¿Son lo mismo las crasas y las suculentas? En qué se parecen y cómo diferenciarlas

Las ves en jardines, en salones modernos y hasta en diminutos terrarios, pero… ¿sabes realmente si estás cuidando crasas o suculentas? Detrás de sus hojas carnosas y formas sorprendentes, se esconden secretos botánicos que vale la pena descubrir.

Crasas
Conocer lo que son las crasas y suculentas resulta clave para darles los cuidados más adecuados y disfrutar de su belleza durante años

Muchas personas sienten fascinación por las plantas de aspecto carnoso y formas exóticas, pero no siempre tienen claro si están cuidando crasas, suculentas o cactus. Aunque estos términos se utilizan muchas veces como sinónimos, lo cierto es que no significan exactamente lo mismo. Conocer sus diferencias y semejanzas no solo es interesante desde el punto de vista botánico, sino que también resulta clave para darles los cuidados más adecuados y disfrutar de su belleza durante años.

Qué son las suculentas

Cuando hablamos de suculentas, nos referimos a un amplio grupo de plantas que tienen la sorprendente capacidad de almacenar agua en sus tejidos. Esta adaptación les permite sobrevivir en entornos donde el agua es escasa, como desiertos o regiones áridas.

La forma en la que cada planta almacena agua varía enormemente, ya que algunas lo hacen en las hojas, otras en los tallos y otras incluso en las raíces. Bajo el término suculenta se agrupan numerosas familias botánicas como Crassulaceae, Cactaceae, Agavaceae, Euphorbiaceae o Aizoaceae. Por tanto, puede decirse que todas las crasas son suculentas, pero no todas las suculentas son crasas, algo que suele generar bastante confusión entre los aficionados a la jardinería.

Qué son las crasas

Las crasas, cuyo nombre proviene del latín “crassus” que significa grueso, son aquellas plantas que almacenan agua principalmente en sus hojas, que suelen ser notablemente carnosas y gruesas. Aunque de manera estricta el término se emplea para las especies de la familia Crassulaceae, como Sedum, Echeveria o Crassula, en la jardinería y en el lenguaje cotidiano se usa “crasas” de forma más amplia para referirse a cualquier suculenta que no sea un cactus y que presente hojas carnosas. Esta es una generalización práctica pero no del todo precisa desde el punto de vista botánico.

Crasas
Las hojas de las crasas pueden organizarse en rosetas, crecer erguidas o incluso imitar pequeñas piedras

Las crasas, además, suelen tener una gran variedad de formas, ya que sus hojas pueden organizarse en rosetas, crecer erguidas o incluso imitar pequeñas piedras, como ocurre con los curiosos Lithops.

Qué diferencia a los cactus

Si hay un grupo de plantas suculentas que despierta curiosidad y respeto a partes iguales, esos son los cactus. Todos los cactus pertenecen exclusivamente a la familia Cactaceae y tienen una característica que los hace inconfundibles: las areolas. Estas pequeñas estructuras, similares a diminutas almohadillas, son el lugar de donde surgen espinas, flores o nuevos brotes. Es precisamente la presencia de areolas lo que diferencia de manera clara a un cactus de cualquier otra suculenta.

Además, la mayoría de los cactus almacena agua principalmente en sus tallos, los cuales suelen ser gruesos y carnosos, mientras que muchas especies ni siquiera conservan hojas visibles, ya que estas se han transformado en espinas para reducir la pérdida de agua. A pesar de estas peculiaridades, los cactus son, efectivamente, suculentas, ya que también poseen tejidos especializados para retener agua y soportar condiciones extremas de sequía.

Similitudes entre crasas, suculentas y cactus

A pesar de las diferencias que existen entre crasas, suculentas y cactus, todos comparten rasgos que explican su popularidad. Todas estas plantas están adaptadas a resistir largos periodos sin agua gracias a sus órganos de almacenamiento.

Cáctus
Crasas, suculentas y cactus están acostumbrados a resistir largos periodos de tiempo sin agua

Prefieren entornos soleados o al menos con buena luz, necesitan suelos con un drenaje excelente para evitar pudriciones y su mantenimiento es bastante sencillo, lo que las convierte en la elección perfecta para quienes buscan plantas resistentes, duraderas y decorativas. Por eso, son protagonistas tanto en jardines de bajo consumo hídrico como en interiores modernos, minimalistas o en pequeños terrarios llenos de encanto.

Cómo cuidarlas correctamente

Si bien crasas, suculentas y cactus tienen necesidades similares, conviene tener presentes algunos matices para mantenerlas en buen estado. En cuanto al riego, siempre es mejor pecar de escasos que de excesivos, ya que el exceso de agua es la causa más frecuente de muerte en este tipo de plantas. Lo ideal es regar únicamente cuando el sustrato esté completamente seco.

Respecto a la luz, la mayoría de estas plantas disfrutan de una exposición luminosa, aunque algunas crasas prefieren evitar el sol directo en las horas más intensas para no sufrir quemaduras. Es fundamental usar sustratos muy drenantes, compuestos de arena gruesa, perlita o gravilla mezclados con algo de materia orgánica, y elegir macetas con orificios que permitan la salida del agua. Además, muchas de estas plantas se desarrollan mejor en ambientes cálidos y secos, aunque algunas crasas toleran mejor las temperaturas frescas que los cactus.

Tanto si deseas crear un jardín sostenible como decorar tu hogar con composiciones originales, estas plantas seguirán siendo grandes aliadas gracias a su asombrosa capacidad de adaptación y a su atractivo visual.