormentas “aquí y allí, sin precisión” , mientras que chubascos aislados, para otros, puede significar eso mismo, “aislado o esporádico, te cae aquí pero en el resto de los sitios no”.

Chubasco versus tormenta

En primer lugar debemos distinguir entre los conceptos de chubasco y tormenta. En un sentido amplio y popular ambos son equivalentes. Por el contrario, son distintos desde el punto de vista meteorológico. Mientras que el chubasco está ligado a precipitación normalmente fuerte y de corta vida o duración, la tormenta está asociada a la generación en su seno de fenómenos eléctricos: rayos y descargas eléctricas. El hecho de que ambos términos se usen indistintamente por la mayoría de las personas, incluso por las técnicas, se debe a que ambos están ligados a las nubes de desarrollo vertical o convectivas. Estas nubes bien desarrolladas suelen dar en tierra alguno de estos fenómenos: lluvias fuertes o moderadas de corta duración, granizo, viento fuerte, rayos y relámpagos, y las más organizadas hasta tornados o mangas. Ya que el nexo de ambos está ligado a las nubes de desarrollo vertical, se suele emplear los conceptos de chubasco y tormenta indistintamente, aunque ambos son, originariamente y técnicamente, diferentes.

Adjetivaciones de la convección: distribución espacial

Popularmente, los dos términos de chubasco y tormenta se asocian a lo mismo: posibilidad de lluvia. Los adjetivos que vamos a analizar están relacionados a las dimensiones espaciales del chubasco o tormenta pero NO a su duración temporal que, intrínsicamente, es corta.

La predicción de tormentas no es una tarea fácil: predecir el dónde cuándo, la intensidad, su duración y fenomenología asociada, etc.. es un reto para cualquier previsionista. En este sentido, los Servicios Meteorológicos, SM, emplean un lenguaje técnico de uso interno y otro externo que trata de acercar el primero al segundo, o sea, lo que entiende la gente, por ejemplo, de las tormentas. El lenguaje o estilo de los términos meteorológicos usados por los especialistas, cuando éste se plasma en un texto, debe acercarse lo máximo posible a lo que mentalmente entienden las personas de la calle.

En el caso de las tormentas, siempre van acompañadas por términos o adjetivos que deben indicar: su cuantificación de los posibles fenómenos que pueden generar en superficie, otros términos que indique el grado de probabilidad de que se formen, un calificativo puede estar asociado a su evolución temporal y, por último, otro adjetivo debe cuantificar su posible distribución espacial.

Así, los términos de aislado o disperso son expresiones relativas a la posible extensión prevista por las tormentas que se esperan, pero no están referidas al resto de las otras adjetivaciones. Como se ha comentado anteriormente, cada SM tiene su propia terminología y cuantifica de forma oportuna dichos términos.

En generales, el INM califica espacialmente la distribución de las tormentas de una forma; otros SM lo califican de otra. He aquí una tabla comparativa de los términos del INM y el, generalmente, usado en EEUU:

INM
EEUU
Porcentaje de área cubiertaTérmino convectivo asociadoPorcentaje de área cubiertaTérmino convectivo asociado
< 30%Aislado o disperso< 10%Aislado o sin calificativo
30-60%No se especifica10-20%Aislado
> 60%Generalizado20-50%Disperso
50-70%Generalizado o numeroso
> 70%Muy generalizado

Obsérvese que estos calificativos no están referidos a, por ejemplo, la probabilidad de precipitación: sólo al porcentaje de “áreas posiblemente cubiertas por los chubascos”. El área total está referida a la zona de predicción. Disponer de más elementos calificadores o tipos de tanto por ciento de área cubierta es algo arriesgado ya que la predictibilidad de la convección no es inmediata.

Cabría preguntarse si existe relación entre los términos espaciales y los asociados a la precipitación. Lógicamente, sí existe y los predictores lo deben tener en cuenta: normalmente chubascos aislados tenderán a producir menor precipitación que los de tipo generalizado: algún mecanismo externo o condiciones especiales en la atmósfera hacen que las tormentas se generalicen y la probabilidad de precipitación aumente, tanto en su posible intensidad y duración. En otras palabras, hay cierta unión entre la distribución espacial y la intensidad de precipitación: a priori, es muy poco probable que chubascos aislados generen altas tasas de precipitación.

De cualquier forma los valores asociados a los calificadores deben de tomarse de forma “elástica” y no ser considerados como límites fijos.

Ahora podemos entender qué significa “chubascos dispersos”. Nos están diciendo que se espera que el área espacial estimada donde puedan existir chubascos es menos del 30%, si tomamos la columna usada en el INM. La presencia de chubascos es, en sí mismo, indicativo de precipitación corta pero de intensidad moderada o fuerte.

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Esta entrada se publicó en Reportajes en 11 Sep 2002 por Francisco Martín León