Madrid, Barcelona y Burgos bajo la nieve en Navidad: ¿cuándo fue la última vez que nevó en plenas fiestas?

Cada año, cuando se acercan las fiestas, muchos imaginan una postal perfecta: calles silenciosas, luces reflejadas en un manto blanco y la sensación mágica de una Navidad nevada. Sin embargo, esa escena que parece tan ligada al invierno es, en nuestro territorio, bastante excepcional.

La percepción popular nos hace pensar que antes nevaba más y que las Navidades blancas eran frecuentes, pero los registros meteorológicos cuentan otra historia.

Entender cuándo y dónde ha nevado realmente en Navidad no solo nos permite recordar episodios históricos, sino también comprender mejor nuestro clima, nuestras ciudades y los cambios que se están produciendo.

Navidades blancas del pasado

Como hemos señalado anteriormente, ver nevar en Navidad en las ciudades españolas es algo que no es muy común. Aun así, algunas de ellas se recuerdan como episodios casi míticos.

Probablemente, el caso más famoso sea el de Barcelona en 1962, cuando una nevada histórica cubrió la ciudad el 25 de diciembre con espesores de hasta medio metro y paralizó completamente la capital catalana.

En Madrid, el registro más reciente de una nevada significativa en fechas próximas a la Navidad fue el 23 de diciembre de 2001, donde se acumularon unos 5 centímetros de espesor, especialmente en barrios del nordeste.

La nevada más memorable que cubrió Burgos en plenas fechas navideñas fue la ocurrida entre el 25 y 26 de diciembre de 2004, donde se llegaron a registrar entre 40 y 60 cm de espesor en muchos puntos de la ciudad, provocando un caos significativo. Por clima, es junto con Segovia, Soria, Ávila y León una de las candidatas más probables a tener una Navidad blanca.

¿Por qué es difícil ver la nieve en Navidad?

Para que nieve en una ciudad española justo el 24 o 25 de diciembre deben coincidir varios factores meteorológicos poco frecuentes. El primero es la temperatura, no basta con que haga frío en superficie, toda la columna de aire desde la base de la nube hasta el suelo debe estar lo bastante fría para que los copos no se derritan.

Otro factor decisivo es la influencia marítima. Las ciudades costeras españolas están muy condicionadas por el mar, que suaviza las temperaturas y dificulta que la nieve cuaje incluso cuando cae.

También debemos tener en cuenta el fenómeno urbano conocido como isla de calor, que hace que las grandes ciudades se sitúen varios grados más cálidas que su entorno rural.

El cambio climático tampoco ayuda, las tendencias muestran inviernos más cálidos y menos propensos a nevadas generalizadas en las capitales españolas.

¿Qué podemos esperar hacia final de año?

Ver nevar durante las navidades en algunas ciudades de nuestro país puede ser igual de probable que ganar la Lotería de Navidad, pero, ¿qué indicios nos da el modelo más fiable respecto al tiempo previsto en Navidad?

El modelo europeo deja entrever que para la semana de Navidad, una zona de altas presiones podría situarse sobre los países escandinavos, pudiendo hacer más probable los descuelgues de aire más frío hacia nuestra geografía. De momento, todo apunta a que las temperaturas serán más bajas de lo habitual en casi todo el país.

También el modelo intuye la posibilidad de ver zonas de baja presión en el mediterráneo más occidental, haciendo que en puntos de la vertiente mediterránea haya un tiempo ligeramente más húmedo de lo normal.

En definitiva, una Navidad blanca en nuestra ciudad es el deseo de muchos, a pesar de que sabemos que en ciertos lugares este evento sería un hito. El modelo europeo parece darnos una pequeña esperanza hacia final de año, si bien debemos ser realistas ante la complejidad de que ese deseo se haga realidad.